Antonio Sanz, un atareado consejero andaluz de Interior, entre un compromiso firme con los toros y su enredo cultural
La Junta de Andalucía, que se define como “taurina” trabaja en la reforma del Reglamento Taurino que abre una puerta a la desaparición del sorteo
Antonio Sanz (Jerez de la Frontera, 1968) está en política desde que era un chaval; a los 15 años se integró en los Clubes Juveniles de Alianza Popular, y en julio de 2022 fue nombrado Consejero de Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa en el segundo gobierno de Juanma Moreno como presidente de la Junta de Andalucía. Durante ese largo periodo de tiempo, Sanz lo ha sido todo en el Partido Popular de la Comunidad —siempre en un discreto y relevante segundo plano—, lo que le ha permitido asumir responsabilidades como diputado autonómico, senador y delegado del Gobierno central y conocer en profundidad las entrañas de la gestión pública.
Ahora, como mano derecha del presidente regional, Antonio Sanz es un hombre atareado, al frente de una consejería con innumerables competencias, en la que se mezclan la estrategia digital, la policía autonómica, los procesos electorales, el diálogo social, las relaciones con el Parlamento, la acción exterior de la Junta, la comunicación y el protocolo, emergencias, espectáculos públicos… Y por si fuera poco, los toros.
Antonio Sanz es la cara amable de la tauromaquia en Andalucía, y enfatiza con convencimiento algunas de las frases que tanto le gustan a su presidente, tales como que “el Gobierno andaluz es taurino”, o que “la tauromaquia es cultura de Andalucía”. Sucede, no obstante, que el discurso del consejero es tan políticamente correcto que, a veces, el término cultura queda descolorido.
Además, Sanz lleva algún tiempo empeñado en reformar el Reglamento Taurino de Andalucía, aprobado inicialmente en 2006; espera que esté listo para el mes de junio y sirva de guía para homogeneizar los reglamentos de las cuatro comunidades autónomas que también cuentan con una norma propia (Navarra, País Vasco, Aragón y Castilla y León), con las que, asegura, mantiene unas conversaciones avanzadas.
“Los toros han dependido siempre de Interior y no de Cultura; lo importante no es el apellido de la Consejería, sino el compromiso”
Pregunta. ¿Es verdad, consejero, que la tauromaquia es cultura de Andalucía o se trata de una mera declaración de buenas intenciones?
Respuesta. Es una declaración firme, llena de convicción e ilusionante; un compromiso sincero, claro y rotundo que no se basa solo en sentimientos, sino también en hechos. Son muchos los avances que damos continuamente en favor de la fiesta. Un gobierno que pretenda representar a la mayoría de los ciudadanos tiene que ser taurino por cultura, por tradición, por arte, y por valores económicos, turísticos y sociales.
P. Si eso es así, ¿por qué los toros no están integrados en la Consejería de Cultura y sí en Interior?
R. Bueno, históricamente, y en la mayoría de las Comunidades Autónomas, las competencias taurinas han estado y están en Interior. Si los llevamos a Cultura para nombrar a un ministro antitaurino, mal negocio hacemos. ¿No será mejor contar con un consejero de Interior plenamente taurino? Creo que lo importante no es el apellido de la consejería, sino el compromiso. Además, toda la vida ha estado en Interior.
P. Pero no negará, consejero, que los sectores culturales dependen y deben depender de Cultura…
R. Pero, dónde ve usted lo negativo de que los toros estén en Interior. Esa es una versión antigua y caduca de la tauromaquia. Insisto, no es una cuestión de títulos. ¿De qué le sirve a España que los toros estén en Cultura si contamos con un ministro antitaurino?
P. ¿Qué opina usted de que Andalucía sea la única Comunidad Autónoma que se califica a sí misma como taurina y que aún no ha declarado la tauromaquia como Bien de Interés Cultural, como sí han hecho Castilla La Mancha, Valencia, Madrid, Murcia, Navarra, La Rioja, y Castilla y León?
R. Desde luego, no porque estemos en contra. Quizá, habría que preguntarle al PSOE, que no lo hizo durante sus 40 años de gobierno. Yo no descarto que lo hagamos. Son muchas las cosas que tenemos que hacer.
P. ¿Cuál es el presupuesto económico que Andalucía dedica a la promoción de la tauromaquia?
R. En este momento no tengo el dato. Se lo doy enseguida.
(Han transcurrido 17 días desde que la entrevista se realizó en Sevilla el Martes Santo, y la Consejería aún no ha aclarado la cantidad económica que la Junta dedica a los toros a pesar de las reiteradas llamadas de este periódico)
P. Usted cree, entonces, que los toros en Andalucía tienen el mismo trato institucional y presupuestario que cualquier otro sector cultural, como el cine, por ejemplo.
