La final de Ruth
Su estado de forma, madurez y solvencia en competiciones internacionales nos hacen albergar esperanzas de medalla
Pongamos el listón por ejemplo a 2 metros de altura, que es lo que saltó Ruth Beitia en los pasados Juegos de Londres cuando quedó cuarta. Bastará que nos coloquemos debajo del listón y lo miremos para hacernos una idea de la dificultad de la prueba. Se nos antoja como algo realmente prodigioso de poder saltar. Aunque fuéramos altos como Beitia (1,86m) y patilargos como ella, esta altura en torno a la que se lograrán las medallas, es enorme. Aún así las mejores saltadoras al final de la batida ya tienen situado su centro de masas un poco por encima del 70% de la altura del listón. Así para saltar los 2m significa que gracias a la extensión de la pierna de batida y el levantamiento de la contraria, junto con los brazos, logran situar al centro de masas en torno a 1,4m de altura. Pero faltará elevarlo en el vuelo 0,6m o algo más, para franquear los 2m del listón. En realidad con el estilo Fosbury el centro de masas puede llegar a pasar incluso un par de centímetros por debajo del listón mientras todo el cuerpo pasa por encima sin derribarlo. Pero lo más habitual es que pase unos centímetros por encima, permitiendo así cierta holgura en la posición del cuerpo al franquearlo.
La carrera de aproximación nos permitirá tensar adecuadamente los músculos, almacenar energía elástica y también dotarnos de la necesaria tendencia a girar (momento angular) de nuestro cuerpo en los tres ejes espaciales. Esto será imprescindible en la fase de franqueo para que podamos rotar adecuadamente, sin derribar el listón.
Es por ello que se realiza una carrera de aproximación describiendo una curva. Además, se frena en la batida la velocidad horizontal lograda en los dos pasos previos. Las mejores saltadoras llegan a los dos apoyos previos a 25km/h, mientras que al acabar la batida se quedan cerca de los 14Km/h. La batida suelen hacerla las mejores a un poco menos de un metro de distancia del listón, logrando superar los 14km/h de velocidad vertical, suficiente, si la técnica es correcta para poder ascender en vuelo los 0,6m que necesitamos y franquear así el listón situado a 2m de altura.
Ruth ha pasado a la final olímpica brillantemente, salvando los 1,94m del listón sin ningún derribo. Este año tiene como mejor marca 1,98, pero probablemente las medallas se sitúen en torno a su actual récord de España (2,02m) que podría llegar a batir la cántabra en Río.
Su estado de forma, madurez y solvencia en competiciones internacionales nos hacen albergar grandes esperanzas de medalla. Además, sería un brillante y merecido colofón a su larga carrera deportiva.
Xavier Aguado Jódar es biomecánico y catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha.
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