La IAAF descabeza al atletismo keniano por dopaje y corrupción
La comisión ética suspende por seis meses al presidente, el vicepresidente y el extesorero de la federación
El comité de Ética de la IAAF ha anunciado el lunes 30 la suspensión provisional durante 180 días del presidente de la federación keniana de atletismo, Isaiah Kiplagat, de su vicepresidente y miembro del consejo de la IAAF, David Okeyo, y del extesorero y jefe de equipo durante el Mundial de Pekín, Joseph Kinyua. La decisión se produce pocos días después de que varias decenas de atletas kenianos tomaran la sede de su federación en Nairobi exigiendo la dimisión de los dirigentes, una petición apoyada por el Gobierno de su país.
Después de Rusia, Kenia, podría titularse una película de acción y también la acción que pretende la limpieza del atletismo mundial comenzando por sus suciedades más llamativas. Aunque el brazo ejecutor difiera –con Rusia solo se atrevió la Agencia Mundial Antidopaje (AMA); contra Kenia a la federación internacional de atletismo (IAAF) no le ha dado miedo dar el primer paso--, y la sanción también se distinta –más leve el castigo al atletismo keniano--, la razón es la misma en ambos casos, dos palabras que parecen obligadas a caminar siempre unidas: dopaje y corrupción.
La comisión Ética de la IAAF ha ordenado al fiscal keniano Sharad Rao investigar las acusaciones contra los tres dirigentes: “una potencial subversión de los procedimientos antidopaje en Kenia” y la “apropiación indebida de fondos aportados por Nike”, el principal patrocinador de la selección de atletismo que dominó el medallero de los Mundiales de Pekín en agosto pasado (siete oros, seis platas, tres bronces). Al presidente Kiplagat se le acusa también de aceptar “el regalo aparente” de dos vehículos a motor por parte de la federación de atletismo de Qatar en periodo 2014-2105. Durante esa época, la IAAF otorgó al emirato del Golfo la organización de los Mundiales de 2019.
En los últimos meses, diversas informaciones periodísticas alertaron de la gran extensión del dopaje en Kenia, donde el atletismo, la principal industria exportadora del país, se considera el método más extendido y más rápido para salir de la pobreza. Miles de jóvenes se concentran en campos de entrenamiento en Eldoret y otras ciudades en las alturas del valle del Rift donde decenas de agentes extranjeros seleccionan a los mejores para competir en maratones y otras carreras urbanas en Europa y Estados Unidos.Solo cinco atletas en la historia han bajado de 2h 4m en maratón: cuatro de ellos, los cuatro mejores, son kenianos, incluidos los tres últimos plusmarquistas mundiales de la distancia.
En las listas de la IAAF figuran actualmente 22 atletas kenianos suspendidos por dopaje, una cifra que, según las filtraciones que se han producido del informe de la Comisión Independiente de la AMA que se espera se haga público en enero, y que analizará el dopaje en Kenia, podría multiplicarse.
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