"Mi mujer lloraba y me decía: ¿Por qué me trajiste Ramón?"
El mexicano Ramón Carlín, primer ganador de la primera edición de la Volvo Ocean Race, denominada entonces Whitbread Round the World Race, recuerda desde Alicante la regata que se celebró en 1973
Su pasión por el mar comenzó tarde, cuando tenía más de 40 años, aunque su espíritu aventurero le llevó a participar en la primera edición de la Volvo Ocean Race, denominada entonces Whitbread Round the World Race, que se celebró en 1973. Ganó la regata y puso en el mapa de los grandes marinos el nombre de México. Con 88 años el patrón Ramón Carlín (México DF, 1923) se ríe mucho por teléfono cuando recuerda desde Alicante lo desesperada que estaba en el mar su mujer, que le acompañó en la primera etapa de la épica aventura. Hoy comienza en la ciudad española la primera etapa oceánica de la nueva edición de la vuelta al mundo de vela en la que participan seis equipos, entre ellos el español Team Telefónica.
Pregunta . En la primera regata todos los barcos eran europeos salvo el suyo...
Respuesta . Sí, salimos 17 barcos de Inglaterra. En el mío, el Sayula II, el nombre viene de la ciudad de Jalisco dónde nació mi mujer, éramos 13 tripulantes. Seis mexicanos, dos ingleses, un holandés, un australiano, mi hijo Enrique, mi mujer y yo.
P.Ganaron.
R. Tuvimos mucha suerte y fuimos por buenas rutas. El barco que elegimos, el Swan 65 Sayula II, era muy fuerte. Durante la regata nos sorprendió una ola inusual, de 12 metros, que nos volteó aunque la quilla aguantó y no nos hundimos. También camino de Australia lo pasamos mal en los 40 "rugientes" y los 50 "aulladores". Son vientos que se llaman así por el ruido tremendo que generan, con rachas de 60 nudos. La situación era escandalosa y decidí dejar esa ruta que es la más rápida y corta directa a Sidney e ir por otro lado, ahí ganamos la regata. Los demás barcos lo pasaron muy mal, murieron varias personas durante la travesía...
P. La última etapa tampoco fue fácil para el Sayula II.
R. No, navegamos sin vela en la proa aunque resistimos. El final maravilloso de una aventura de 27.000 millas naúticas (50.000 kilómetros) dividida en cuatro etapas, con paradas en Ciudad del Cabo, Sidney y Río de Janeiro antes de regresar a Portsmouth.
P Comenzó muy tarde su pasión por el mar ¿ Por qué?
R. La verdad es que fue una casualidad, un día mi hermano vino a casa y me dijo: "Ramón, hemos comprado un velero". Y comenzamos a navegar por Acapulco. Y después me apunté a regatas de una semana y me animé para la Whitbread Round. Así de simple comenzó todo, yo tenía más de 40 años, me dedicaba a vender productos para el hogar pero siempre me había gustado la aventura . Es una suerte haber descubierto las regatas... ¡Pura agua, pura agua, me encanta!
P. Más que a su mujer....
R. Sí (ríe). Me acompañó en la primera etapa y tras 44 días viendo solo agua lloraba y me decía: "Ramón, ¿Por qué me trajiste?". Aunque tuvo más problemas en tierra cuando llegó a Ciudad del Cabo. No había tramitado el visado y estaba como ilegal en Sudáfrica. Al final todo se solucionó aunque lo pasó mal, ¡Creo que más que en el mar!
P . ¿Sus hijos navegan?
R. . He tenido diez, dos de ellos murieron en accidente, aunque el único que sigue navegando seriamente es Enrique. Es duro.
P. Ahora menos con la ayuda tecnológica.
R. Sí, nosotros no podíamos contar con la ayuda electrónica, estaba prohibido. A veces era difícil saber dónde estábamos, ahora es mucho más fácil.
P . ¿Algún consejo para los tripulantes que comienzan mañana?
R. Que tengan paciencia, que no la pierdan nunca.
P. ¿Cuál es su mar preferido?
R . Pues... ¡Amarrar el barco y lanzarme a las playas mexicanas, las de Acapulco!
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