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SAÚL CRAVIOTTO / Oro en piragüismo en 500m

“Nos lo pasamos bien juntos y eso se nota en el agua”

Craviotto y Pérez Rial, pareja de policías y antes compañeros de piso, persiguen todavía la clasificación para Londres

Amaya Iríbar
Saúl Craviotto (i) y Carlos Pérez durante su participación en la final de piragüismo de K-2 500metros.
Saúl Craviotto (i) y Carlos Pérez durante su participación en la final de piragüismo de K-2 500metros.MICHAEL KAPPELER (AFP)

Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial, Perucho, se bañaron en oro en Pekín. Los piragüistas llevan años juntos, comparten profesión, la de policía, y hasta hace unos años hasta vivían juntos. Ya no. Pero siguen unidos por la piragua y por el sueño, todavía complicado, de repetir este verano en Londres. Habla Craviotto (Lleida, 1984) por los dos.

Pregunta. ¿Cómo recuerda su victoria en Pekín 2008?

Respuesta. Lo tengo muy presente porque fue la victoria más importante de nuestra carrera y ahora, según se acerca Londres, me vuelve una y otra vez el recuerdo de esa victoria. Estaba rodeado de toda mi gente, de mi familia, de mis padres. Fue muy intenso.

P. ¿Y cómo viven ahora el estrés de no saber si estarán en los Juegos el próximo verano?

R. Tenemos que clasificarnos en mayo en Poznan (Polonia), en la Copa del Mundo. Allí solo nos vale ganar. Y hay una complicación añadida: estaremos nosotros en 200m, pero también la pareja del 1.000m. Si nos clasificamos los dos, la federación elegirá. Las distancias son muy diferentes. Nosotros somos velocistas. Si nos cambiaran al 1.000m sería como decirle a Usain Bolt que corra un maratón.

P. ¿Cómo ve entonces la clasificación?

R. Estamos muy motivados. En el Mundial nos quedamos fuera con nuestra mejor marca. Era la primera vez que bajamos de 32 segundos. Y llevamos tres años haciendo medalla…

P. Siempre ha remado con Carlos Pérez Perucho, ¿cómo es su relación?

Carlos Pérez (i) y Saúl Craviotto celebran la medalla de oro en K2.
Carlos Pérez (i) y Saúl Craviotto celebran la medalla de oro en K2.TOBY MELVILLE (CORDON PRESS)

R. Somos los dos policías, no discutimos, la relación es muy buena, dentro del agua y fuera. Carlos es muy buen compañero, muy divertido. Nos lo pasamos muy bien juntos y eso se nota en la piragua. Antes vivíamos juntos, pero hace tres años nos independizamos. Yo ahora vivo en Gijón con mi pareja. Él se acaba de mudar hace un mes desde Luarca [un pueblo a unos 85 kilómetros de la ciudad asturiana].

P. Ahora están en Sevilla. ¿Viajan mucho?

R. Ahora sí estamos viajando mucho por el clima, en el norte hace mucho frío. Estaremos unas semanas y volveremos a Gijón.

P. ¿Cómo compatibilizan su trabajo de policía con el entrenamiento de primer nivel?

R. Estamos tres semanas al mes en situación de excedencia. Son las semanas de mucha carga, de entrenamiento muy duro y en la semana de descanso, pues trabajamos. En realidad esa semana lo que hacemos es adaptar el entrenamiento a nuestro turno de trabajo. Si nos toca turno de mañana, pues nos entrenamos por la tarde y al revés. Una sola sesión.

P. ¿Se conocieron trabajando?

R. Qué va. Yo llevo en el equipo desde 2001, desde que era júnior. Una vez dentro, te das cuenta de que de la piragua no se puede vivir. Así que decidimos estudiar una oposición, algo que nos diera cierta seguridad. Y nos dimos cuenta de que la profesión de policía nos permitía seguir entrenándonos. Yo saqué la oposición en 2005 y Carlos un año o dos después.

De la piragua no se puede vivir

P. ¿En qué se diferencia su preparación para Londres de la que tuvieron para Pekín?

R. En todo. Es completamente diferente. Para empezar han eliminado nuestra distancia. Los 500m ya no son olímpicos, así que podemos decir que somos campeones de la distancia para siempre. Ahora son 200m. Pasamos de nadar un minuto y medio a poco más de medio minuto. Eso exige cambiarlo todo. Nosotros somos muy explosivos, por lo que no nos ha venido muy mal. Pero hemos tenido que hacer más preparación en el gimnasio, más trabajo de fuerza y menos kilómetros. Desde octubre estamos dedicados a muerte, con toda la planificación centrada en Poznan. Luego tendremos una semana de menos intensidad y, si hay suerte, a Londres.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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