Los fontaneros reales de la película de Neús Ballús triunfan en Locarno

La directora Neus Ballús los eligió entre más de 1.000 fontaneros. Convivió con ellos durante dos años, citándose al menos una vez por semana para ensayar y dar clases de improvisación. Este sábado, Mohamed Mellali y Valero Escolar, los intérpretes no profesionales que protagonizan el tercer largometraje de la catalana, Seis días corrientes, se han llevado un premio como actores. Lo han hecho, además, a la primera. El filme se entrenaba mundialmente la semana pasada en el festival suizo de Locarno, un estandarte del cine de autor a nivel mundial, que ha incluido a los dos debutantes en el palmarés de su 74ª edición.

Ballús contaba allí a EL PAÍS, poco antes de la primera proyección de su película, cómo había sido el proceso de trabajo de este experimento fílmico con esencia de cine social contado en clave de comedia. En este relato, tres fontaneros reales hacen las veces de actores, trasuntos de sí mismos. Valero Escolar interpreta a un incontinente verbal que se cobra una víctima en el inmigrante Moha, su potencial nuevo compañero de trabajo que viene a sustituir a Pep, interpretado por Pep Sarrà, sabio, pausado y a punto de la jubilación. El largometraje, en el que la directora explora de nuevo en lo profundo a partir de lo cotidiano, retrata a sus personajes principales a través de las seis jornadas de chapuzas que le dan título. Este trabajo también se ha llevado el Europa Cinemas Label, entregado por un jurado de exhibidores que eligen la mejor película europea, además de una mención especial del joven jurado independiente.

Seis días corrientes arranca así su viaje internacional por los festivales de cine del mundo. Ya tiene confirmada su participación en septiembre en el de Toronto, uno de los grandes escaparates de la industria del continente americano, bajo el título internacional de The Odd-Job Men.

La otra producción española en competición internacional de Locarno, Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra, también ha encontrado un hueco en el palmarés, al lograr la mención especial del jurado, encabezado por la cineasta neoyorquina Eliza Hittman. Esa misma distinción ha logrado la suiza Soul of a Beast, de Lorenz Merz.

El Pardo de oro, máximo galardón del certamen, ha recaído en la indonesia Vengeance Is Mine, All Others Pay Cash (Seperti Dendam, Rindu Harus Dibayar Tuntas), una extraña y esperanzadora historia de amor, sexualidad y masculinidad tóxica dirigida por Edwin y protagonizada por un luchador de los años ochenta. A New Old Play (Jiao Ma Tang Hui), el salto al cine de ficción desde el mundo del arte contemporáneo de Qiu Jiongjiong, ha obtenido el Premio Especial del Jurado. Algo de los dos mundos se mezclan en esta coproducción entre Hong Kong y Francia protagonizada por una compañía teatral de principios del siglo pasado.

El estadounidense Abel Ferrara ha sido ganado el trofeo a mejor dirección por Zeros and Ones, que sigue la compleja y distópica misión de un soldado encarnado por Ethan Hawke. El premio a mejor interpretación femenina lleva el nombre de la rusa Anastasiya Krasovskaya por su labor en Gerda, de Natalya Kudryashova, en la que interpreta a una estudiante de sociología propensa a los encuentros oníricos.