Tecatito quiere ser Iniesta
El joven 10 mexicano se convierte en el jugador más desequilibrante de su equipo por su picardía y regate
Si Colombia tiene a James y Argentina a Messi, México tiene al Tecatito. Jesús Manuel Corona, de 23 años, marcó uno de los mejores goles de la Copa América Centenario, contra Venezuela, en un momento del partido en el que México necesitaba de un destello para el empate (1-1). A lo largo del encuentro lo intentó por la banda izquierda con la misma maniobra: un par de amagues y remate. Hasta que en el minuto 80 el pundonor de Corona se convirtió en una genialidad con la que burló a cinco venezolanos para anotar.
“Desde chiquito lo intento. Eso lo vas improvisando, es natural. Ves el espacio, intentas salir por ahí”, dijo el Tecatito después de su gol de fantasía. No es una sorpresa. En cada partido lo busca. Esa es la esencia del jugador con rostro de chaval, coleta a lo samurái y botines verde chillones. Y apodo de cerveza.
El Tecatito Corona emergió de los barrios de Hermosillo, Sonora, en el norte de México. Su baja estatura (1,73 metros) y su habilidad para bailar a rivales lo llevaron a los Rayados. Con 17 años debutó en la Primera División. Tres años le bastaron para adjudicarse la palabra promesa. En 2012, Jesús Manuel viajó a Japón para mostrarse en el Mundial de clubes. Fue titular, marcó dos goles y mostró su juego atrevido contra el Chelsea. El Tecatito puso en aprietos a Ashley Cole y a Peter Cech.
El Twente, de Holanda, se fijó en Corona y lo contrató por 3,5 millones de euros en 2013. Tuvo una participación intermitente durante la primera mitad de la temporada y tras las vacaciones invernales lo mandaron al equipo filial de la segunda división por llegar con exceso de peso. Se recuperó y en la siguiente temporada mostró sus dotes de genio. Se ganó la titularidad y marcó nueve goles, sin ser delantero.
Su buen ritmo lo notó el entonces entrenador de México, Miguel Piojo Herrera, y lo convocó para un par de amistosos. Debutó contra Holanda y asistió a gol. Eso le valió para ser incluido en la nómina para jugar la Copa América 2015 y el propio Tecatito pidió jugar la Copa Oro. Fue el único que cambió sus vacaciones para jugar en verano. “Representar a mi selección es un orgullo, es lo mejor que me puede estar pasando”, aseguró Corona.
El año pasado el club especialista en fichar jugadores promesa y venderlos como estrellas, el Oporto, lo contrató. La cláusula de rescisión está blindada con 50 millones de euros. Tecatito empezó a conseguir réditos. En su estreno en la liga portuguesa marcó un doblete contra el Arouca. Finalizó su participación como un fijo en el once inicial y ocho goles. “Es un extremo puro, con una fantástica movilidad y habilidad técnica. Me encanta la audacia con que se muestra en el campo”, considera el exjugador del Real Madrid Hugo Sánchez.
Pero lo de Corona es ceñirse la camiseta de México. Ha sido un jugador clave para el seleccionador Juan Carlos Osorio porque ha marcado en momentos clave para el equipo. En noviembre, el equipo mexicano se enfrentó a Honduras en un partido de eliminatorias mundialistas. Corona ingresó en la segunda parte con el marcador 0-0. Seis minutos después se hizo un autopase con el talón y anotó.
En los dos partidos contra Canadá convirtió goles con lujo. El primero lo hizo en Vancouver tras burlar un defensor y clavar el balón en el ángulo superior. En el estadio Azteca recibió un balón de espaldas, giró en su eje como en los buenos tiempos de Zidane y mandó el balón a la esquina.
Corona admira a Iniesta, un mago. Creció con Ronaldinho como ídolo y ahora refuerza el anhelo de México por alzar la Copa América. Su último gol lo sitúa como titular indiscutible y su picardía remite a la mejor versión de Cuauhtémoc Blanco. El dorsal número 10 le ha quedado bien al Tecatito, el nuevo jugador consentido de México. El seleccionador, Osorio, no duda: “Salvo Messi, Jesús está al nivel de Willian, Neymar, Hazard, Robben o Ribéry. Cuando se trata de encarar con habilidad y con poco espacio ha demostrado que es uno de los mejores del mundo”.
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