“Me verán haciendo locuras”
El técnico, conocido por su explosividad, pondrá a prueba al grupo que ha formado frente a la selección de Camerún
La proximidad de las grandes citas ensombrece el carácter de algunos entrenadores. Ricardo La Volpe agudizó su insomnio en la antesala del Mundial de Alemania. Javier Aguirre fue pronunciando su irritabilidad a medida que se acercaba el campeonato en Sudáfrica. Miguel Herrera, camino de Brasil, parece distendido, confiado y capaz de comerse el mundo, como si una banda de mariachis le acompañara a todas partes con canciones que exaltan el valor de la vida. “Es el mexicano más feliz", cuenta una persona de su entorno.
Hay algo de revancha en todo esto para El Piojo Herrera (Hidalgo, 1968). En 1994, el entonces seleccionador Mejía Barón lo llamó para asegurarle que iba a ser jugador de la selección mexicana en Estados Unidos. Horas después, se dio a conocer la lista y no formaba parte de ella. Fue el momento más duro de su carrera. Lo habían dejado fuera por su tendencia a perder el control y ser expulsado. Esa explosividad de tipo de barrio la trasmite ahora a sus jugadores en forma de entusiasmo. ¿Herrera es un temerario o un optimista que conoce el camino?
Los anteriores seleccionadores dejaban claro a utileros y masajistas que no formaban parte del núcleo duro del equipo, coto cerrado para los jugadores y el entrenador. Herrera, sin embargo, los convoca a todos en círculo antes de los partidos, hace que se den la mano y recen el Padrenuestro. El Piojo, un comandante en jefe con más pasión que cháchara, lleva en la muñeca una pulsera de San Judas Tadeo, el santo de las causas imposibles para los mexicanos. Al ir a su encuentro, los aspersores riegan los campos del Centro de Alto Rendimiento del Tri, en los límites sureños de la Ciudad de México. Afuera una jauría de perros ladra a todos los coches que entran y salen de las instalaciones.
Pregunta. ¿Por qué de pequeño se peleaba tanto con los otros niños?
Respuesta. Era peleonero. Creo que fue parte del carácter que me fui forjando por la falta de un padre. Quería defender a mis hermanas, a mi hermano, defender lo que de repente uno piensa que está en peligro. La calentura era grande. Fui la figura masculina de mi casa hasta que mi mamá se volvió a casar. Hasta el día de hoy tengo esa forma de ver la vida. Mi mamá se mató por sacar la casa adelante. No tengo recuerdos de mi papá, los he borrado. Nunca más lo he vuelto a ver. Ni me interesa.
Tenemos más equipo que una figura
P. ¿Es usted la persona que por fin va a hacer algo grande con México?
R. Espero que sí. Pero está en manos de los chicos. Yo voy a trabajar para que tengamos las mejores armas, pero el éxito depende de los muchachos. El éxito de ellos nos va a arrastrar a todos.
P. ¿Por qué sonríe tanto Herrera a un mes del Mundial?
R. Me parece que la vida hay que disfrutarla, vivir cada momento como si fuera el último. Si yo tuviera que vivir mi vida con una cara de enojo, con una molestia, a lo mejor no me iría seguro de este mundo. Si ahorita me llamara el Señor y me dijera que me necesita ahí arriba, yo me iría feliz porque hice todo lo que pude y disfruté cada momento de mi vida.
P. ¿Le molesta que le llamen naco (alguien sin clase)?
R. El que me dice naco es porque no tiene valores, no tiene principios. Naco es el que no tiene preparación, no puede ser alguien que trabajó desde chiquito para poder ser alguien. Puede ser tan naco una persona que no tiene nada como el que tiene muchísimo, pero no tiene decencia.
P. ¿Usted qué representa para los mexicanos que lo tienen más difícil, los que no nacen en una cuna de oro?
R. Represento que se puede triunfar viniendo desde abajo. Una persona que lucha puede salir adelante. Les digo que se puede. En esta vida triunfa el que quiere triunfar, el que quiere conseguir sus objetivos. El que se vence a la primera no está hecho para conseguir logros.
P. ¿Se toma el Mundial como una revancha?
Vamos a trabajar en la repetición de pateos a gol y en lo anímico del Chicharito Hernández
R. Ciertamente, sí. Siempre pensé que iba a tener una segunda oportunidad de ir a un Mundial. Siempre pensé que como técnico podía lograrlo, confiaba mucho en mí.
