Navarro devuelve la sonrisa
La selección de Scariolo gana (97- 80) y luchará por el quinto puesto del Mundial este domingo
Desplazada de los focos estelares de la competición, en un pabellón semivacío y helado, la selección española se echó en brazos de un líder con todas las de la ley, capaz de acudir al rescate cuando su equipo está más pachucho. Navarro tiró de talento y carácter para socorrer a los suyos cuando estaban en la estacada y se les ponía muy crudo el partido ante Eslovenia, la tasa competitiva que se cobra la FIBA. Tal vez no haya peor tortura para aquellos que se estrellan en los cuartos de final. Jugar por el quinto puesto como horizonte más lejano contiene matices tan maquiavélicos que descoloca a las escuadras acostumbradas a competir por el oro o el podio y no por las migajas.
ESPAÑA 97 -ESLOVENIA 80
España (16+22+26+33): Rubio (3), Rudy (16), Navarro (26), Garbajosa (5), Gasol (5) -equipo inicial-, Raúl, Reyes (9), Vázquez (16), Llull (6), San Emeterio (4), Claver y Mumbrú (7).
Eslovenia (23+18+21+18): Lakovic (19), Dragic (19), Nachbar (2), Slokar (1) y Brezec (6) -equipo inicial-, Becirovic (13), Udrih (7), Zupan (11) y Vidmar (2).
Árbitros: Romualdas Brazauskas (LTU), Murat Biricik (TUR) y Olegs Latisevs (LAT). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales por los puestos cinco al ocho del campeonato del mundo de baloncesto disputado en el Sinam Erdem de Estambul ante 4.000 espectadores.
España intentó mantener la estampa con su quinteto titular y la mejor de las voluntades pero Eslovenia se las hizo pasar canutas durante un buen rato. Hasta que Navarro decidió que ya estaba bien y se puso manos a la obra. No paró hasta que hizo papilla a los eslovenos, al trío de jugadores de perímetro exterior que habían enredado a España, Lakovic, Dragic y Becirovic. Navarro, como todos, había empezado dubitativo, incluso errático. Firmó una canasta en sus ocho lanzamientos durante una primera parte en la que España volvió a flojear en defensa y a ir a remolque, con los eslovenos a casi diez puntos de distancia (14-23).
La garra de Vázquez y de Rudy Fernández, por momentos tan desmedida que volvió a recibir una falta técnica, habían igualado el asunto tras el descanso. Entonces, Navarro puso el turbo. Su recital desmadejó a la defensa eslovena y a un tipo como Udrih con la única misión de detenerle. Le bastaron 15 minutos para liquidar el partido con 23 puntos, incluidos cuatro triples y ocho tiros libres sin fallo, además de cinco asistencias y siete faltas recibidas. En total, 26 puntos y ocho asistencias en 29 minutos. No hubo mucho más que consignar. Marc Gasol no estuvo fino y su relevo, Fran Vázquez, se explayó a gusto en ataque. Con eso, un par de oportunos triples de Llull y diez rebotes de Felipe Reyes, España empezó a olvidar la resaca por el estropicio que le causó la Serbia de Teodosic dos días antes.
Scariolo empleó parte de su verbo en un encendido elogio a la exhibición de Navarro: "Cada día siento más admiración por él. Ha sabido soportar la presión enorme que tenía y quitarle a sus compañeros un poco el sentimiento de culpabilidad que pesaba sobre todos. Hemos jugado en muchas ocasiones con una enorme mochila de responsabilidad encima; hoy los jugadores han podido quitársela y de ahí el resultado". España deberá completar el Mundial enfrentándose mañana a Argentina en el intento de sellar el quinto puesto y despedirse de Estambul con un buen sabor de boca.
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