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La versión retro del Manchester United

Ferguson utiliza un patrón de juego similar al del final de la década de los noventa, basado en posesión y centros

Jordi Quixano
Welbeck y Skrtel disputan el balón.
Welbeck y Skrtel disputan el balón.ANDREW YATES (AFP)

La temporada pasada hubo tres tormentas en el vestuario del Manchester United que definen al actual equipo. Fueron tres charlas agitadas de Ferguson, enrabietado porque no destilaban el fútbol pretendido, a remolque de los rivales y solo inspirados en los compases finales por un gen competitivo del que no se desprenden. Tres rapapolvos porque el equipo perdía ante el City en la Supercopa, porque volvía a caer ante los citizens en la Premier y porque no daban la talla ante el Basilea en Europa. Se recompuso el equipo de la primera pelotera, campeón de la Community Shield; apenas levantó la mirada tras la segunda, sonrojado por el expresivo 6-1 del “incómodo vecino [como lo define Sir Alex]”; y se derrumbó en la tercera, descabalgado de la Champions.

Perder la Liga Europa ante el Athletic y caer en la Premier en la última jornada fue consecuencia del mal juego, de su rácana propuesta. Pero ahora, meses después de esos batacazos, el Manchester se ha versionado y tira del sistema que usó al final de la década de los 90, equipo que logró una Intercontinental y la Copa de Europa (1999), además de un porrón de Ligas. Y le da resultado, como expresó ayer en el triunfo ante el Liverpool (2-1), a la espera de medirse en Champions con el Madrid de un Mourinho que ya tiene informes, sentado ayer en las gradas de Old Trafford.

El rival europeo del Madrid recobra las posesiones largas y los abundantes centros

No hace tanto, después de que Cantona y Schmeichel avivaran a un grupo completado por los Fergie boys (Beckham, Giggs, Butt, Scholes y los hermanos Neville), el Manchester adaptó a su equipo y en pequeñas dosis la revolución francesa (junto al Cantona, llegaron a la isla jugadores como Ginola, Viera, Pirès, Henry, Anelka… que pretendían rasear el cuero) instalada en la Premier. Si bien era un grupo hermético y que apenas tenía relevos en el banquillo, el patrón de juego era similar al actual. “Muy parecido, sí”, subraya Andy Mitten, editor de la revista United We Stand y autor de al menos seis libros del club mancuniano; “quizá Ferguson tiene ahora más jugadores y alternativas, y cambia detalles del equipo en función del rival, cosa que antes no ocurría. Pero en esencia es un Manchester que ya conocíamos”.

Por entonces, Ferguson exigía una pareja de centrales muy física con Pallister y May, después Stam (como los son Vidic y Ferdinand), aliviada por la salida desde la izquierda de Irwin (Evra). Luego, con el balón controlado, se esmeraba en posesiones largas gracias a la presencia de Keane y el toque de Butt y Scholes (Carrick, Kagawa y Cleverley —“la sorpresa del equipo por su inteligencia y porque tiene pie para tocar”, incide Mitten—) para después sacar muchos centros desde la banda con Giggs y Beckham (Valencia y Nani; Young prefiere más tirar diagonales). El remate, entonces y de primeras, era de Yorke y Cole (Rooney y Van Persie).

Aunque existirían abundantes errores de hacer un juego de las diferencias —antes era un once cerrado, Keane era más físico que cualquiera y Yorke y Cole apenas participan en el juego colectivo...—, el eco de ambos conjuntos es similar. Sobre todo porque Ferguson ha puesto el aspersor de centros desde los costados (es el equipo de la Premier que más pases abre a la banda con 2.123, por los 1.960 del Arsenal), jauja para la delantera liderada por Rooney y el pichichi Van Persie (17), y aliñada con extras magníficos como el superdotado del gol Chicharito y el oportuno Welbeck. “Una delantera total”, señala Mitten; “por algo han logrado en las 22 primeras jornadas más puntos que en toda su historia a estas alturas”.

No solo eso. El MUFC contabiliza 56 goles por los 43 del Chelsea y del City, acompañado con el mejor acierto de cara a gol, con una red cada seis remates. El equipo, sin embargo y al contrario que en épocas pasadas —sobre todo porque se cerraba atrás como hizo en los 15 últimos minutos frente al Liverpool— también recibe muchos goles (29), más que cualquier equipo europeo de esta Premier. Algo extraño porque es el que más minutos de posesión tiene a favor (635) y el que más pases da (609) por encuentro, seguido del Liverpool de Rodgers con 620 minutos y 592 pases.

Estadísticas y juego que recuerdan a tiempos pasados; cambios y matices aplicados en un nuevo Manchester que ha pasado de ser un equipo desfasado a ser un rival tan competitivo y mayúsculo para el más pintado, como el Madrid en Europa.

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