El mismo ADN, un perfil diferente
Ibrahim Afellay, internacional holandés, asume el reto de encajar en el Barça, un equipo que está tan a gusto con la cantera que cualquier fichaje que no sea Cesc se mira con lupa
El mercado de invierno acostumbra a servir para que los equipos puedan corregirse y arreglar sus problemas. No es precisamente el caso del Barça, líder de la Liga, en danza en la Copa del Rey, clasificado para los octavos de la Champions, campeón de la Supercopa y monopolizador del Balón de Oro que la FIFA otorgará el 10 de enero a Iniesta, Xavi o Messi. Fiable y ganador, el equipo azulgrana cuenta además con una de las canteras más envidiadas. A gusto y servido, sin urgencias ni lesiones, superada la resaca postmundialista y una vez que los tendones de Xavi mejoran, ¿a qué viene pues el fichaje de Ibrahim Afellay?
La entidad azulgrana entiende que Ibi, como se conoce al internacional holandés, hijo de padres marroquís, enriquecerá la plantilla y mejorará las prestaciones del equipo: "aporta cosas que no teníamos". Así se expresaba el director deportivo, Andoni Zubizarreta, en la presentación de Afellay, fichado por cuatro temporadas y media por tres millones de euros y un amistoso, un buen precio para un jugador que acababa su contrato con el PSV Eindhoven a final de temporada.
A Zubizarreta le anima especialmente la posibilidad de encontrar jugadores que tengan el ADN del Barça y al mismo tiempo ayuden a evolucionar la idea de juego generada desde el dream team , una tarea muy complicada. No es fácil fichar para un equipo que juega de memoria y sus futbolistas se han iniciado desde infantiles con la misma papilla táctica. Al Barcelona se le reprochan incorporaciones como la de Chigrinski, Ibrahimovic, Hleb o Martín Cáceres, por no hablar de Henrique y Keirrison, sin reparar en que Piqué, Alves y Villa, por ejemplo, están igualando o superando las expectativas, mientras Keita, Mascherano, Maxwell o Adriano ofrecen buenas alternativas a los titulares. Al equipo, en cualquier caso, parece que le sigue faltando Cesc para cuadrar el círculo.
Guardiola procura perfeccionar su equipo con futbolistas versátiles que a veces parecen tener incluso más fútbol que nombre. Intérprete de Messi, el técnico no tolera a los jugadores egoístas, prefiere trabajar con plantillas cortas: ahora cuenta con 20 jugadores a la espera de que a finales de enero Thiago Alcántara se incorpore con contrato profesional.
"Queremos grandes futbolistas, pero también grandes personas", argumenta Zubizarreta. "Afellay reúne las dos condiciones. Tiene las características necesarias para jugar en el Barça: puede actuar en las distintas posiciones del centro del campo, juega de fuera hacia dentro y de dentro hacia fuera, y tiene calidad técnica". "A una buena condición física y madurez futbolística", prosigue, "añade cosas diferentes: es decidido, poderoso en el uno contra uno, tiene tiro, desborde, es dinámico y se maneja bien en la estrategia". Y concluye: "Primero miramos al Barça B y luego fuera, y Afellay nos da cosas nuevas y que tienen sentido dentro de nuestra manera de jugar".
La referencia de Afellay podría ser Iniesta. Los técnicos creen que encajará por sus características y también porque la escuela holandesa acostumbra a dar buenos resultados al Barça, sobre todo cuando los jugadores proceden del PSV. Koeman, Ronaldo, Romario, Cocu, Zenden y Van Bommel son buenos precedentes para el centrocampista, el séptimo fichaje de invierno azulgrana después de Davids, Coco, Sorin, Maxi López, Pinto y Albertini.
"Nada más recibir la llamada del Barça dije que sí", cuenta Afellay, que ya se ha reunido con Guardiola. "Quería ser azulgrana porque es el equipo que mejor juega. Ahora se trata de encontrar mi posición en un equipo que juega muy rápido". Afellay, a sus 24 años, tiene el ADN Barça, pero su perfil es diferente.
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