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Estados Unidos gana con apuros a Haití y pasa a cuartos de final

El equipo anfitrión superó (1-0) a los antillanos con un gol en la segunda parte de Dempsey

Pablo de Llano Neira
Dempsey y Zardes celebran el gol de EE UU.
Dempsey y Zardes celebran el gol de EE UU.W. T. (USA Today Sports)

Estados Unidos ha pasado a cuartos de final de la Copa Oro tras superar 1-0 a Haití en el estadio de Foxborough (Massachusetts). Los haitianos, sobre el papel más débiles, sorprendieron y pusieron al equipo de Jürgen Klinsmann en más apuros de los previsibles. Un gol de Clint Dempsey nada más arrancar el segundo tiempo, cuando los haitianos aún estaban regocijándose en su fulgurante primer tiempo, decantó el partido a favor de Estados Unidos.

Los 25 primeros minutos fueron un sopapo de vitalidad de Haití a los anfitriones. Fuertes, rápidos, con confianza y recursos, los haitianos salieron como chispas y controlaron el juego con un fútbol resuelto y de llegada veloz al área contraria. Incluso amenazaron a balón parado. En una de las ocasiones más claras del encuentro, Jerome lanzó un derechazo potente y colocado que se fue por menos de un palmo, tocando el larguero por arriba. Era el minuto nueve, y EE UU en las nubes.

La selección local empezó desubicada, como si no esperase la irreverencia futbolística de Haití, animada después de empatar 1-1 con Panamá en el primer partido. Klinsmann apostó el ataque a los delanteros Johannsson y Altidore, pero en la primera parte ninguno de ellos provocó el peligro que se esperaba. Para Altidore, por cierto, el partido era simbólico: por primera vez jugaba contra la selección de la tierra de sus padres, emigrantes haitianos que tuvieron a su hijo Jozy en la ciudad de Boca Ratón, Florida. Tal vez por respeto a sus raíces, Altidore estuvo inofensivo.

El haitiano más enchufado en la primera parte fue Wilde Donald Guerrier, atacante del Wisla Cracovia polaco. Una bala con habilidad pero sin tino, o más específicamente con un extraño problema en el golpeo. Guerrier percutía, llegaba hábil y con pulmones al área de Estados Unidos pero a la hora de soltar el pie la pegaba con el efecto contrario al deseado y el balón, en vez de tomar camino hacia la portería rival, se iba alejando como un ensueño antillano.

En torno al minuto 30 EE UU empezó a espabilar y a controlar el juego. En el minuto 34 anotó un gol su delantero Johannsson pero el árbitro cotarricense Camargo lo anuló. Se equivocó el réferi.

Los locales se cobraron la pieza de caza nada más empezar el segundo tiempo. Dormido Haití, al minuto de la reanudación EE UU trenzó una jugada rectilínea y profunda en la que el recién salido al campo Zardes dio un pase de la muerte nítido a Dempsey para que la figura estadounidense, dentro del área llegando desde atrás, la pegase al primer toque como los ángeles: seco, colocado, limpio como un obús ecológico a la escuadra de Haití. 

En el primer tramo del segundo tiempo, después del tanto, EE UU fue EE UU y Haití fue Haití, o al menos lo que se esperaba de cada uno. Mandando los anfitriones, superados los caribeños. Pero a medida que avanzó el encuentro los de Klinsmann fueron entrando en una molicie peligrosa y los haitianos pusieron otra vez el turbo, aunque no les sirvió para cosechar el empate que, en verdad, se tenían merecido. Sobrados de ganas, con calidad, fuerza y hechuras pero faltos de puntería –lo que se podría llamar, por lo visto esta noche, el Mal de Guerrier–.

EE UU venció y se clasificó para cuartos con seis puntos en el grupo A, sumando los tres puntos que logró en el primer partido tumbando 2-1 a Honduras. Queda por ver en este grupo quién pasará como segundo. Panamá y Honduras empataron 1-1 este viernes y, junto a Haití, los tres se han quedado con un punto. Todo se decidirá en la tercera y última jornada de la fase de grupo, en los partidos EE UU-Panamá y Honduras-Haití.

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