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Respuestas al desasosiego

Isaac Rosa aglutina algunos de los dolores humanos, sociales e íntimos que nos rodean aquí y ahora

J. Ernesto Ayala-Dip
Madrid vacío por el coronavirus, la Puerta del Sol.
Madrid vacío por el coronavirus, la Puerta del Sol. Samuel Sánchez

Cincuenta relatos son los que componen este nuevo libro de Isaac Rosa. Estoy hablando de Tiza roja, que si se quiere metabolizar como merece, yo sugiero no evitar el prólogo y, sobre todo, reparar en su índice. El prólogo porque en él Rosa nos explica el porqué del libro y su verdadera procedencia. Que esté en las librerías forma parte de la feliz decisión de la directora literaria Elena Ramírez. El que firma esta reseña coincide plenamente con esa decisión. La otra cuestión es que Rosa nos dice que estos relatos sólo existen porque alguien se los ha encargado. Y sobre todo, son las respuestas narrativas al inmenso desasosiego, mezclado de inciertas esperanzas, que vive la sociedad española en estos aciagos tiempos. Respecto al índice, nos servirá como guía para leerlos. Es un orden temático, pero a la vez es un orden programático que aglutina algunos de los dolores humanos, sociales e íntimos que nos rodean aquí y ahora. La vida cotidiana pesando como una losa sobre las parejas, sobre las expectativas de felicidad y paz interior. No todas son cápsulas para sentirnos mejor, sino que me parece que lo que quiere su autor es que, sintámonos como nos sintamos, con la que está cayendo, seguro que después de leer estos relatos nos sentiremos un poco saludablemente peor. Por tanto, este libro resulta paradójicamente gratificante. Se cuentan historias donde casi siempre a alguien se la están dando con queso (sin remedio, que dijo un día Ana María Matute), pero en las que no puedes dejar de experimentar lo más parecido al síndrome de Stendhal. Eso tiene la verdadera escritura. No te sale gratis, pero la necesitas, o tal vez por eso.

En Tiza roja, el lector de Isacc Rosa no encontrará su registro novelístico. Sí el empeño imaginativo, pero distinto en la factura de la frase (estoy pensando, por ejemplo, en La habitación oscura). Después del orden de lectura sugerido, también recomiendo seguir con el cuento que da título al volumen, ‘Tiza roja’. Como ocurre con todas las piezas que prestan su título, éste marca el estilo de todos sus cuentos. Rosa no soslaya las leyes generales del relato, las clásicas y las que marcaron gran parte de la narrativa breve en el mundo. Como muestra, sólo apuntar unos detalles: un día aparece en la Puerta del Sol de Madrid una cifra misteriosa y cada día esa cifra aumenta en una unidad; nadie sabe quién la dibuja y es posible que nunca se sepa. Este relato pertenece al capítulo de los aglutinados bajo el epígrafe ‘Política’, así como los que le siguen temáticamente se ordenan bajo reclamos como ‘Sociedad, ‘Sucesos’, ‘Ofertas de empleo’, etcétera. No todos los cuentos son perfectos para mi gusto. Me sucedió con ‘Patio de luces’, una pieza magistralmente visualizada pero imperfectamente resuelta, precisamente porque su final puede exigir mayor explicitación. Quiero terminar esta reseña con la mención a un cuento redondo, del que me gustaría contar su final, pero no lo haré, claro. Se titula ‘Se ha perdido un niño’ y sintetiza toda su excelencia imaginativa y empatía social. ¿Recuerda el lector El apartamento, de Billy Wilder? Triste, cruel, y a pesar de todo con ganas siempre de verla, aunque duela. La mayoría de los cuentos de este libro tienen este calibre estético y moral.

'Tiza roja'

Autor: Isaac Rosa.


Editorial: Seix Barral, 2020.


Formato: Tapa blanda o de bolsillo. 416 páginas.


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