Autopista de seguridad
190 vigilantes y 478 auxiliares limpiaron las salidas de Chamartín antes de la evacuación
Dicen los responsables de seguridad del Madrid que el Bernabéu recibe llamadas amenazando con atentados en todos los partidos. Pero la llamada que hizo una voz anónima al diario Gara, el domingo pasado a las 20.00, contaba con todo los requisitos que la Ertzaina y la Guardia Civil consideran antes de tomarse nada en serio. A las 20.15 la Policía Nacional notificó al jefe de seguridad del Madrid, Julio Sendal, que una amenaza avisaba de una bomba dispuesta para estallar en el Bernabéu a las 21.00. En el palco del estadio, junto a Florentino Pérez, el presidente, otra persona que seguía el partido entre el Madrid y la Real Sociedad, recibió la noticia. Se trataba del director general de la Policía Nacional, Víctor García Hidalgo. Hidalgo se apresuró a llamar a Sendal: "¿En cuánto tiempo se desaloja el campo?".
El mandamás de la Policía se extrañó un poco de la respuesta: "En diez minutos". Media hora más tarde la megafonía del Bernabéu "rogaba" al público que iniciara el desalojo sin mencionar ninguna bomba. Se trataba de un hecho sin precedentes en la historia del fútbol. La evacuación total duró 7,5 minutos.
La velocidad conque salió la gente del estadio tiene origen entres causas, según los expertos del Madrid. Primero, desde hace tres años el club ha invertido 12 millones de euros sólo en modernizar el sistema de control de accesos, con puertas que se abren y tornos que se repliegan automáticamente en 30 segundos, entre otras medidas como la iluminación de los pasillos, la pintura antideslizante en las escaleras y las agarraderas. En segundo lugar, los 190 vigilantes privados del club contaron con media hora para limpiar las salidas de obstáculos o detectar objetos sospechosos. Finalmente, el público se retiró sin pánico. "Personalmente", dice Sendal; "tengo la sensación de que la gente estaba esperándose algo así. El Bernabéu está en todas las quinielas y el público lo sabe".
Los padres dejaron atrás los carritos de sus hijos pequeños de forma espontánea, y prefirieron cargar con los niños en brazos. Como mandan los cánones. Los vigilantes tranquilizaron y orientaron al público sobre dónde hallar la salida más rápida. Entre los vigilantes se comunicaron mediante un sistema de walkies gracias a una emisora propia, situada en el estadio.
En las bocanas de las tribunas que terminan en la hierba, los vigilantes y los azafatos abrieron las puertas anti-pánico y 5.000 espectadores se ahorraron la cola para subir las escaleras. Bajaron directamente a la hierba y evacuaron el estadio por la salida de carros. En otro tiempo -o en otros campos- esta opción habría sido imposible. Las vallas que impiden entrar al rectángulo de juego y los fosos que separan la grada de la hierba fueron abolidos del Bernabéu en previsión de una crisis. Como se vio, esta salida descomprime. En el fondo sur, la gente desalojó la grada en sólo dos minutos, según algunas de las 210 cámaras de la Unidad de Control Interno del Bernabéu, bajo la gestión del Madrid. Otra Unidad de Control Organizativo, dependiente del Delegado del Gobierno, dispone en Chamartín de otras 105.
La unidad de artificieros de los Tedax llegaron al campo mucho antes de que se pidiera el desalojo, sobre las 20.25, con un robot, cinco perros adiestrados y unos 20 especialistas. Cuando la gente dejó el Bernabéu las vías de salida estaban limpias. Entonces los Tedax examinaron, uno por uno, decenas de bultos: 25 de ellos resultaron sospechosos y cinco requirieron de una aproximación muy prudente, dadas sus características.
Los últimos en salir fueron tres niños perdidos. El palco se evacuó en 30 segundos. Según algunos testigos, el presidente, Florentino Pérez, esperó "como el capitán de un barco", antes de abandonar la nave al final.
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