Universo Espanyol
El club crea una red de escuelas brasileñas que explota una empresa de representación La ciudad deportiva factura 100.000 euros anuales con eventos focalizados a equipos extranjeros
“Queremos la franquicia de Brasil”, avisaron desde OX Grupo, empresa brasileña de representación y turismo deportivo, entre otras funciones. Palabras tan sugerentes como rentables para el Espanyol, que con RCDE Academy Internacional pretende ramificar universalmente las escuelas de fútbol aportado su escudo y método. Así, el club blanquiazul acordó traspasar la escolinha —como le llaman allí— de San José de Petrópolis (Río de Janeiro) a cambio de lograr un tanto por ciento de beneficio en su explotación. “Es un porcentaje pequeño, pero es un dinero interesante que en un futuro cercano podría engrandecerse mucho; la clase media está empezando a pagar por jugar al fútbol en los campos de césped y no en la calle”, señalan desde las oficinas del estadio de Cornellà-El Prat; “pero no podemos decir los ingresos por un acuerdo de confidencialidad”. De la escuela originaria en Brasil ya se han pasado a 17, lo que se traduce en más de 1.000 futbolistas con el escudo periquito. “Es un copia-pega del modelo de trabajo que tenemos con nuestro fútbol base”, cuentan desde el área de RCDE Internacional del Espanyol.
“La clase media de Brasil empieza a pagar por jugar en los campos de césped”
El acuerdo comercial con OX Grupo, en cualquier caso, es un filón para el club. Resulta que la empresa tenía relación con el Fluminense y permitió que Óscar Riera, encargado del RCDE Internacional, sellara tras varias reuniones un acuerdo de colaboración con la entidad brasileña. “Consiste en un intercambio de información y de jugadores”, cuentan desde el área deportiva. Así, suelen ir cada año unos pocos técnicos durante un par de semanas para ver cómo trabaja el club —lo mismo ocurre en dirección contraria—, además de varios jugadores, con los que ambas entidades obtienen derecho preferencial para ficharlo o cederlo. Por eso, el presidente Joan Collet se acercó hace tres semanas a la sede del Flu. “Estamos intentando traer algún jugador para el filial”, sisean. Y se negoció, al mismo tiempo, obtener y vender derechos federativos de algún futbolista. “No hace falta que el jugador sea en propiedad, sino que se puede compartir. España debe aprender a vivir de alquiler”, esgrimen desde el área deportiva.
El acuerdo de colaboración con el Fluminense no es, sin embargo, el único del Espanyol, que también mantiene lazos con el Manchester City (consiguió la cesión de Weiss hace un par de cursos), con el Ah-Ahly egipcio y con el Al-Itihad saudí. Ahora, la idea del club pasa por expandirse en México [gracias al acuerdo con el patrocinador Cancún], en Suecia y en los países del Este. “Lo bueno es que ganamos prestigio internacional; lo malo, que no hay aportaciones económicas”, explican. Pero para eso está la otra rama del club, el RCD Stage.
Ante la demanda internacional de sus productos en la ciudad deportiva, el Espanyol decidió crear hace un año un catálogo de servicios. “Explica como trabajamos, qué hacemos y qué podemos ofrecer”, revelan desde el complejo deportivo Dani Jarque. Y, desde entonces, han llegado clubes de Nueva Zelanda, Australia, Inglaterra, Francia, Corea, China, Japón, Qatar… y se han multiplicado por tres la facturación, que ya alcanza los 100.000 euros anuales. Los productos, en cualquier caso, se pueden dividir en tres grupos: trainings, trials y clinics.
La prueba de acceso le cuesta a cada jugador 400 euros y los 'clinics' en grupo, 3.000
No hace mucho, a través de un touroperador deportivo, un colegio de Gales pidió unos entrenamientos especializados para una de sus clases. Se impartió el cursillo durante un par de días y se les dio un diploma a todos los chavales, después de pasar por caja. “También podían haber ampliado el paquete con un tour por el estadio y, de coincidir, comprar un billete para el partido del primer equipo”, explican desde el Espanyol; “o pedir diseños de sesiones o de una pretemporada”.
El mismo cariz internacional tienen los trials, una vez suprimido el draft (quizá regresa al año que viene). Son pruebas que se celebran cada tres meses y que, tras abonar 400 euros por jugador, puede hacerla cualquiera. “Es un filtro”, exponen desde el área deportiva; “porque todos los agentes o padres dicen que su chico es el mejor… Y así los miramos a todos a la vez y no distorsionamos los entrenamientos de los equipos como hacíamos antes”. A los que tienen el nivel RCD, sin embargo, se les invita a entrenar una semana en la categoría correspondiente. De momento, solo cuatro han pasado el primer corte (un alevín de Corea, un cadete de Georgia y dos juveniles de Ucrania y Brasil) y los dos más jóvenes deben personarse para la última prueba, que será a finales de julio. También salen rentables los clinics, que son de cuatro a siete días para la formación de los técnicos, como bien probó hace unos meses un equipo de la Serie B italiana. El precio, para 10 personas, es de 3.000 euros. Dinero que universaliza al Espanyol y alivia su precaria situación económica.
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