_
_
_
_
HISTORIAS DE UN TÍO ALTO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las ‘ventas’ de LeBron James

LeBron se dispone a hacer un mate en el duelo ante los Bucks.
LeBron se dispone a hacer un mate en el duelo ante los Bucks.TANNEN MAURY (EFE)

LeBron James probablemente sea el mejor jugador de baloncesto del mundo. También es un vendedor de primera. Promociona algunas de las marcas comerciales más conocidas del planeta. Nike, McDonald’s, Samsung; si vives cerca de una valla publicitaria o tienes televisor, LeBron James habrá intentado venderte algo de vestir, o de comer, o para ponerte cerca de los oídos. Hace poco, ha añadido un nuevo vial a su colección de falsos remedios. Tiene su propio producto, un refresco con su firma llamado Sprite 6Mix, cuya página web proclama que “LeBron le ha dado la vuelta al partido. Otra vez”. Según una portavoz de Sprite, “todo…, desde el sabor al nombre y al envase, es totalmente idea suya”.

Como la mayoría de los refrescos, Sprite 6Mix puede ser malo para la salud. Una botella de 0,6 litros contiene 60 gramos de azúcar. La mayoría de los nutricionistas recomiendan que se consuma, como mucho, 40 gramos de azúcar al día.

LeBron James no llegó a la NBA bebiendo Sprite o cualquiera de sus derivados. Llegó corriendo, levantando pesas, entrenándose más duro de lo que la mayoría de la gente puede imaginar. Su página web dedica grandes elogios a su buen estado físico y da instrucciones sobre los extenuantes ejercicios que hace James fuera de temporada. Esta hipocresía no es nueva ni exclusiva. Los deportistas han servido de gancho de productos que probablemente no fuesen buenos para ellos desde que tenemos memoria. Probablemente en los Juegos Olímpicos de 776 a.C. algún lanzador griego de jabalina vocease el nombre de un ouzo muy apreciado. Pero esto de Sprite parece —si se me permite la expresión— un poco difícil de tragar.

Estados Unidos es un sitio gordo. Quiero decir, gordo de verdad. Alrededor del 69% de los adultos de mi país pertenecen a la categoría de personas con sobrepeso u obesas. El problema no muestra signos de ir a menos. Entre 1980 y 2008 la cifra de niños estadounidenses obesos se triplicó. Algunos expertos echan la culpa a un estilo de vida cada vez más sedentario. Sea cual sea la causa, los críos estadounidenses están ingiriendo más calorías de las que gastan.

¿Qué clase de icono mundial paradigma de la buena forma física publicita una bebida azucarada?

No nos engañemos: es a este grupo de población al que LeBron James le está vendiendo su nuevo refresco superchulo. Sprite no ha reconocido explícitamente que la campaña 6Mix se haya concebido de forma expresa para los niños; pero echemos un vistazo a lo que decían algunos en un reportaje de la CBS sobre la fiesta de lanzamiento celebrada en la tienda personal de LeBron James, UNKNWN, en un centro comercial de Miami. “Muy emocionante”, aseguraba Terrence Honeywood, de seis años, que acudió con una gorra y una camiseta de los Heat. Anthony Valeo tuvo la oportunidad de hacerse una foto con su ídolo. Según decía, la iba a publicar en Facebook y a ponerla en su habitación, donde ya tenía un póster del jugador a tamaño natural.

LeBron James quiere construir un legado que trascienda los límites de la cancha; quiere ser un icono mundial. ¿Pero qué clase de icono mundial utiliza su fama, firmemente cimentada sobre la idea de que es el paradigma de la buena forma física, para vender a los niños bebidas azucaradas, perjudiciales para la salud, que él ha contribuido a diseñar y a crear?

Independientemente de lo que dijese Charles Barkley en una ocasión, los deportistas son modelos de comportamiento. Y los modelos de comportamiento no deberían utilizar su posición para contribuir a que los niños tengan más azúcar. Sprite ya se las arregla bastante bien solo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_