Brasil se cita con México
Inspirada por la fantasía de Oscar y la pegada de Damiao, la 'canarinha' vence a Corea (0-3) y jugará la final ante la 'tricolor' en Wembley
Brasil esperaba a Neymar, pero deslumbró Oscar, el mediapunta del Internacional de Porto Alegre recién fichado por el Chelsea, que pagará 32 millones. Lleva el 10 de la canarinha y lo honra en cada detalle: aquí un pared de tacón con Marcelo; antes la asistencia del primer gol a Romulo, cuyo disparo raso al palo del portero de Corea del Sur encontró una autopista inopinada. El joven Oscar, de 20 años, embelleció a un Brasil más bien vulgar desde la idea del seleccionador, Manu Menezes, de jugar en su propio campo, agazapado, a la espera de pillar desprevenido al rival. Justo lo que sucedió en ese primer tanto, en una recuperación de Neymar tras presionar en la medular coreana. El mediático delantero del Santos participó también en el segundo tanto con un centro atrás rematado por Damião. Y en el tercero, culminado otra vez por un Damião desatado, autor de seis dianas en el torneo, convertido de nuevo en una máquina de rematar. A la espera de conquistar el primero oro olímpico de su historia, Brasil disputará la final el sábado (16.00) en Wembley ante México, que se deshizo de Japón en la otra semifinal (3-1) con goles de Fabián, Peralta y Cortés.
El resultado castigó injustamente el arrojo de Corea del Sur. Lejos de asumir su inferioridad, había atacado a Brasil en un primer cuarto de hora inesperadamente ambicioso, acorralando a la canarinha en su campo, acumulando ocasiones por parte de su delantero Ji. Los tambores brasileños de la grada de Old Trafford no entendían la música que sonaba en el césped. Mano Menezes se levantó del banquillo a la media hora con cara de perplejidad. Marcelo escapó de la tormenta con una arrancada zigzagueante que sacó a su equipo del aturdimiento.
El árbitro se desentendió de una zancadilla de Sandro a Kim dentro del área brasileña al comienzo del segundo tiempo. Fue el canto del cisne para Corea. Poco después Marcelo sirvió hasta la línea de fondo a Neymar y al centro de este con la zurda al punto de penalti acudió el mejor receptor posible: Leandro Damião. El atacante del Internacional remachó potente a gol. Brasil se olvidó de todos los miedos y jugó a placer hasta el final. Menezes les reservó a Hulk y Pato el último y prescindible cuarto de hora final. Un plato poco apetecible para dos jugadores tan reconocidos. Neymar buscó el pase de Oscar y este el gatillo de Damião, rematador también con la puntera diestra para certificar la presencia de la canarinha en la final. Ante la quimera del oro olímpico, le espera México a las puertas del Wembley.
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