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“En un equipo ideal de Argentina tienen que estar Maradona y Messi, pero también Corbatta”

Alejandro Wall cuenta la vida de un jugador analfabeto y alcohólico pero que marcó una época

Alejandro Wall, autor del libro "Corbatta, el wing".
Alejandro Wall, autor del libro "Corbatta, el wing".Ricardo Ceppi

Para entender la génesis del fútbol argentino es necesario conocer la importancia del wing. En Argentina se sigue denominando con esa palabra al atacante que juega por las bandas y que tiene entre sus habilidades desbordar y enviar el centro a sus compañeros, o bien dibujar una diagonal y definir la jugada. También se dice, entre otras cosas, que está en extinción. Pero por casualidad o no, los wines argentinos también son personas díscolas, con vidas controvertidas. En otras palabras, son un poco locos. Alejandro Wall (Buenos Aires, 1979) es editor en el periódico cooperativo Tiempo Argentino e invirtió 4 años de su vida en estudiar al más emblemático de todos y de ahí salió su tercer libro Corbatta, el wing (2016, Editorial Aguilar), un repaso por la historia de uno de los mejores jugadores que se han visto en Argentina, dueño de una habilidad sin igual pero también de un comportamiento errante: Oreste Omar Corbatta.

Pregunta: ¿Por qué elegiste a Corbatta?

Respuesta: Primero hay una relación afectiva con el personaje porque es un ídolo de Racing y yo soy de Racing. Es uno de los jugadores de los cuales me hablaba mi viejo cuando era chico y quedó esa referencia como el gran crack de Racing y el wing más emblemático del futbol argentino. Por otro lado, me atrapó ese recorrido de pasar de ser el gran crack a terminar en la indigencia, viviendo en la cancha de Racing y con elementos que se parecen más a la historia de un boxeador que de un futbolista. Es el mismo recorrido de muchos wines como Garrincha, George Best, Houseman y el burrito Ortega. Se decía que era alcohólico y analfabeto y quise saber de dónde viene todo eso. Intenté entrarle al mito y tratar de desentrañarlo.

P: ¿Cómo lo construiste en tu imaginario?

R: Lo reconstruí a partir de testimonios y yendo a los lugares en donde vivió: la Patagonia, Avellaneda, La Plata, Chascomús, Daireaux y Medellín en Colombia, donde todavía es recordado como un gran ídolo. De él se dice que era un hombre generoso, bueno y muy retraído. Su relación con los amigos era particular y se movía como en tribus. Lo que más busqué fue su voz, que prácticamente no se la conocía. Hasta que viajé a Colombia y conocí a un periodista llamado Gonzalo Medina que me dijo que tenía una entrevista con Corbatta. Encontrarme con su voz fue entender que podía llegar a conocerlo. Tenía poco más de 40 años pero se escuchaba como un anciano, muy afectado por el tabaquismo, que era su otra adicción y es la que lo terminó matando, con un cáncer de laringe. En esa cinta le preguntan que le pediría a los presidentes del club de Medellín y el da una respuesta que puede haber sido circunstancial pero que de algún modo lo define: “yo no les pido nada, solo les pido cariño”.

P: ¿Era un tipo solitario?

R: Más bien era un tipo que huía. Uno de los grandes mitos es que murió solo. La idea de que lo han dejado solo su familia, sus excompañeros, el club. Sin embargo, cuando hurgas en la vida de él, algo que a mí me tomo 4 años, te das cuenta que en realidad él huía bastante de todo lo que lo movía. Se conforma la idea de que las mujeres lo arruinaron y en realidad decidieron separarse de Corbatta porque él no era nada fácil y de hecho, prácticamente no ha vuelto a ver a sus hijos.

P: ¿Y como jugador como lo construiste, siendo que nunca pudiste verlo jugar?

R: Era un jugador de revistas y de relatos radiales porque la TV recién empezaba y hay muy poco material de eso. Con lo cual es muy difícil reconstruir de qué manera jugaba. Apostaba mucho a la finta, jugaba pegado a la raya y tenía una gran pegada para los centros y los penaltis. Su estadística de conversión es bastante importante. Era chiquito y desgarbado y también le escapaba a las patadas. Se juega como se vive y así como huía en la vida de quienes intentaban darle una mano, huía en la cancha de los marcadores. Esa forma de huir era su estrategia para que nada lo atara y preservar su libertad.

P: ¿Existen ídolos clase B en Argentina?

R: Hablar de Corbatta es también hablar de nuestros ídolos y la forma en que nos relacionamos con ellos. Forma parte de un fútbol un poco olvidado; juega un partido emblemático en el que hace un gol impresionante con la selección argentina pero en un estadio semivacío. Hay un montón de futbolistas que pueden pertenecer a una clase B, si le llamamos así a los grandes jugadores que nunca pudieron llegar a ser lo que prometían. Lo curioso que para mí pasa con Corbatta es que él sí llega a cumplir esas expectativas: juega en la selección un mundial aunque no le va bien (Argentina se fue eliminada en primera ronda en el mundial de Suecia 1958); lo venden a Boca donde tampoco le va bien pero igual le alcanza para que lo vendan a Colombia. Corbatta tiene esa mixtura de haber pasado una vida dura y hasta desgraciada con momentos brillantes. Suele decirse que es autor del gol más impresionante de la selección argentina (ante Chile por eliminatorias) hasta la obra de Diego en 1986. El mismo contó que llegó a la puerta del área con todo el arco a su disposición, pero igual regresa a la mitad del campo sin hacer el gol. Entonces se da cuenta que van a matarlo, vuelve y convierte. Empecé a buscar un registro fílmico porque el partido está filmado y llegué a un resumen de un noticiero de la época en el que están los primeros 3 goles, pero cuando llega el momento del cuarto, la cinta se pone en blanco. Lo que sí hay es una reconstrucción fotográfica de la revista El Gráfico que consta de 8 fotos y también fue publicada por la revista LIFE en español.

P: ¿Cómo lo vas a construir vos? ¿Es el mismo que imaginabas antes de hacer el libro?

R: No. La perspectiva me cambio bastante pero no en relación a lo futbolístico sino en episodios de su vida de cosas que yo creía y tal vez no fueron así. Pero pude dimensionar quien era como futbolista. Enrique Macaya Márquez vio el mundial del 58 y todos los que vinieron después y sostiene que en un equipo ideal de Argentina tiene que estar Maradona y Messi pero también Corbatta. Creo que revaloricé a ese ídolo que me enseñaron a amar.

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