Nadal desfila ante Bellucci
El español vence con rotundidad al brasileño (6-4, 6-2 y 6-4) en su estreno en Wimbledon y se medirá en la segunda ronda del Grand Slam inglés al alemán Brown, 102 del ránking
Quiso Rafael Nadal corresponder a Londres, que en la puesta de largo del español en Wimbledon le brindó un día de esos que convierten a la capital inglesa en una ciudad irresistible. Cielo completamente celeste, calorcito (28º de temperatura) y sol radiante. El marco, ideal para la jornada de picnic de los cientos de personas que presenciaron el duelo desde la colina anexa a la pista 1 del All England Tennis Club, lo fue también para el estreno del de Manacor, que se deshizo (6-4, 6-2 y 6-4 en dos horas y 10 minutos) del brasileño Thomaz Bellucci para avanzar a la segunda ronda. Ahí le espera el alemán Dustin Brown (3-6, 6-3, 7-5 y 6-4 a Yen-Hsun Lu).
Como norma habitual, Nadal se ejercitó a primera hora de la mañana para desperezar los músculos y afinar sensaciones. Tras el entrenamiento, la marabunta que invade esto días el complejo le rodeó para pedirle firmas y selfies. Apenas podía avanzar el número 10 del mundo, así que intervino la organización. Hasta siete efectivos le circundaron en su trayecto hasta el escenario del encuentro. Una vez allí, a ras de césped y de blanco riguroso, Nadal hizo lo que tenía que hacer. Esto es, ganar con rotundidad. Cero dudas. Con buen paso.
Es cierto que desde el otro lado de la red apenas le ofrecieron resistencia. Zurdo y espigado, pero muy inconsistente, Bellucci salió al cesped derrotado de antemano. Así que el español aprovechó la benvolencia para pulir el mecanismo. Sin llegar a estar brillante, Nadal sí que estuvo acorde a un guion que exigía por encima de todo rodaje y evitar sobresaltos. ¿Certezas? Pocas. Tal vez, que su índice de presión atmosférica ha menguado con respecto a los niveles de París y que se le nota un poco más suelto; también, que sigue flirteando demasiado con el relol en los saques (algunos se demoraron hasta los 30 segundos). ¿Sensaciones? Positivas, a falta de confirmación frente a empresas mayores.
Empezó un poco trastabillado, salvando tres bolas de ruptura la primera vez que se disponía al servicio. Le canturrearon desde la grada circular de la 1 (Let's go Rafa, let's go!) y espolearon su brazo izquierdo. Pegó bien Nadal, con el drive y sobre todo con un revés que escupió la pelota como un tiro. Dibujó además algunos paralelos preciosos, como ese que le permitió romper (3-2 a su favor) y demarrar hacia el primer set, aunque Bellucci, 41 del mundo, se revolvió y contragolpeó con un break que se quedó en la nada.
Para los que no lo recuerden, el brasileño es aquel jugador que le hizo un escarnio a España. Fue quien batió a Roberto Bautista y Pablo Andújar en aquella eliminatoria en Río, en septiembre de 2014, que costó el descenso a la Segunda División de la Copa Davis. En aquella época era el 83 del mundo. Ahora ha mejorado su ránking, pero la distancia con respecto a Nadal es equivalente a la que exigió aquel dichoso viaje. Por si fuera poco, abajo en la estadística particular entre ambos (ahora 5-0) y ningún triunfo sobre el verde desde 2011 (Queen's).
Al de Manacor se le nota un punto más suelto que en París. Acertó en el 89% de sus subidas a la red
Por tanto, no pasó apuros el balear, sólido igualmente en la segunda y la tercera manga, en los peloteos, la red (17 aciertos en 19 subidas, un 89%), los saques (65% de puntos retenidos tanto al primer como al segundo servicio, aunque solo un ace) y al resto (11 devoluciones ganadoras, por las cuatro de su rival). "¿Calor? En Australia puede ser mucho peor. Este tipo de días en Wimbledon son muy bonitos. Con este tiempo, puede ser uno de los lugares más bonitos del mundo", dijo después de ponerle el lazo al partido. Buen desfile para comenzar en Londres, buena puesta en escena. Está con ganas Nadal. Que continúe...
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