Espectáculo en un partido entre amigos

Más de 65.000 espectadores han vencido el miedo tras la amenaza de bomba en el Bernabéu y han asistido al espectáculo que han brindado esta noche los amigos de Ronaldo y los amigos de Zidane en el Partido contra al Pobreza, que ha finalizado con un 4-4.

El desalojo del estadio el pasado domingo, cuando corría el minuto 88 del encuentro de 15ª jornada de Liga entre el Madrid y la Real Sociedad, han convertido este partido benéfico, el segundo de estas características, en una inesperada manifestación popular contra el terrorismo. En principio, el club tenía pensado abrir al público los dos anillos de abajo del estadio, con capacidad para 55.000 personas. El único requisito para seguir en directo el partido, que se anuncia desde hace una semana, era pedir una entrada en las taquillas, que han abierto a las 9.00 horas.

El partido

El espectáculo empezó con el pitido inicial. El cóctel estaba servido. Marcajes muy suaves, jugadores con ganas de agradar y malabaristas con el balón como Zidane, Redondo, Fernando Torres o Ailton. Tristán se unió a la fiesta con dos goles, el primero a los cuatro minutos y el segundo a los 22 (1-3). Entre medias, los goles de Raúl y Figo, aunque lo mejor estaba por llegar para el público madrileño.

En el tiempo de prolongación del primer tiempo, Solari hizo un placaje de fútbol americano a Ronaldo dentro del área que fue penalti. Collina lo pitó, Ronaldo instó a Schumacher a que lo lanzara pero éste le cedió el privilegio a Carlos Sainz. El primero lo falló pero Collina lo mandó repetir para que se llevara el aplauso del público. Al final marcó y el Bernabéu tributó una tremenda ovación al dos veces campeón del mundo de rallys.

El partido también sirvió para presenciar a un bólido por la banda derecha como Michael Schumacher, que no le da nada mal, o a Carlos Sainz derrapando sin coche por el campo, para ver a Rafael Nadal defenderse con los pies (le tuvieron que atar las botas antes de saltar al campo), a Emilio Butragueño dejando a un lado los despachos o a Fernando Torres de blanco en el Bernabéu y con el 23.

En la segunda mitad siguió el espectáculo con jugadas que la alta competición no dejan espacio pero que hicieron las delicias de los 65.203 espectadores que presenciaron el partido. Taconazos, túneles, placajes y disparos desde el centro del campo, mientras la afición se divertía haciendo la ola en las gradas. Hasta Pierluigi Collina se sumó a la fiesta y le dio el relevo al cuarto árbitro, Mejía Dávila, para llevar el cartelón de los cambios. Al final, el gol de Yakin para los amigos de Zidane y de Sorin y Ricardo Costa para los de Ronaldo dejaron el marcador en 4-4.