Él lo tenía en la cabeza
El regreso de Michael Phelps es bueno para la natación porque atrae público a las piscinas. Las entradas para asistir al Grand Prix de Mesa, en Arizona, se agotaron en cuestión de horas cuando el nadador más importante de todos los tiempos anunció su presencia en el meeting. No hay nada como su gancho publicitario para promocionar un deporte que, hasta su aparición en los Juegos de Sidney, en 2000, era mucho más minoritario.
Phelps ya sabía que volvería a competir. Lo tenía en su cabeza. Se retiró tan joven, después de los Juegos de Londres, en 2012, que no podía ser de otro modo. Se pasó año y medio fuera de las piscinas porque quería hacer su vida, pero eso no ha sido nada nuevo. Ya lo hizo después de los Juegos de Pekín, en 2008, y regresó en 2009, para los Mundiales, antes de tomarse un año y medio de libranza. Cuando reapareció en 2012 lo hizo a un nivel admirable.
No le imagino nadando los 400. Pero podría nadar muy bien las pruebas de 100 y 200 libres y mariposa
Ahora el esquema se repite. Se ha estado entrenando con Bob Bowman, su técnico de toda la vida, en la sede del NBAC, el club del norte de Baltimore donde se conocieron y que luego compraron y gestionan. Su marca de 52,84s en la serie preliminar de la mañana de ayer, en los 100 mariposa, está lejos de sus mejores registros pero invita a pensar en una buena proyección.
Yo estuve ocho años sin competir y cuando regresé me encontraba fuera de forma. Cada nadador es un mundo. A él le debe haber costado, pero con su base de entrenamiento todo es posible. Ni siquiera creo que un atleta de su nivel haya estado nunca fuera de forma. Si ha decidido regresar es porque sabe que, con 28 años, todavía puede nadar muy bien. No creo que nade las pruebas de 400 metros pero las pruebas de 100 y 200 las puede hacer perfectamente.
Phelps no necesita más dinero. La publicidad le ha hecho rico. Sus patrocinadores, marcas como Kellogg's, Hilton, o como los sándwiches Subway, le han contratado durante todos estos años. Él no vuelve por eso. Vuelve porque le gusta competir. Supongo que su objetivo es entrar en el equipo americano que disputará los Mundiales del año que viene y los Juegos de Río en 2016.
Sergi López fue el primer español que ganó una medalla olímpica de natación, en Seúl 1988.
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