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‘Star Wars: Squadrons’, a los mandos de la galaxia

EA Motive Studios ofrece un buen título de combates espaciales con una campaña variada y un interesante modo multijugador al que le falta un poco más de contenido

El Imperio Galáctico ha caído, Palpatine ha muerto —o eso creían— y la segunda Estrella de la Muerte ha explotado en la órbita de Endor. Sus pedazos se desperdigan por los lugares aledaños, y aunque el viejo trono del emperador permanece casi intacto, el poder unificado de antaño se descompone como el planeta Alderaan, hogar de la princesa Leia y de su padre, el senador Bail Organa. Su destrucción no fue el final de la rebelión, sino una chispa que reforzó todas las convicciones del movimiento. Star Wars: Squadrons, desarrollado por EA Motive Studios, está ambientado entre los acontecimientos de El Retorno del Jedi y de El Despertar de la Fuerza, un período en el que la Nueva República trata de hacerse con el control de la galaxia de una vez y para siempre.

En un territorio tan vasto es lógico pensar que el final de una estructura política no destruya todas las instituciones de un día para otro. Los Grandes Moffs, almirantes, generales y soldados de asalto siguen en pie de guerra. Por eso, la nueva producción de Electronic Arts explora esa época de incertidumbre, en la que las fuerzas de la Nueva República se enfrentan a las cenizas del Imperio. Comparte período histórico con el videojuego Star Wars Battlefront II y la serieThe Mandalorian, la primera de la saga en acción real. La particularidad es que este producto está centrado exclusivamente en las batallas espaciales.

Los dos lados de la guerra

La pulsión bélica entre ambas facciones se refleja en el título, que plasma la visión de cada uno de ellos y nos deja manejar a personajes de los dos bandos. Después de la destrucción de Alderaan, Darth Vader ordena a su flota que dé caza a los refugiados que han huido del planeta. Es entonces cuando el capitán Lindon Javes se da cuenta de que no se alistó para asesinar a refugiados inocentes, por lo que se vuelve contra el Imperio y se une a los rebeldes. La capitana Terissa Kerrill lo sufrirá como un golpe personal, un hecho que se explica porque Lindon había ejercido como mentor desde su ingreso en las filas imperiales. En la trama de Star Wars: Squadrons, la relación entre estos dos protagonistas vehicula en parte sus acciones, pese a que los dos mantienen sus respectivos objetivos siempre en mente. Su lealtad al Imperio Galáctico es inquebrantable, pues considera que se lo ha dado todo: pasó de niña huérfana a capitana de su propio Destructor Estelar.

El Escuadrón Vanguardia de la Nueva República nos introduce en los pensamientos de los antiguos rebeldes, ahora parte del gobierno legítimo. La guerra sigue su camino, pero las cosas han cambiado desde la victoria en la Batalla de Endor. Feresk Tssat, más conocido como Frisk, es uno de los personajes que expresa sus dudas ante sus compañeros de escuadrón. A los trandoshanos, una raza reptiliana de cazadores, se les ha retratado generalmente como seres sin escrúpulos, habitualmente alineados con el Imperio Galáctico o con cazarrecompensas de los bajos fondos. Si bien Frisk no está del todo cómodo con la deriva de la Nueva República, a la que achaca que ya no puede realizar maniobras ilegales, al final decide quedarse porque cree en la causa y en sus compañeros. Su superior, la generala Hera Syndulla, es una vieja conocida del nuevo canon Disney. Los fans de Star Wars Rebels se alegrarán de verla de nuevo en acción.

Dentro del Escuadrón Titán, en el bando imperial, el perfil de personaje tampoco es homogéneo. Algunos contemplan la reinstauración del Senado como necesario, mientras que otros consideran que con su regreso volverá la burocracia. La lucha por el poder se deja entrever en varias secuencias, en las que algunos oficiales se niegan a respetar la cadena de mando (las órdenes de Kerrill proceden de la almirante Sloane) y tratan de imponer su autoridad. Dentro del plantel de protagonistas, quizá algo arquetípico, destaca la figura de Shen, un veterano que ha perdido algunas batallas, pero no la guerra. Mitad hombre, mitad máquina, se ha dejado varios sus huesos y algunos miembros en combate. Nunca le vemos la cara, porque la oculta bajo un casco de piloto desgastado y demacrado.

Al igual que en las películas y que en otros productos recientes de Star Wars, Motive Studios ha apostado por la diversidad. Me ha gustado la naturalidad con la que Varko Gray, otro veterano de las filas imperiales, habla sobre su futuro cuando acabe la guerra. Su sueño es establecerse en un lugar tranquilo junto al mar en compañía de su marido. Desde que el canon Disney se implantó, ya ha habido otros personajes homosexuales, como la Moff Delian Mors o Shinjir Rath Velus en las novelas Star Wars: Los Lores Sith y Star Wars: Aftermath respectivamente. Gray es el primer hombre gay dentro de los videojuegos basados en la saga galáctica.

En lo argumental, Star Wars: Squadrons no brilla demasiado, aunque el atractivo de su universo y las pequeñas historias ayudan a canalizar las misiones de la historia principal. Desde un punto de vista narrativo, elegir un protagonista mudo no ha sido la mejor idea. Los diálogos se sienten algo forzados porque el personaje no contesta ni hay opciones de diálogo. Además, las conversaciones que se desarrollan en el hangar son algo estáticas, puesto que el protagonista no se mueve libremente, se desplaza a través de puntos de interés señalados. En otras palabras: saltas de un diálogo a otro y del hangar principal a la saga de operaciones.

