A seguir ganando en Francia

Los últimos días han sido bastante movidos para el deporte español, empezando por la sanción a Alberto Contador y siguiendo por los ya famosos guiñoles del Canal + francés, que, recordemos, nada tiene que ver con el español.

Muchos me preguntan a qué se debe esta fobia hacia lo español en Francia y si yo he vivido episodios similares a los de Rafael Nadal en la pista central de Roland Garros. Creo que siempre es malo generalizar y en el caso de los guiñoles se ha hecho. El deporte español es admirado en todo el mundo, incluso en Francia, pero también es verdad que los que más critican siempre son los más ruidosos. Involucrar a todo un país por culpa de unos guiñoles y poco más me parece injusto. Conozco a muchos franceses que se declaran admiradores de las gestas españolas, pero, lamentablemente, esos no salen en los medios. Tenemos nuestros detractores como países vecinos y rivales que somos, igual, probablemente, que si la situación fuera a la inversa.

 A mi entender, la gran culpable, la que crea dudas en el exterior, es, sin duda, la Operación Puerto, y el hecho de que tanto políticos como gran parte de los medios se hayan involucrado en la defensa a ultranza de lo español, en general simplemente por su DNI.

Jugué en su día muchas veces en Francia contra tenistas locales y nunca viví una situación distinta por ser español a la que haya podido vivir en cualquier otro país. Tampoco pude percibir ningún mal trato hacia mis compañeros por parte del público, a excepción de Àlex Corretja en su final contra el brasileño Gustavo Kuerten, auténtico ídolo de la afición francesa. Por eso me sorprende mucho el trato recibido por Nadal en esa pista.

La gran culpable, la que crea dudas en el exterior, es, sin duda, la Operación Puerto

Un jugador que gana muchas veces un mismo torneo pasa a ser el favorito del espectador salvo cuando se enfrenta a uno local. He compartido con Rafa muchos momentos en París por la calle, en restaurantes… Es un ídolo que casi ni puede caminar por la acera al ser constantemente requerido para hacerse fotografías y firmar autógrafos. Ha sido elegido el mejor deportista del año por L’Équipe, una de las referencias deportivas a nivel mundial. De ahí mi sorpresa al ver lo que le hace esa misma gente que minutos antes quiere una foto con él. Pensé que todo cambiaría cuando Roger Federer, auténtico consentido de París, ganara el torneo, el único del Grand Slam que le faltaba, pero no fue así.

Lo mejor es no hacer caso y continuar con lo que mejor sabemos hacer, que es seguir ganando Tours y Roland Garros, guste o no.