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La corrupción en el fútbol, un caldo de cultivo para la discriminación

Un informe de la UNESCO señala que la falta de credibilidad en la FIFA o en la UEFA debilita su postura en la lucha contra el racismo

Aficionados con banderas franquistas y nazis con la esvástica.
Aficionados con banderas franquistas y nazis con la esvástica.Reuters

Casi una década del "no juego más" de Samuel Eto'o. Poco más de año y medio de la estampa de Dani Alves comiéndose un plátano que le lanzaron desde la grada de El Madrigal. Y 12 meses de que Emilio Rentería, futbolista venezolano, quisiera abandonar la liga chilena harto de los insultos. Episodios que han tenido lugar sobre un terreno de juego, pero en los que ha primado el racismo. La UNESCO, que este viernes ha publicado un informe, señala que una parte de la culpa proviene de la corrupción en el seno de los organismos de este deporte. "Las investigaciones señalan que la FIFA y la UEFA carecen de la confianza necesaria del público por su falta de sinceridad de sus dirigentes".

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La campaña del "no al racismo" promovido conjuntamente por los dos organismos internacionales del fútbol desde hace años ha tenido un impacto muy positivo para reducir la discriminación. El desprestigio al rival solo por el color de su piel o la nacionalidad se ha atenuado considerablemente desde los setenta, época álgida tal y como expone el informe.

Las iniciativas desde los despachos para erradicar esta lacra son numerosas y no se limitan simplemente a eslóganes. La FIFA, aunque dañada en su credibilidad, lanzó el 12 de octubre una guía práctica sobre la diversidad y la no discriminación. Este texto, que servirá como hoja de ruta para las eliminatorias de clasificación para el Mundial de Rusia en 2018, contempla diferentes acciones. Desde que antiguos jugadores lean comunicados antes de los partidos hasta que los futbolistas porten lazos contra la homofobia.

El estudio, promovido por la agencia de Naciones Unidas en colaboración con la Juventus, pone también el acento en los espectadores. "Los insultos, las actitudes despectivas o los comentarios racistas forman parte de la tradición futbolística", determina. Pero no quiere llamar al alarmismo la UNESCO. Sitúa en contexto las cifras que manejan y entiende que son casos excepcionales, aunque gozan de gran proyección mediática. "Si se compara con la cantidad de partidos que se disputan al año, el porcentaje es mínimo".

La lucha contra el racismo está contando con los clubes como aliados. Han puesto en marcha diferentes medidas, como que los espectadores xenófobos no entren a los estadios, para favorecer que no haya un caldo de cultivo de discriminación en sus propias gradas. Las instituciones federativas o las ligas buscan también poner punto final y han ampliado el abanico de sanciones, por ejemplo económicas, a aquellos equipos que incumplan patrones de buena conducta.

El estudio es determinante en cuál es el camino a seguir para liberar al fútbol del racismo. Evitar las sanciones colectivas, favorecer la autorregulación entre los aficionados o educar desde las categorías inferiores en la lucha contra la discriminación son algunas de las recomendaciones de la UNESCO. "Los clubes, los organismos y las instituciones tienen en los seguidores a los mayores aliados para esta lucha", concluye.

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