Friedrich-Wilhelm von Herrmann, el compromiso con la fenomenología
Asistente personal y albacea de Martin Heidegger el profesor de Friburgo, fallecido el 2 de agosto, difundió el vasto y complejo legado intelectual del eminente pensador
Pese a evocar ya solo una sensación de extrañeza en el amplio público, bajo el título de “fenomenología” se forjaron las bases del pensamiento europeo del siglo XX. Nacido en Alemania con la obra de Edmund Husserl, el movimiento fenomenológico atrajo a las mentes más lúcidas del continente, muchas de las cuales se dieron cita en la ciudad de Friburgo de Brisgovia, convertida a principios del siglo pasado en un auténtico baluarte del pensar fenomenológico. La triste noticia del fallecimiento del profesor Friedrich-Wilhelm von Herrmann este dos de agosto a los 88 años representa el cierre de un importante capítulo de su historia.
Como profesor emérito de la Universidad de Friburgo, donde desarrolló toda su carrera académica, Von Herrmann era el último eslabón de una línea que conectaba los inicios de la fenomenología con nuestro presente. En esa misma universidad obtuvo la cátedra de Filosofía Edmund Husserl, a quien sucedería Martin Heidegger, discípulo suyo y nolens volens uno de los más grandes pensadores de la historia occidental. Esta tradición pervivió en el último asistente de Husserl y colaborador de Heidegger, Eugen Fink, también profesor en Friburgo y, a la postre, maestro de Von Herrmann.
Formado durante años en el pensamiento de su venerado Fink (gracias al cual adquirió una insólita familiaridad con los trabajos de Husserl), la carrera del prosefor Von Herrmann estuvo marcada por su encuentro con Heidegger, de quien sería asistente personal a partir de 1972. Fue este último quien solicitó el apoyo de Von Herrmann para que acometiese, como albacea literario, la colosal tarea de editar, defender y difundir su vasto y complejo legado intelectual; una tarea a la que se entregó plenamente hasta las últimas horas de su vida.
La mayoría de las contribuciones dejadas tras de sí (algunas de ellas vertidas al inglés, ruso, japonés, coreano, italiano o español) son expresiones de ese compromiso con Heidegger, entendido como un deber personal. Entre ellas, destacan un extenso comentario a Ser y tiempo, Subjekt und Dasein (1974, 42014) y Wege ins Ereignis (1994), en el que intenta esclarecer la hermética filosofía del “segundo” Heidegger. Bajo la tutela de Von Herrmann se ha llevado a cabo la monumental edición de la obra completa de este pensador (que supera los 100 volúmenes, todavía sin concluir), no exenta de múltiples polémicas que encaró decididamente, por lo que se convirtió en una referencia ineludible para los estudios especializados.
Durante sus años como docente universitario, compaginó esta entrega con la supervisión del trabajo de numerosos investigadores, llegados a Friburgo de todas partes del mundo para nutrirse de su instrucción. Su jubilación en 1999 supuso un incremento de su dedicación como intérprete y editor, recientemente reconocida por la Universidad de Pavía con el título de Profesor Honorífico. En sus últimos años también había comenzado a publicar sus propias lecturas sobre Descartes, Leibniz o Kant.
La exigencia con la que asumió ese titánico compromiso con Heidegger, pese a las dificultades que acarreaba, fue ejemplar. Sin embargo, la pérdida de Von Herrmann es dolorosa por todo lo que transmitía en sus encuentros personales, cuyo valor sobrepasaba el de sus obras. Como si no importase la edad y la ingente cantidad de trabajo que se imponía, durante sus últimos años seguía acogiendo a jóvenes investigadores en su estudio personal de Zähringen para, pacientemente, transmitir su conocimiento, su pasión y el rigor del pensar fenomenológico. Gracias a la cercanía de estos encuentros, ese rigor se volvía tangible en infinidad de gestos, con los que Von Herrmann buscaba instruir, como le gustaba decir, de la misma manera en la que lo instruyeron sus maestros, Heidegger y Fink, quienes a su vez aprendieron de Husserl. Con el fallecimiento del profesor von Herrmann en la madrugada del 2 de agosto, la continuidad histórica que tantos años se había encargado de custodiar en su obra y en su persona ha conocido su punto final.
David Hereza Modrego es doctor en Filosofía por la Universitat de València. En 2019 realizó una estancia de investigación bajo la tutela de Friedrich-Wilhelm von Herrmann.
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