La maldición de Riazor continúa
El Real Madrid suma ya 17 años sin ganar en el feudo coruñes
El Real Madrid se ha estrellado una vez más en el campo que peor se le ha dado en los últimos 17 años, fue incapaz de superar a un rocoso Deportivo, y pagó con un gol en propia meta del portugués Pepe una derrota, que le condena a sufrir un nuevo varapalo en A Coruña y que puede animar de nuevo la Liga.
El conjunto de Bernd Schuster atacaba su estadio maldito, que registraba el primer lleno de la temporada, con una alineación experimental, con Soldado en la punta del ataque junto a Raúl y Guti y Sneijder en la creación, mientras Robinho y Baptista esperaban turno en el banquillo. El técnico alemán planteó combatir el entramado defensivo del Deportivo con el talento de sus organizadores, pero los jugadores de Miguel Ángel Lotina habían cerrado filas atrás y cedieron la iniciativa al rival, le asfixiaron en el centro del campo y evitaron que los blancos se sintieran cómodos en los últimos metros.
El Madrid, impotente ante los cinco defensas blanquiazules, sólo podía probar a Dudu Aouate con un balón colgado de Miguel Torres hasta el ecuador del primer periodo, momento en el que desistía parcialmente de su idea inicial para que el Deportivo tuviera mayor participación en el encuentro y pudiera despistarse en defensa. Los coruñeses, que no perdieron la cabeza, se entregaron enn ataque a la velocidad del sueco Christian Wilhelmsson y a los destellos de Angel Lafita, que caracoleó a Pepe, se lució con un caño ante Diarra y atormentó a la zaga del líder, pero Casillas apenas tuvo trabajo.
El Deportivo, preocupado más por no ceder espacios al Real Madrid y por no perder la compostura que por controlar el ritmo del juego, había asumido una especie de calma tensa, convirtió el partido en un duelo táctico e impedía que los de Schuster estuvieran sueltos y sacaran a relucir sus virtudes. Ni Drenthe en la banda izquierda, ni Sneijder y Guti en el centro, ni Soldado que caía a la banda derecha, ni Raúl en la frontal; nadie en el ataque del Madrid encontró fisuras en la defensa del Deportivo, aunque el panorama podría haber sido distinto si Turienzo hubiera visto un penalti de Coloccini a Soldado antes del descanso.
Los gallegos liberaron ligeramente su corsé en la reanudación y pisaron con más ambición, pero sin demasiado peligro, el campo del Real Madrid, que empezó a encontrar huecos en la muralla deportivista,
aunque los desaprovechó y lo pagó.Raúl, que apenas había tocado balón en el primer tiempo, no estuvo fino en el control tras una gran asistencia de Cannavaro que le habría dejado solo ante Aouate, y cuando parecía que el Real Madrid tenía el partido más a su favor, hizo aguas en defensa.
Un ex madridista, Filipe Luis, que no llegó a jugar con el primer Equipo, se vengaba de los blancos con una cabalgada por la banda izquierda y un centro envenenado que el portugués Pepe despejaba hacia el interior de su propia portería para desesperación de un sorprendido Casillas. Schuster reaccionaba once minutos después del gol con la entrada de Higuaín y Robinho, y el Real Madrid, en una lucha contra el reloj, se iba con todo al ataque para tratar de enmendar el rumbo ante un Deportivo que volvía a retrasar las líneas y comenzaba a buscar la sentencia al contragolpe.
El líder echaba más pólvora al encuentro con la presencia de Baptista, que sustituía a Heinze, impuso mayor velocidad en la frontal del área deportivista, pero sólo inquietaba a Aouate con un disparo de Sneijder desde la frontal que se marchaba a la derecha del inmóvil portero israelí. A la desesperada, el Madrid imprimía un ritmo frenético para impedir que el Barcelona pudiera avivar la Liga en la jornada dominical, pero el Deportivo aguantaba el pulso y conseguía una victoria que le acerca a la permanencia.
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