R. Bueno, mire, yo no hago comparaciones. Es indiscutible que los toros son cultura y una actividad económica que mueve empleo y turismo. Es una industria que hay que proteger.
En este punto, el consejero se detiene en las distintas políticas de su departamento referidas al apoyo a la tauromaquia: colaboración con las 30 escuelas taurinas existentes en la Comunidad, impulso del Circuito de Novilladas de Andalucía, en colaboración con la Fundación Toro de Lidia, la creación de la Red de Municipios Taurinos, los premios Andalucía de Tauromaquia, las jornadas de formación para presidentes y delegados de plaza y la apuesta taurina de la RTVA, con un alto índice de audiencia.
Pero el asunto más importante que Antonio Sanz tiene ahora sobre la mesa es la reforma del Reglamento Taurino de Andalucía, cuyo borrador ya ha sido aprobado por el Consejo de Asuntos Taurinos de Andalucía (CATA), donde están representados las distintas asociaciones de profesionales y aficionados taurinos, y que espera que reciba el visto bueno del Gobierno regional en el próximo mes de junio.
“El objeto de esta reforma es actualizar y homogeneizar cuestiones que el sector considera necesarias en la normativa taurina”, explica el consejero. “No tomaremos ninguna iniciativa contraria a los intereses del mundo del toro”, añade, “y nuestro objetivo es que el nuevo texto surja del consenso de todas las partes afectadas”. Y algo más: “En España hay asuntos que unen a los ciudadanos”, afirma, “y la tauromaquia es uno de ellos”. Esa es, a su juicio, “la razón que justifica que exista un diálogo abierto con las Comunidades Autónomas con normativa propia, no para aprobar entre todas un Reglamento único, que no es posible, sino para unificar criterios”. “No tiene sentido en una España profundamente taurina”, prosigue, “que existan normas distintas para un mismo espectáculo”.
Entre los cambios aprobados inicialmente, el consejero destaca la inclusión de los tentaderos públicos como nueva clase de espectáculos, mejoras de los dispositivos sanitarios para actuantes y público, la creación de un registro de presidentes, la regulación de los reconocimientos post mortem de las reses y la regulación de estudios y análisis de los pitones, la supresión del sorteo de los toros en determinados espectáculos, y agilización y simplificación de los procedimientos para la autorización de espectáculos, entre otros.
“Pretendemos unificar criterios con las CCAA que cuentan con reglamento propio; no tiene sentido que existan normas distintas para un mismo espectáculo”
P. ¿Servirá este nuevo Reglamento para una persecución más efectiva del fraude?
R. Existe una responsabilidad que hay que cumplir. El papel de la autoridad es fundamental, y por ello contribuimos a su formación y coordinación. Hoy no hay un solo nombramiento de presidente que tenga vinculaciones políticas, sino conocimiento profesional para asumir su responsabilidad.
P. Uno de los puntos polémicos del borrador es la supresión del sorteo de las reses en festivales, corridas concurso o desafíos ganaderos, en los mano a mano y en espectáculos singulares, conmemorativos o benéficos. ¿Por qué se suprime una regla básica que garantiza la justicia y la igualdad entre los toreros actuantes?
R. Téngase en cuenta que se debe cumplir una condición fundamental: la unanimidad de los espadas. No se trata de una imposición.
P. Pero si lo pide una primera figura…
R. Ahí no entro. Entendemos que es una oportunidad que no debe generar polémica.
P. ¿Pero no cree que se abre una puerta a la desaparición definitiva del sorteo en base, justamente, a la unanimidad de los toreros?
R. Hablamos de casos muy concretos. Además, no habrá engaño para los espectadores porque se explicitará en el cartel. Si se hace con todas las cautelas, no sé dónde puede estar el mal.
Antonio Sanz insiste en que el borrador del nuevo Reglamento es un documento abierto al que se le pueden incluir mejoras, añade que su intención es convocar en los próximos días a las demás Comunidades Autónomas taurinas para consensuar criterios, desde el convencimiento personal, asegura, de que “los políticos debemos dar el protagonismo a los que hacen la fiesta”.
P. ¿Cree usted, entonces, que el nuevo Reglamento garantizará el futuro de la tauromaquia?
R. Esta es una norma para avanzar. Toda actualización es positiva si se hace con rigor, serenidad y consenso entre las partes. Este es un paso decisivo para proteger, fomentar y garantizar el futuro. Eso es lo importante.
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