Jorge Lozano, una vida en la semiótica
El catedrático, que ha fallecido a los 69 años, hizo gala de una preparación intelectual que le permitió vencer la resistencia de los ámbitos académicos más conservadores
El experto en semiótica Jorge Lozano (La Palma, 1951) ha muerto este lunes a los 69 años. Lozano era un tipo complejo y lúcido, características ambas sin las que no se puede probar fortuna en el arcano de la semiótica. Tuvo la suerte, en el tránsito de los años setenta, de marchar a Bolonia para caer rendido ante las enseñanzas de Umberto Eco, que antes de novelista de éxito fue gran profesor y profeta de la semiótica entre nosotros. Esa ciencia paralela a la lingüística que se dedica al análisis de lo simbólico y de los lenguajes no verbales, a la teoría de los signos en definitiva, tuvo su escuela rígida en Francia con Roland Barthes y otra más exuberante en Italia, en la que se ubicó Lozano hasta el final.
Tras la publicación de Diario mínimo, La estructura ausente y el Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas, Eco vino a España de la mano de Lozano para presentar su sistemático Tratado de semiótica general en el Instituto Italiano de Cultura y en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid. Allí formábamos la mesa con Eco y Lozano, Valeriano Bozal, Juan Cueto y el que suscribe como redactor jefe de la revista Comunicación XXI.
Fiel escudero del barbudo profesor, nos permitió acercarnos al gran escritor en ciernes que repartía su conocimiento de forma lúdica, acabando la noche en un cabaret semiótico como el que ofrecía Olga Ramos en su día en la calle de la Palma de Malasaña. Noche inolvidable. Publicamos en la revista una primera entrevista de Eco realizada por Jorge Lozano y su pareja, Cristina Peña–Marín, que fue el inicio de una colaboración en la que pasaron revista a los nuevos fenómenos de la cultura de masas a través del tamiz semiótico, como el caso de las pintadas, los cómics, la moda….
Tuvo la fortuna, en el tránsito de los años setenta, de marchar a Bolonia para caer rendido ante las enseñanzas de Umberto Eco
Su buena preparación intelectual y su bagaje filosófico permitieron a Lozano vencer las resistencias que esa nueva ciencia provocaba en ámbitos académicos más conservadores. También desplegó su actividad en la Revista de Occidente, de la que fue secretario general, y como director de la Academia de España en Roma, donde completó su clara y siempre confesada italianización. Alcanzó la cátedra de Teoría General de la Información en la Universidad Complutense, donde fue un compulsivo predicador de la su disciplina aplicada a la moda y de la cultura, asignatura que también impartió en la Universidad de Venecia.
Director del Grupo de investigación Estudios de Semiótica de la Cultura de la Fundación Instituto Universitario Ortega y Gasset, es autor de la introducción, selección y notas a Semiótica de la cultura (Cátedra), de Yuri Lotman y la Escuela de Tartu, y de El discurso histórico (Alianza), con prólogo de Umberto Eco, quien afirma en el mismo: “Toda práctica semiótica se ejerce sobre alguna forma de ausencia, de lejanía..., entonces, la historia podría entenderse como la práctica semiótica por excelencia, ya que nombra y reconstruye contando lo que ya no está”.
Lozano se aplicó a esta máxima en sus últimos años, dedicando ensayos y seminarios a analizar nuestro nuevo tiempo social y cultural en las Lecciones “Paolo Fabbri”, como las dedicadas a la fama, al lujo o incluso al terrorismo del ISIS. Siempre atento a su tiempo y a buscar una explicación profunda a un mundo tan cambiante. Las nuevas narrativas, los discursos, los relatos tan en boga eran escudriñados por Lozano y los suyos con una gran habilidad intelectual. En uno de sus últimos artículos habla de “la seducción” como elemento del mensaje político actual. Él, que fue un gran seductor para acercarnos a asuntos trascendentes y complejos.
Javier Martín-Domínguez es periodista y realizador.
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