Un futuro incierto
Un positivo por clembuterol pone en peligro el último Tour de Contador.- El ciclista alega una contaminación alimentaria y, dada la mínima cantidad detectada en su orina, la UCI ha ordenado una investigación más profunda
Al enterarse de la noticia, a Floyd Landis que estaba apaciblemente desayunando en ese momento -nueve de la mañana en Geelong (Australia), sede de los Mundiales de ciclismo, una de la mañana en España, de donde salió el email con el comunicado de Alberto Contador -, por poco se le atraganta el café. "Pobre Alberto", dijo, una vez repuesto, el ganador del Tour de 2006 al que tres días después le comunicaron que había dado positivo por testosterona. "Ya se puede dar por crucificado". A Landis, que siempre ha proclamado su inocencia en ese caso -"Tomé de todo, pero no testosterona", dice-, le quitaron la victoria del Tour y le suspendieron por dos años. No está tan claro, sin embargo, y pese al pesimismo hijo de la experiencia de Landis, que lo mismo le suceda a Contador, ganador del último Tour y también de los de 2009 y 2007, pese a que la Unión Ciclista Internacional (UCI) confirmó ayer que el chico de Pinto había resultado positivo por clembuterol -un vetusto antiasmático con efectos anabolizantes y estimulantes, muy fácilmente detectable- en un control efectuado el pasado 21 de julio, miércoles y día de descanso del Tour, en plenos Pirineos.
"Hay que ser muy prudentes", ha dicho inmediatamente, y solicitando permanecer en el anonimato, uno de los mayores expertos científicos de la UCI en la lucha contra el dopaje. "Las cantidades de clembuterol halladas en su orina son tan, tan, tan bajas, que yo no me atrevería a hablar de dopaje". Contador habla de un solomillo comprado en Irún contaminado, posibilidad real pues, como sabe muy la guardia civil encargada de luchar contra el fraude alimentario, es usual entre los ganaderos tramposos engordar el ganado con clembuterol, cuyo efecto anabolizante es el de aumentar artificialmente el tamaño de los músculos de los animales.
Una declaración formal de dopaje, aparte de la sanción de dos años y la descalificación del Tour, pondría también en peligro el futuro del Saxo Bank, el equipo de Bjarne Riis que ha apostado todo su futuro en el fichaje de Contador y su grupo de apoyo. "Es una desgracia que se haya dado esta situación", dijo Riis, quien cree en la inocencia de su nuevo pupilo. "No puedo comentar más, sólo podemos esperar, pero el clembuterol es un preparado muy antiguo que no tiene más que efectos secundarios".
El laboratorio de Colonia, encargado del análisis, encontró 50 picogramos de clembuterol (equivalentes a 0,00000000005 gramos por mililitro de orina o 0,05 nanogramos) en la orina de Contador, y la cantidad le pareció, en efecto, tan pequeña tanto al laboratorio como a la propia UCI que en vez de seguir el procedimiento habitual de comunicarle oficialmente el positivo analítico, le hizo llegar la noticia de manera confidencial y privada el 24 de agosto. Desde el laboratorio le hicieron llegar, también de manera oficiosa, que creían, en efecto, que se trataba de una contaminación alimentaria, y de la UCI le anunciaron que habían puesto en marcha una investigación más profunda del asunto, que podía llevar largo tiempo. Significativamente, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), un organismo muy crítico habitualmente con la forma en que la UCI trata, a su juicio con bastante laxitud, los asuntos de dopaje, también apoya una investigación suplementaria antes de tomar una decisión. Mientras, como manda el reglamento, Contador estaba suspendido provisionalmente desde el 24 de agosto. El corredor, para justificar un final abrupto a su temporada, informó el 31 de que el 30 se había caído de la bici entrenándose y de que ya no competiría más.
Durante más de un mes, de manera discreta, un experto holandés contratado por Contador elaboró un informe en el que pone de manifiesto cómo en los controles de los días previos, el 19 y el 20 de julio, Colonia no halló ni el menor rastro de clembuterol en su orina y cómo el día siguiente al del control incriminatorio la cantidad era prácticamente la mitad a la mínima del día 21. Y recordaba que la vida media del clembuterol en la orina es de 36 horas, justamente, lo que cuadra con su argumento de que la noche del 20, su amigo y socio como organizador de la Vuelta a Castilla y León, José Luis López Cerrón, había llegado de visita al hotel de Pau en el que estaba alojado el Astana portando un rico solomillo que el cocinero del equipo, Paco Olaya, también amigo de Valladolid, harto de la mala carne de los hoteles de Francia, le había pedido. Todo el equipo, salvo Vinokúrov, que, madrugador, se había comido su filete francés antes de que bajara a cenar el resto de sus compañeros, degustó el solomillo. Y la punta que sobró se la comió Contador el día siguiente, solo un par de horas antes de que los inspectores antidopaje se presentaran para efectuar un control justamente a Vinokúrov y Contador. De allí salieron los 50 picogramos del corredor español.
La filtración del análisis positivo por parte del laboratorio de Colonia a una cadena de televisión alemana ha, sin embargo, precipitado los acontecimientos y complicado una solución pactada al problema.
El Tour emitió ayer un comunicado anunciando que permanecía a la espera del resultado de las investigaciones puestas en marcha por la UCI y la AMA, que pueden desembocar en una reforma de la normativa antidopaje. El procedimiento jurídico puede, sin embargo, ser más largo y laberíntico que la investigación científica, según fuentes de la UCI. El escollo principal para Contador es la llamada cláusula de "estricta responsabilidad" que figura en el Código Mundial Antidopaje y según la cual todo deportistas es responsable de todo lo que se halla en su orina, aunque haya llegado a su organismo de forma involuntaria. Solo si demuestra con pruebas que la sustancia prohibida acabó en su cuerpo sin que él se la administrara voluntariamente, puede ser absuelto. Y la prueba más palpable de su inocencia, el sabroso solomillo de res ilegal, y presuntamente, engordada, desapareció en el momento de su consumo.
La federación española, hasta ayer totalmente huérfana de información sobre el problema, deberá en los próximos días abrir expediente sancionador a Contador y decidir sobre su suerte. Si la UCI no está de acuerdo con la decisión española, podrá recurrir ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
Un antecedente preocupante para Contador es el de la atleta española Josephine Onyia, que sufrió a finales de 2008 un positivo, también detectado en el laboratorio de Colonia, el más afinado del mundo para esta sustancia, de solo 0,02 nanogramos de clembuterol. La federación española atendió a su explicación de contaminación alimentaria y la absolvió. La federación internacional de atletismo, que estaba en desacuerdo, recurrió al TAS y el organismo de arbitraje internacional acabó imponiéndole una sanción de dos años, que aún cumple.
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