Amaral: “La música está para vivir otras vidas”

El pasado 17 de febrero, Eva Amaral y Juan Aguirre, más conocidos como Amaral, compartieron su nuevo disco, Dolce Vita, con un grupo de suscriptores del diario en uno de los encuentros que organiza EL PAÍS+.

Aunque hoy carezca de sentido presentarles, hubo un tiempo en el que el mundo (y la industria musical) no les comprendía. ¿Eran un grupo? ¿Un dueto? ¿Una voz y una guitarra? ¿Quiénes eran esos maños que pedían formar parte de las noches madrileñas? Han pasado más de 20 años de aquello y hoy Amaral es parte de la historia de España como lo es la Constitución del 78. De hecho, es probable que haya gente que sepa a qué hora llamó Marta para hablar porque se sentía sola y no en qué año se firmó la Constitución vigente. No es un reproche, un país conoce sus himnos y varios de los españoles tienen el sello impreso de esta pareja aragonesa.

Quizá por eso nadie se ha atrevido a azuzarles en estos seis años de silencio para que sacaran un nuevo trabajo. Quién sabía si entre estos 15 temas había otro par de glorias para la posteridad. Para Fernando Navarro, periodista de EL PAÍS encargado de presentar el encuentro, este es “el mejor disco de Amaral”.

La pareja confesó que se habían demorado en sacar el álbum porque decidieron “abarcar mucho” y componer canciones mientras estaban de gira. Compaginar directo y estudio puede ralentizar el proceso, pero Aguirre asegura que también “le aporta energía” a la creación.

Para empezar a conocer Dolce Vita Navarro les preguntó por el propósito y el halo que envuelve el disco. “Dolce Vita es ser dueño de tu propio tiempo y disfrutarlo”, aseguró Eva. Para Aguirre hay dos propósitos que no tienen por qué coincidir. El primero es el del creador que, en su caso, es una obsesión por cada tema de forma individual, sin visión global. El segundo es fruto del análisis de los periodistas, a los que asegura que “sigue sin entender”, pero que gracias a las interpretaciones de los expertos en música uno descubre cosas de sí mismo.

Para este trabajo han experimentado a nivel musical y han subido “un escalón a nivel rítmico”, aunque han trabajado “agarrados a sus guitarras”, su base de composición. “Nosotros nos pensamos que es diferente, pero a la gente le está recordando a nuestros primeros discos”, comentó la cantante entre risas.

Al principio muchos dudaban que los dos fueran compositores. Cuando empezaron les decían “la cantante Amaral y el compositor Juan Aguirre”. “Pensaban: seguro que Juan hace todo porque es un tío y Eva llega y pone la voz porque canta muy bien”, recordó el guitarrista. La sociedad ha cambiado mucho desde entonces, aunque ellos siguen sin encontrar su hueco dentro de la industria. “Tenemos una visión musical demasiado abierta para encajar en cómo se ve el mundo de la música desde los medios”, aseguró Aguirre. Aunque la fórmula sigue siendo extraña, este grupo formado por una cantante y un guitarrista sigue funcionando casi treinta años después de su primer disco.

En los encuentros con suscriptores estos tienen siempre la última palabra. Una madre mostró su inquietud por el futuro de la industria musical que ahora “busca fórmulas sencillas” y quiso saber la opinión de Amaral. “Nuestros padres tampoco entendieron la música que escuchábamos, es un conflicto generacional, no creo que la música se esté simplificando”, dijo Eva, alejándose de una perspectiva catastrofista. Aguirre coincidió con su compañera. “La música es para vivir otras vidas”, alegó defendiendo a aquellos cantantes que, a pesar de no ser latinos, crean música con esos ritmos. La pareja confesó estar influenciados por grupos de todo tipo, incluso de algunas bandas que acaban de empezar, y miran con optimismo al futuro.

Para el suyo auguran homenajes al cine, quizá alguno a Víctor Jara y quién sabe si no les pedirán redactar la próxima Constitución.