La hora de la verdad: pilotar una nave y sobrevivir para contarlo

La campaña funciona como una especie de tutorial, lo que no significa que no ofrezca grandes momentos. De hecho, las misiones resultan muy variadas, con objetivos muy diferentes que nos invitan a utilizar el profundo sistema jugable que EA Motive ha diseñado. Lo que sí he echado de menos son las batallas bajo el cielo de los planetas. Por ejemplo, en Star Wars Rogue Squadron II: Rogue Leader, vivimos la Batalla de Hoth de El Imperio Contraataca sobre los aerodeslizadores T-47. Luke Skywalker idea una estrategia alternativa que contempla utilizar cables de remolque para hacer tropezar a los caminantes. En Squadrons, toda la acción se desarrolla en el espacio, a veces muy cerca de los planetas, pero nunca en su atmósfera.

Controlamos 8 naves distintas (4 por cada bando), entre las que se encuentran los clásicos modelos Ala-X y Ala-Y de la Alianza Rebelde o las diferentes variantes de los TIE imperiales, cada uno con sus características, armamento, debilidades y fortalezas propias. La personalización, que permite combinar diferentes aspectos, amplía las opciones para que los jugadores construyan su nave ideal.

El modo para un jugador introduce paulatinamente todos los conceptos que necesitamos para dominar la nave a la perfección, pero para hacerlo hace falta práctica, pues las posibilidades no son reducidas precisamente. Controlar una de estas naves implica manejar la velocidad, el ángulo de las alas, las distintas clases de armas o la munición disponible. Si recibimos daño, podremos solicitar a nuestro astrodroide que arregle el casco, aunque después la opción estará temporalmente deshabilitada hasta que pase un rato. Una vez vayamos dominando todos los sistemas, podremos incluso derrapar, escapar de los misiles enemigos e interceptar este tipo de armamento.

De forma similar en los dos bandos, debemos tener en cuenta el elemento que queremos potenciar en cada momento. Si necesitamos mayor potencia de ataque, lo ideal será derivar toda la energía a las armas, mientras que si buscamos protección tal vez tengamos que enviar toda esa energía a los escudos. Por el contrario, en otras ocasiones, la maniobrabilidad y la velocidad será más importante, de modo que habrá que centrar toda la potencia en los motores. Si buscamos el equilibro, también existe una opción para que la energía se desplace de manera homogénea por toda la nave. Estos conceptos son sencillos sobre el papel, pero aplicarlos a cada situación requiere un aprendizaje progresivo.

Entre explosiones y disparos láser, el jugador persigue a sus objetivos e intenta derribar un objetivo o defender una posición aliada. Con solo pulsar un botón sobre una corbeta o un caza estelar, por ejemplo, el protagonista puede pedir al resto de su escuadrón que ataque con todo lo que tiene o que defienda con uñas y dientes la nave.

Las 10 horas de la campaña principal son una buena introducción para el modo multijugador online, que es el núcleo de este proyecto. Aquí sí, la personalización es mucho más importante, pues los cambios no solo afectan a los estético, sino también a la jugabilidad. La actualización más reciente ha añadido un adorno de Baby Yoda (The Mandalorian) para la cabina de las naves republicanas, pero para conseguirlo tendrás que invertir el dinero virtual que ganes durante las partidas. Cabe destacar que EA ha prescindido completamente de las microtransacciones. Todos los objetos y mejoras se obtienen jugando, sin trampa ni cartón.

Los desarrolladores han concebido este proyecto como algo cerrado, a la antigua usanza. No planean ninguna clase de expansión o DLC; tampoco convertirlo en un juego como servicio. En su enfoque multijugador es donde va a pesar la falta de nuevos contenidos y modos de juego. Refriega enfrenta a equipos de cinco pilotos con un objetivo muy concreto: ser el primero en causar 30 bajas. Batalla de flotas, por su parte, es una modalidad que no es accesible desde el principio, ya que exige cierto nivel. Despliega sobre el campo de batalla espacial tanto a enemigos manejados por otros jugadores como controlados por la inteligencia artificial. Deberemos derribar esas naves para obtener moral, que nos proporcionará el acceso para completar el objetivo final. Al ser un modo competitivo la comunicación entre los miembros del escuadrón puede marca la diferencia entre la victoria y la derrota.

Star Wars: Squadrons es jugable al 100% en realidad virtual (compatible con Steam VR y PS VR). Me coloqué los cascos Oculus Quest con el cable Oculus Link conectado al ordenador. De repente, me vi dentro de la cabina de un caza TIE y me sentí como si estuviera en una de las batallas espaciales de la saga. Sin embargo, la dicha no duró mucho tiempo, puesto que pronto me di cuenta de que mi tarjeta gráfica no tenía la potencia suficiente como para que funcionara bien en VR. Y aún así, me bastaron unos segundos para percatarme de que Squadrons es una experiencia absolutamente inmersiva en realidad virtual. No hay mejor manera de ponerse a los mandos de la nave; ahora solo queda conquistar la galaxia. El bando lo eliges tú.

Crítica de la versión PC (código cedido por EA)

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