Federer doma al viento

Hay veces que una estadística sí resume un partido: 1 hora y 39 minutos. Eso es lo que le duró el francés Paul Henri Mathieu al suizo Roger Federer (6-4, 6-3 y 6-3), que ya está en los octavos de final del Abierto de Estados Unidos, donde se enfrentará al vencedor del Juan Carlos Ferrero-Jurgen Melzer.

Cuando la luz ilumina Queens, ahí por el Corona Park, donde se juega el torneo, todo indica que será un día complicado para el suizo. El Abierto de Estados Unidos se ha librado de la lluvia del huracán Earl, ya reducido a categoría de tormenta, pero no de sus soplidos. El viento arrolla todo a su paso por el parque. Vuelan las papeleras. Se caen los maceteros. Y se afanan los policías en sujetar a lo que sea las vallas, intentando evitar que ocurra una desgracia.

Esas son unas circunstancias de partido que nunca le gustaron a Federer: al talento muchas veces le incomoda lo incontrolable, y no hay nadie con más talento que el suizo ni nada más incontrolable que el viento. Mathieu, sin embargo, no hizo nada por sumar en la ecuación contra el número dos del mundo. El francés, que un día apuntó a gran tenista, se diluye un poco más cada año, nunca mejorando, casi siempre cuesta abajo. Para Federer fue otro paseo: van ya tres partidos como tres plácidas tardes de domingo, todavía no ha perdido un set, hoy ni siquiera un servicio (0 de 4 en bolas de break para Mathieu), y ya está en octavos del último grande del año.