Cuando competir cuesta dinero
Ser deportista de élite en España es cada vez más difícil. Las becas son la principal fuente de ingresos, pero se han restringido
Los recientes Juegos del Mediterráneo han sido como un oasis para 175 deportistas españoles, que han podido revivir el espíritu olímpico a menor escala y traerse un buen puñado de medallas. En la ciudad turca de Mersin han podido además olvidarse durante unos días de que ser deportista de élite en España, al menos de las disciplinas olímpicas, es cada vez más difícil.
El equipo masculino de gimnasia es el ejemplo perfecto del clima que viven la mayoría de los olímpicos. Primero vieron cómo eran despedidos tres fisioterapeutas, luego cómo les quitaban el seguro médico privado, se restringían los viajes privados a casa, se retrasaban las becas... Ellos no han tenido que pagarse el viaje a los Europeos, como muchos otros colegas olímpicos, pero a cambio han visto reducida a la mínima expresión su presencia en los Europeos —solo dos gimnastas— y temen algo similar en los Mundiales de otoño con la amenaza que esto supondría para sus becas. Para los gimnastas, como para muchos nadadores, piragüistas, atletas y taekwondistas, por poner solo algunos ejemplos, las becas de la federación o del programa ADO son la principal fuente de ingresos. Pero estas ayudas públicas también se han restringido.
El Programa ADO garantiza premios por resultados y hasta ahora ha financiado becas especiales para deportistas de especial proyección de cara a Río 2016 y concentraciones. Pero a pesar de las ventajas fiscales que supone para las empresas que participan, cada vez aportan menos: hasta ahora ADO tiene comprometidos algo más de 32 millones de euros —fueron más de 50 para Londres 2012—, confirmó un portavoz. La buena noticia para los deportistas es que en breve se reunirá la comisión que decide sus becas y muchos podrán darse un respiro.
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