Vetusta Morla comparte con los suscriptores de EL PAÍS su nuevo disco
La banda madrileña conversó con los lectores del diario sobre su trabajo ‘Figurantes’ y tocó un par de temas para el público
La de Vetusta Morla es probablemente una de las relaciones más largas del panorama musical. Llevan un cuarto de siglo trabajando juntos y, como un buen matrimonio, discuten entre ellos sobre si ya han cumplido los 26 o todavía no. La pregunta vino de la mano de Laura Piñero, la periodista de la cadera SER que presentó el encuentro que EL PAÍS+ organizó para un grupo de suscriptores en los Teatros Luchana de Madrid.
Lo que sí tiene claro la banda es el número de álbumes que tienen publicados. El pasado 31 de mayo lanzaron el séptimo, Figurantes, un disco con el que han abandonado sus costumbres. Ejemplo de ello es la forma en que presentaron el disco. No fue ni con la orquesta sinfónica de RTVE, ni con canciones añadidas en los últimos conciertos de la gira, como todo el mundo cree. Fue sin avisar, con una estrategia tan inesperada que sus fans ni se dieron cuenta. En diciembre de 2023 Vetusta Morla dio un concierto Wizink Center de Madrid y, rompiendo con cualquier manual de marketing, decidieron poner las canciones del nuevo álbum mientras el público entraba en el recinto, pero la gente pareció no percatarse. “Yo miraba las redes y decía ‘¿De verdad no se está dando cuenta nadie? Esperaba algo más, (las canciones) pasaron como figurantes”, contó Álvaro Baglietto, el bajista, ironizando la situación.
Aun así, es un trabajo hecho con y para su público. Los rostros que aparecen en la portada del álbum son algunos de sus fans, que se ofrecieron voluntarios para participar en el proceso creativo. Ellos son los figurantes de la vida de Vetusta Morla, las personas que, sin nombre, pasan a su alrededor sin frases ni acción dramática, pero que resultan imprescindibles para que la banda siga adelante.
El conjunto madrileño quería darle la vuelta al concepto, hacerles un homenaje y poner en el foco a esas personas, un “andamiaje” al que “no se suele prestar mucha atención”, dice el guitarrista Juanma Latorre. Y ellos querían dejarle claro a su público que los tienen muy en cuenta, sobre todo antes de anunciar su retirada de los escenarios por un tiempo.
Iniciarán estas vacaciones, tras una pequeña gira, con buen sabor de boca porque han hecho algo diferente a sus trabajos anteriores y están satisfechos con el resultado. La banda confesó que habían compuesto este disco “a saltos”, entre conciertos de su gira Cable a tierra y no “en un tiempo condensado en el estudio”, como han hecho otras veces. Les ha gustado esta nueva forma de trabajar porque dicen que “no se pierden cosas por el camino” y han podido ir contando lo que pasaba según ocurría.
“Eso ha hecho que cada canción tenga su momento de gloria, sin saber cuáles eran sus compañeras”, confesaba Latorre. “Hay muchas canciones que se quedan fuera de los discos, no porque no sean buenas, sino porque sus compañeras las echan del grupo”. El resultado ha sido 11 canciones muy diferentes entre ellas.
Aunque todas son especiales, Ay, Madrid fue una de la que más hablaron. Galván dedicó varios minutos a explicar qué querían contar con este tema: “Las grandes ciudades generan en sus habitantes una sensación de apego y desapego fuerte. En el caso de la que nos toca, que es Madrid, nos ha ido deshumanizando poco a poco, expulsándonos de sus barrios y llevándonos a la periferia porque el centro de la ciudad es como un queso gruyere que se deja para inmobiliarias, para especular y para pisos turísticos. (...) Eso es de todo menos humano. Y al mismo tiempo tenemos ese punto de orgullo que dice ‘somos de aquí y no vamos a abandonar’. Desde ese lugar está escrito Ay, Madrid, pero podría ser Ay, Barcelona, Ay, Soria o Ay, A Coruña”. El alegato provocó el aplauso del público.
También han experimentado con la forma de grabar los temas en el estudio. Mientras que Mapas y La derrota se han grabado en directo, Parece mentira o Drones son “pura experimentación con los cacharros del estudio”, según Latorre.
En esa experimentación tiene mucho que ver el productor Campi Campón quien, para Pucho, la voz de Vetusta, es el psicoterapeuta del grupo: “Es al que cada uno de nosotros le va contando nuestras penas y malestares creativos. Le decimos, ‘Ha metido esa guitarra y no me gusta nada, haz lo que sea, pero quítala’, luego el otro le come la cabeza por el otro lado y él reparte juego y dice que la canción es de todos”.
Lo que ya es de todos es el formato físico del disco, que ya está disponible. Para este álbum se han producido tanto CD como un vinilo de 7″, el ojito derecho de los madrileños. Tras la entrevista, la banda interpretó dos temas sobre el escenario de los Teatros Luchana: Ay, Madrid y Figurantes.
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