Chile busca una distracción en el fútbol
Vencer su primera Copa América sacaría a los chilenos a la calle y, aunque fuese por unos días, de su pesadumbre colectiva
Las mañanas en Chile son ya auténticamente invernales y la población parece también algo fría en Santiago, que amanece con múltiples preocupaciones políticas y el centro tomado por manifestaciones de profesores y de estudiantes. Choca percibir tanta crispación en un país que pasó la década del año 2000 como un ejemplo de estabilidad en la región. “La Copa América le ha venido como anillo al dedo al Gobierno”, dice Cristian, dueño de una tienda de ordenadores que votó a la presidenta Bachelet pero está “cansado de corrupción, de mentiras y de desigualdad”. Estos 25 días de fútbol prometen un alivio a la tensión política, aunque un miembro de la organización del torneo bromea en privado acerca de que “Dios quiera que a Chile le vaya bien, para mantener a la gente ilusionada”.
El ambiente enrarecido llega a extremos surrealistas, como la decisión de la Federación de entregar una sola entrada (y no dos, como se hacía hasta ahora) a los integrantes de la selección de 1962, la más exitosa hasta el momento —fue tercera en aquel Mundial disputado en casa—, todos ellos septuagenarios y octogenarios, que se verán obligados a acudir solos al estadio. “Llamé a Sergio Jadue [el presidente de la federación], pero me dijeron que estaba reunido”, afirmó desconcertado el capitán de aquel equipo, Sergio Navarro. Al oír la noticia en la radio, el taxista Rubén F. Estalla: “En este país no hay caso… Luego los dirigentes y sus familiares van a lo que quieren en masa”. Jadue está además en el punto de mira, como la mayoría de los directivos federativos del continente, por las diversas investigaciones nacionales e internacionales en curso sobre la corrupción generalizada en la FIFA y la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol).
En el ámbito puramente deportivo, Chile ha amortiguado su entusiasmo posmundialista por la acuciante falta de gol del equipo en los amistosos recientes (un gol en tres partidos, contra El Salvador). La ansiedad, repiten sus figuras, es su máximo enemigo. El seleccionador, el argentino Jorge Sampaoli, ha probado con diferentes variantes para compensar el bajo estado de forma de Eduardo Vargas, máximo goleador del equipo bajo su dirección, pero casi inédito en su temporada británica con el Queen Park Rangers. Sampaoli recuperará a Jorge Mago Valdivia en su clásica posición de 10 después de que actuase de suplente en el Mundial y haya superado sus desavenencias con el entrenador.
“A pesar de la política, a pesar de
Todo el mundo da como favorito a Argentina, un escenario que pocos chilenos observarían con gusto a pesar de que la tradicional rivalidad vecinal se haya suavizado en los últimos lustros. Como lo expresa el recepcionista de un hotel en Providencia, “cuando empezaron a tener problemas dejaron de mirarnos tan por encima del hombro. Pero preferiría que ganase cualquier otro”. En lo futbolístico, sin embargo, la inferioridad histórica chilena sigue siendo manifiesta. Vencer su primera Copa América sacaría a la gente a la calle y, aunque fuese por unos días, de su pesadumbre colectiva. No hay muchas banderas todavía en las calles de Santiago, aunque sí se dejan ver ya los primeros visitantes brasileños y colombianos. El propietario de un bar en la Estación Central está decorando su establecimiento y no tiene dudas: “A pesar de la política, a pesar de la Conmebol, los chilenos nos vamos a volcar con el equipo”.
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