La luz que guía a la música del sur
Faro, que lucha por ser capital cultural europea 2027, impulsa un proyecto para reivindicar a la periferia musical
En Portugal, como en el resto del mundo, el camino para labrarse una carrera musical ha pasado tradicionalmente por la capital. De forma que los artistas que no tienen la posibilidad de mudarse a Lisboa no logran despuntar y la mayoría se queda en los escenarios de bares, hoteles o pequeños espacios. Situación que el Ayuntamiento de Faro, la capital del Algarve, pretende revertir con un proyecto para dotar a estos artistas de herramientas para desarrollar su carrera desde el sur. South Music, la primera edición de este programa, ha reunido durante dos días, 15 y 16 junio, a 33 grupos de la región, seleccionados entre los 120 que se han presentado, y los ha subido a cuatro escenarios en el centro histórico de Faro ante 150 profesionales del sector llegados de todo el país.
South Music forma parte de las iniciativas que Faro, con unos 70.000 habitantes, está desarrollando para su candidatura a Capital Europea de la Cultura 2027, pero es un proyecto de largo recorrido que continuará durante todo el año con seminarios y talleres en los que los artistas estarán en contacto con productores musicales, sellos discográficos, directores de festivales, técnicos y otros profesionales relacionados con el sector.
El cantante y compositor Dino D’Santiago (Faro, 38 años) es uno de los embajadores, artistas hoy consolidados que tuvieron que abandonar la región para triunfar, que se ha sumado a esta iniciativa: “Actualmente sí se puede desarrollar una carrera desde el sur, pero primero tienen que librarse del estigma que los marca como artistas de segunda, solo porque actúan en bares y hoteles. En el Algarve hay muy buenos músicos y muy eclécticos, sobre todo de jazz y de heavy metal; pero hay que darle dignidad a la profesión y eso puede hacerse con iniciativas como South Music”, ha afirmado este martes el cantante de origen caboverdiano quien primero se mudó a Oporto, donde residió 11 años, y hace siete que vive en Lisboa.
Su música, una síntesis afro-portuguesa que conquistó a Madonna, con quien ha colaborado en varias ocasiones, abrió la cita South Music este martes en el escenario al aire libre de la Quinta Lão, junto al pianista Júlio Resende, a los cantantes Viviane y Nuno Guerreiro y al contrabajista Zé Eduardo. Todos ellos han colaborado con el Ayuntamiento de Faro y el Teatro das Figuras para desarrollar este proyecto que, además de las sesiones de trabajo conjuntas entre los músicos de los 33 grupos seleccionados y los profesionales, incluye conciertos de unos 30 minutos desde las 18.30 hasta la una de la madrugada.
Júlio Resende, un maestro sumando jazz y fado al piano, nació en Faro hace 39 años y a los 19 se mudó a Lisboa para estudiar piano y filosofía: “Mi foco siempre ha sido la música, pero la filosofía me ha servido para desarrollar conceptos con suficiente sustancia y poder trasmitirlos a otras personas”. El consejo que el pianista y compositor le ha dado a los músicos que están empezando consiste en “mucho amor, mucho trabajo, perseverancia y una buena gestión de la carrera, algo que se consigue rodeándose de un buen equipo”. Como apunta su colega Dino D’Santiago, para aguantar en este negocio, el artista no puede separarse de la persona. “No puedes tallar un diamante y esperar que salga un rubí. Hay que tener la valentía de ser uno mismo”, añade.
Consejos que han escuchado con atención desde el joven cantante de Dispirited Spirits, Rodrigo Dias (Faro, 18 años) que el año pasado fundó su banda de indie-rock, hasta el veterano cantautor brasileño asentado en el Algarve Paulinho Lêmos, 63 años. Músicos de bandas como Goldcobra, Riding a Meteor o Plasticine que a través de esta iniciativa cuentan con un contacto directo con la industria sin tener que mudarse a la capital.
Para Bruno Inacio, responsable de Cultura del Ayuntamiento de Faro, se trata de crear “una plataforma para promover el talento regional y una oportunidad para fomentar la creación, la colaboración y el intercambio”. Entre las 120 solicitudes recibidas suman una treintena de géneros, pero los más frecuentes en esta región del sur de Portugal son el pop-rock, el jazz y el rap.
Además de la Quinta Lão, a espaldas del Museo Municipal de Faro, también se han programado conciertos en el claustro del siglo XVI del museo y en dos espacios de la Fábrica de Cerveza, un edificio industrial de principios del siglo XX que se levantó sobre las ruinas de la alcazaba musulmana del XI. “Es curioso porque aquí no se ha fabricado nunca ni una cerveza, aunque se construyó para ello. Se usó como almacén militar y ahora el Ayuntamiento la ha cedido a una asociación de músicos que tienen una treintena de salas de ensayo y lugares para actuaciones”, añade Inacio, quien planea ampliar el proyecto a otras artes escénicas.
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