La Liga paralela de Brasil
Trece equipos, la mayoría de Primera, se separan del resto y crean otro torneo
Brasil tiene una nueva Liga de fútbol, creada al margen de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Se llama Liga Sur-Minas-Río, y están asociados, por ahora, 13 equipos de cinco Estados del país: Flamengo, Fluminense, Cruzeiro, Atlético Mineiro, Gremio, Internacional, Atlético Paranaense, Coritiba, Joinville, Avaí, Figueirense Chapecoense y Criciúma (este último de Segunda División). Estos clubes están entre los más importantes de Río de Janeiro, de Minas Gerais y de la región sur del país. Además, los 12 que son de Primera División representan más de la mitad de los equipos que se encuentran en esta categoría (20 en total). La escisión responde a su deseo de crear otro modelo de organización y gestión.
A corto plazo, la nueva entidad pretende poner en marcha un torneo en el primer semestre de 2016. “Todavía tenemos que adaptarnos al calendario de los campeonatos regionales”, explicó Delfim Pádua Peixoto, máximo dirigente de la Federación de Fútbol del Estado de Santa Catarina. Todavía no han definido sus normas, pero se prevé que participen 10 equipos (dos de cada Estado) a lo largo de ocho jornadas.
El presidente de la nueva entidad será Gilvan de Pinho Tavares, máximo dirigente del Cruzeiro (Minas Gerais). Ya se esperaba la creación de la Liga entre los dirigentes del fútbol brasileño. “No estimulamos ni criticamos la nueva Liga, solo observamos”, dijo Walter Feldman, secretario-general de la CBF. Sin embargo, los fundadores de la nueva Liga esperan que la máxima entidad del fútbol brasileño respalde el nuevo proyecto, según confirmó a EL PAÍS el presidente del Flamengo, Eduardo Bandeira de Mello.
El nuevo torneo nacerá como el tercer más importante del país, sólo por detrás del Campeonato Brasileño y la Copa de Brasil, ambos organizados por la CBF. Todavía no están claros cuáles son los objetivos a largo plazo del proyecto. Tavares, presidente de la nueva Liga, explicó a la cadena Globo que el grupo tiene la intención de organizar el Campeonato Brasileño en el futuro. “Es así en Inglaterra, España, Italia y Alemania. Tenemos que copiar lo que funciona. El fútbol brasileño y el argentino, si los comparamos con el europeo, van con retraso. Recaudamos muchísimo menos porque no tenemos la misma organización. Vamos a alertar a los demás clubes sobre la necesidad de emprender este paso”, dijo.
Bandeira de Mello, el presidente del Flamengo, explicó a EL PAÍS por teléfono que no se discutió la organización del principal torneo del país. Pero a través de una nota, el Flamengo ya había afirmado antes que la liga “representa un importante avance en las relaciones entre los clubes y refuerza la necesidad de que ellos, los verdaderos promotores del deporte, tengan una mayor relevancia y autoridad en la discusión del fútbol brasileño”.
La intención de los fundadores es que la Liga conviva con los campeonatos regionales, pero tanto el Flamengo como el Fluminense tienen otro objetivo: priorizar el torneo de la Sur-Minas-Río y no jugar con sus jugadores principales el campeonato de Río. “Puede que perdamos dinero, pero es un sacrificio que merece la pena si se cambia, más adelante, la gestión de la Federación de Río de Janeiro y la competición regional vuelve a tener su atractivo”, explicó Bandeira de Mello. “El objetivo de la nueva Liga es poner en marcha una alternativa más atractiva y rentable que los torneos regionales en los cuatro primeros meses del año. No interfiere en lo que hace la CBF”.
Peixoto, el dirigente de la Federación de Santa Catarina, también rechazó que la nueva entidad sea el “embrión de una nueva Liga nacional”. Pero admitió que no está de acuerdo con varias de las decisiones de la CBF y animó a otros clubes que se asocien a la nueva Liga, sobre todo los de São Paulo. “A lo mejor en 2017, creo que en 2016 es difícil. Es importante que participen”.
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