Johan Inger levanta una torre de Babel en el Festival de Danza de Itálica
Del 20 de junio al 15 de julio, 14 compañías nacionales e internacionales dan continuidad a una de las muestras más veteranas del país. El coreógrafo sueco inaugura este martes la cita con ‘Ola!’, fruto del proyecto de formación que desarrolla en Sevilla
Cae la noche sobre los cipreses de Itálica como un manto de fresca espesura y los espectros de la patria de Adriano salen a bailar. Sucede cada año impar, en los idus de julio, esa suerte de días de buenos augurios que determinaban el calendario del imperio. Cuentan incluso las crónicas que Escipión el Africano, fundador de la ciudad de Itálica, fue amonestado por el atrevimiento de ponerse a danzar delante de sus hombres como celebración de las batallas ganadas. Todo juega a favor, pues, si hablamos de Itálica y danza. Incluso, de esa primera globalización que fue el imperio romano y cuyo espíritu universal recoge, cada año, el Festival Internacional de Danza de Itálica, que se celebra heroicamente en la provincia de Sevilla desde 1981. La muestra abre sus puertas esta nueva edición apelando, aún más si cabe, a su apellido globalizador: su vocación de internacionalización quedará evidenciada este martes en la inauguración del programa con el espectáculo Ola!: I new then / Enredos / Impasse, un conjunto de tres piezas firmadas por el prestigioso coreógrafo sueco Johan Inger (Estocolmo, 56 años).
Un total de 24 jovencísimos intérpretes de 10 nacionalidades tan dispares como Japón, China, Canadá, Chile, México, Francia, Italia, Suecia, Inglaterra y España darán cuenta sobre las piedras del teatro romano levantado en tiempos de Augusto de un experimento dancístico insólito en Andalucía, y pionero en España. Y es que Ola! es el resultado del trabajo realizado por estos 24 bailarines en el primer curso del primer centro internacional para profesionales de la danza que abre sus puertas en España, de la mano de Johan Inger y su pareja, la también bailarina española Carolina Armenta.
Bajo el nombre Take Off Dance y con ubicación en Sevilla, se trata de un centro de alto rendimiento para bailarines de entre 18 y 24 años que, una vez terminada su formación académica, desean formar parte de grandes compañías internacionales de danza. Tras una intensa vida artística repartida en compañías como la Royal Swedish Ballet, la Nederlands Dans Theater y el ballet Cullberg, principalmente, el hoy coreógrafo Johan Inger —Premio Benois de la Danse 2016— ha elegido la capital de Andalucía como una suerte de descanso del guerrero, desde donde ejercer de polo de atracción de bailarines internacionales que necesitan un puente entre su formación académica y la actividad profesional.
“Los bailarines, cuando se gradúan, se encuentran en un limbo profesional. Las compañías elitistas les piden tres años mínimos de recorrido y experiencias en compañías similares. En Europa hay programas que hacen de puente entre lo académico y lo profesional, pero en España no existía hasta ahora nada igual”, asegura Carolina Armenta ante la tierna dificultad de Inger de expresarse en español. Tan solo en Barcelona, la IT Dansa, compañía joven del Instituto del Teatro de Barcelona, realiza un programa pedagógico de estas características en España.
Para celebrar el éxito con el que se ha desarrollado la primera temporada de Take Off Dance en Sevilla, con 24 bailarines de formación tanto clásica como contemporánea —que fueron seleccionados de entre más de 150 solicitudes llegadas de los cinco continentes—, Johan Inger abre este martes las compuertas del festival con un programa triple conformado por dos piezas antiguas de su propia creación, I new then (2011) e Impasse (2019), que incluye el estreno absoluto de Enredos, un paso a dos entre dos bailarinas “que es como un sueño”, asegura Inger.