P. ¿Por qué no logró convencer a Carlos Vela, jugador de la Real Sociedad, de ir al Mundial?
R. Estaba muy convencido de no ir. Me dijo que no, que lo tenía muy claro. Son cosas que están en su cabeza. Vela tiene muy clara su idea. Estuvimos charlando 40 minutos en un hotel en Madrid, cuando le tocaba jugar contra el Atlético. Nos quedamos solos. Hablamos. Estaba cerrado. Si obviamente no quiere, hay que seguir adelante. Vela es el mejor jugador mexicano en Europa, pero no es Hugo Sánchez.
P. ¿Cómo visualiza el enfrentamiento contra Brasil, el anfitrión?
R. Difícil. Creo que llegaremos ya con el triunfo de Camerún. Entonces, podremos ir a arrebatarle puntos a Brasil. Si son tres, extraordinario, pero uno también es bueno. Llegaríamos al tercer partido contra Croacia casi clasificados.
P. ¿Quién tendrá la pelota contra Brasil?
R. Seguramente ellos. Los primeros minutos se vendrán encima de nosotros, pero en cuanto pasen esos minutos les quitaremos la bola, nos quitaremos también la presión de la gente y terminaremos, probablemente, con el partido mucho más estable a favor nuestro.
P. ¿Qué jugador de su equipo presiente que puede marcar la diferencia?
R. Tenemos más equipo que una figura. Veo que va a destacar más el conjunto en general, pero si el delantero Oribe Peralta [recién fichado por el América] se pone las pilas, él puede ser el jugador que destaque.
P. Charlando con Jorge Valdano, decía que antes a Chicharito Hernández le centrabas una gallina y la colaba en la escuadra. ¿Cómo va a recuperarlo?
R. Vamos a trabajar en la repetición de pateos a gol y en lo anímico. Antes metía todas. Ha estado en el banquillo en su club [Manchester United] y cuando salía tenía poco tiempo, quería dar más de lo que podía y acababa equivocándose. Yo buscaré que tenga la mayor confianza.
P. ¿Qué queda de aquel Herrera jugador que ponía las espinillas rojas a los compañeros en los entrenamientos?
R. Siempre pensé que es mejor que lloren en la casa del otro antes que en la tuya. Yo siempre he sido un tipo con carácter, con determinación. Eso es lo que transmito a los muchachos. Ese deseo de no rendirse nunca.
P. ¿Puede progresar el fútbol mexicano pese a algunos problemas estructurales como que un dueño tenga varios equipos?
R. Cuando ves que en el mundo, como ha pasado en México, hay equipos que no cobran y dices que hay empresarios que tienen la capacidad de tener varios equipos y ves la trasparencia que hay, creo que no pasa nada. Veo dos equipos que se van a enfrentar [León y Pachuca, cuyo propietario es el magnate Carlos Slim, jugaron la final del fútbol mexicano] con las ganas de ganarlo. Nadie se va a dejar. ¿Qué problema hay si el dinero sale de la misma bolsa?
P. ¿Lo veremos quejándose de los árbitros?
R. Soy un poco Mourinho, discuto mucho con ellos. De repente, veo injusticias y no me las callo. Tenemos que entender, de todos modos, que el árbitro tiene un trabajo muy difícil. Solo el hecho de haber querido ser árbitro ya quiere decir algo. Yo de chico siempre quise ser el que pateaba el tiro libre, pero no recuerdo haber dicho que quisiera ser árbitro. Cuando alguien dice eso es que es diferente. Hay que entender esa posición.
Soy un poco Mourinho, discuto mucho con los árbitros. Veo injusticias y no me las callo.
P. ¿Es el mejor momento de su vida?
R. De mi carrera futbolística, sí. De mi vida, no, porque antes que nada está el nacimiento de mis hijas. Eso no lo voy a cambiar nunca. Este es el momento más importante de mi carrera. Eso no se lo niego a nadie. Los medios son tan importantes para nosotros como nosotros para ellos.
P. Siempre que enciendo el televisor me lo encuentro anunciando algo o asistiendo a algún evento.
R. Aparezco en todos lados. Trato de transmitir a la gente lo que siento y quiero que todos lo vean. Yo voy a disfrutar al máximo el Mundial. Voy con una idea clarita. En la banda me verán haciendo locuras. No son actuadas. Son de pasión. Soy yo.
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