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Mayer, el héroe inesperado que lleva a Argentina a otra final de Copa Davis

El argentino, que reemplazó a Del Potro en el quinto punto, supera a Evans por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-4

Mayer festeja un punto en su partido contra Evans.
Mayer festeja un punto en su partido contra Evans.C. Brunskill (Getty)

Hay un evento tenístico que rompe todos los esquemas, regresa a la esencia del amateurismo y construye historias épicas de deportistas que habitualmente no son protagonistas en un circuito acartonado, dominado desde hace años por dos o tres jugadores de otro planeta. Allí, en la Copa Davis, todo un país puede paralizarse para ver cómo un hombre llamado Leonardo Mayer (Corrientes, Argentina; 29 años), 114º del ránking ATP, lo lleva a otra final de una competición que jamás ha podido ganar en la historia. Su rival, el británico Daniel Evans (53º) era otro tenista del grupo de los mortales, aquellos que están lejos de tipos como Murray y Del Potro, protagonistas de la primera jornada de esta serie. Esta tarde, en el partido más importante de sus vidas, y gracias a la magia de la Davis, los actores principales han sido ellos dos; y el héroe, el argentino. Mayer ha superado a Evans por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-4 y le ha dado el quinto, y definitivo, punto a su país en las semifinales frente a Gran Bretaña.

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Con este punto, Argentina ha vencido a Gran Bretaña, el último campeón, por 3 a 2, y jugará la final de la Copa Davis del 25 al 27 de noviembre frente a Croacia que superó por el mismo marcador a Francia en las otras semifinales.

Tras la baja de Del Potro, que había vencido a Murray en el primer punto, Mayer debió salir a definir una serie que Argentina había comenzado ganando el viernes (2-0). Gran Bretaña había empatado gracias al dobles y a la victoria de un extenuado Murray, este domingo ante Guido Pella. Consciente de la presión, el correntino comenzó el encuentro errático, arriesgando demasiado con el revés y cediendo puntos fácilmente. Evans, con un juego sencillo, procurando no cometer errores no forzados y con el apoyo de su público, supo aprovecharlo y se llevó el primer set.

Pero Mayer no quiso dejar pasar el día de gloria que solo una competición como la Davis puede regalar. Se fue liberando con el correr de los minutos y, más seguro con la derecha, hizo valer su primer servicio (en el tercer set ganó el 92% de los puntos cuando metió el primer saque) y se acomodó en el partido. Creció también el aliento de la afición argentina en el estadio de Glasgow y el Yacaré fue imparable. Es, mejor dicho, imparable en la Davis, donde ganó los últimos 10 individuales que jugó. Tal vez por eso, el capitán argentino Daniel Orsanic, decidió que sea él el encargado de disputar el punto definitivo y no Delbonis, de mejor presente tenístico.

En el último parcial, el más nervioso era Evans, quien mostró mucha fragilidad en su revés. Mayer consiguió un rápido break en el quinto juego y nunca bajo el nivel que recuperó tras un comienzo de partido complicado. Muy seguro con su servicio, el argentino, con Del Potro alentándolo desde el banquillo, jugó como lo hacen los de otro planeta y se metió en la historia de la Copa Davis.

Terminó entre lágrimas Leo Mayer, rodeado de todo el equipo argentino, que cantó y saltó en medio de la pista ante miles de británicos que habían animado a sus tenistas. Hubo mucha emoción y desahogo en la delegación tras el pase a la final.

El correntino terminó convirtiéndose en el salvador pero no quiso saber nada de heroísmos: "Héroe es el equipo, acá jugamos todos. Somos un equipo. Yo apenas jugué un partido para ganar", sentenció.

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