Las músicas de Van Morrison —en la primera pieza—, Rachmáninov en el interludio y el trompetista franco-libanés Ibrahim Maalouf dan pie a Inger para poner a bailar a los 24 componentes del primer curso de su compañía, en un ejercicio de “nostalgia”, asegura el coreógrafo, que con la última de las piezas, Impasse, se mantiene de gira internacional desde hace tres años. “Son excelentes bailarines, el espectador no tiene por qué saber que son alumnos de este centro. Muchos de ellos salen ahora ya contratados por grandes compañías internacionales”, presume el sueco, que explica otro de los objetivos del centro que dirige: “Hacemos de vehículo con las compañías, muchos directores han llamado durante el año para interesarse por los alumnos, a los que vamos dirigiendo a un sitio u otro”.
El próximo 2 de octubre dará comienzo, tras este experimento exitoso, el segundo curso del centro Take Off Dance, de nuevo con 24 bailarines que ya han sido seleccionados, en un grupo donde se repite la diversidad cultural y formativa del alumnado. “Hemos notado el aumento de la demanda, pero sobre todo, del nivel técnico de los solicitantes”, asegura Armenta.
El Festival de Itálica, del 20 de junio al 15 de julio
El Festival Internacional de Danza de Itálica, organizado por la Diputación de Sevilla, es un ejemplo de supervivencia, además de uno de los escaparates más nítidos desde que asomarse, en el sur de España, al contexto internacional de la danza, con capacidad para la coproducción y estímulo para la creación de los artistas que hunden aquí sus raíces, y que eligen este marco de fuertes connotaciones históricas para el estreno absoluto de sus propuestas. Hoy estable en sus constantes vitales, ha estado más de una vez a un tris de despeñarse por la ladera del cerro de San Antonio, donde se levanta el teatro romano al que debe su nombre, construido en tiempos del emperador Augusto. Pero eso también es ya historia.
El Festival de Itálica se celebra los años impares desde que se convirtió en bienal en su tránsito de 1998 a 2001 (con una edición en blanco de por medio a causa de los vaivenes políticos), por cuanto su celebración es una de las citas más esperadas del calendario cultural estival de Andalucía. Para esta edición, contará con la participación de 14 compañías nacionales e internacionales —en concreto estas serán 3, provenientes de Suecia, Italia y Francia— y con una programación en la que se darán la mano la danza contemporánea y el baile flamenco más vanguardista y en la que el público va a asistir a cinco estrenos absolutos y a cinco espectáculos coproducidos por el festival.
Hablamos de propuestas tan atractivas como los estrenos absolutos del interesantísimo bailaor y coreógrafo flamenco Fernando Romero, que dedica el espectáculo titulado Estrellas aplastadas por el tacón (29 de junio) a la faceta de poeta, tan poco conocida, del pintor Pablo Ruiz Picasso.
También en el espectro flamenco, David Coria ha elegido el Teatro Romano de Itálica para estrenar Los bailes robados (7 y 8 de julio), mientras que la danza contemporánea contará con los estrenos absolutos de Averno (Marcat Dance, 11 y 12 de julio) y Hamvito, de Teatro del Velador (10 de julio). El cierre lo echará la bailaora más contemporánea de la escena flamenca, Rocío Molina, con su aplaudido Carnación (15 de julio).
¿Dónde puedo tomar clases de flamenco por la tarde?
La ciudad de Sevilla es, junto al nombre propio de Johan Inger, el gran atractivo del centro de formación intensiva Take Off Dance. Llegados desde Japón, China o Canadá, los bailarines recalan en la capital andaluza con una excelente formación en danza clásica o contemporánea pero con una curiosidad común: el flamenco. “Sí, claro que es una de las primeras preguntas que nos hacen: ‘¿Dónde puedo tomar clases de flamenco por las tardes?”, reconoce Carolina Armenta. Para dar respuesta a este reclamo, el centro ha contado en este primer curso con artistas como la bailaora canadiense Chloé Brûlé y se prevé que para el próximo año ahonden en la formación de esta singularidad dancística de Andalucía.
Babelia
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