Mike Pondsmith: “Nos hemos convertido en una sociedad distópica”
El creador de 'Cyberpunk 2020' ha participado en el desarrollo de 'Cyberpunk 2077' y en el marco del pasado Gamelab reflexionó con EL PAÍS sobre el videojuego, su carrera y la situación social actual
Luces de Neón, megacorporaciones, tecnología, violencia, abuso, ciberpunk. La ciencia ficción que se convierte en realidad. Hace solo unos meses, nadie imaginaba que una epidemia como la de la covid-19 pudiera afectar a los países del llamado primer mundo. Hoy, los muertos se cuentan a millares y las sociedades han pasado por períodos de confinamiento más o menos estrictos. Es por ello que EL PAÍS no se encuentra cara a cara con Mike Pondsmith, sino que lo hace a través de una pantalla. El creador de Cyberpunk 2020, el juego de rol tradicional en el que se basa Cyberpunk 2077 (CD Projekt RED, The Witcher 3: Wild Hunt), ha participado en Gamelab Live Barcelona 2020, esta vez en formato online. “Nos hemos convertido en una sociedad distópica”, reflexiona en entrevista con este diario.
Mike Pondmith es el fundador de R. Talsorian Games, una empresa que se encarga de desarrollar y de elaborar juegos de rol tradicionales. Antes de esa etapa, en los años ochenta, comenzó su carrera como desarrollador de videojuegos, pero las limitaciones de la época y otras circunstancias le llevaron en otra dirección. Aún así, más adelante vivió otra etapa en la industria del videojuego. Fichó por Microsoft, por lo que tuvo la oportunidad de trabajar en algunos productos de lanzamiento de la primera Xbox. “Esto ocurre una vez en la vida”, recalca. Años después, trabajó en Monolith Productions, donde estuvo involucrado en el desarrollo de The Matrix Online, un MMORPG comercializado en 2005.
Cuando la distopía llegó al mundo real
Para Pondsmith, Cyberpunk siempre fue una advertencia, no una aspiración. “El género ciberpunk fue concebido en los años 80” como un indicativo de la dirección a la que podía ir el mundo. “Era una cuestión de cómo las grandes corporaciones serían capaces” de ejercer el control sobre la población; también sobre la influencia de la tecnología, de la que seríamos tan dependientes “en el día a día que no nos daríamos cuenta de cómo nos estaba cambiando”. Pero en aquella época, “cuando los teléfonos móviles tenían el tamaño de un ladrillo y las megacorporaciones acababan de surgir, sonaba bastante raro, profético”. En ese instante, señala su propio dispositivo móvil: “Es como esta cosa de acero que tengo aquí. Es más inteligente que todos los ordenadores de los 80”. Con ello, “llegaron corporaciones y Gobiernos poco controlados”, de modo que el resultado es “que nos hemos transformado cada vez más en una sociedad distópica”, arguye.
Desde que Cyberpunk 2077 comenzó su desarrollo, Mike Pondsmith viaja varias veces al año a Polonia. Con la situación del coronovirus, esa posibilidad se ha truncado completamente. “Mi hijo y sus amigos me toman el pelo porque muchas cosas que escribo acaban ocurriendo de una forma u otra. De hecho, le gusta decir: 'Papá, ten pensamientos positivos”. Comenta que la epidemia ha sumido a Europa y a Estados Unidos en un estado de ciberpunk. “Un mes o dos antes, cogí un vuelo desde Singapur. Podría haber contraido la covid-19 allí, haberlo llevado de vuelta [a EE UU] y no nos hubiéramos enterado. Esto nos lleva a un problema mayor: en este tipo de sociedades no piensas demasiado en los demás, así que no te preparas. La plaga puede ocasionar el confinamiento de las sociedades occidentales durante largos períodos de tiempo, pero tienes que ser capaz de mirar más allá de ti mismo para reconocerlo”. Manifiesta estar “horrorizado” por cómo muchos países, incluido Estados Unidos, han gestionado la pandemia. “Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar”, subraya.
El país presidido por Donald Trump vivió su enésimo caso de violencia policial contra la comunidad afroamericana. Y de la violencia surgió el movimiento Black Lives Matter, las manifestaciones que recorrieron el país para exigir el fin del racismo sistémico, un problema que reverbera desde la época colonial. “La gran conclusión que deberíamos sacar es que lo que está ocurriendo no es una excepción, es una situación habitual. Ha sido tan atroz que nos ha pegado a todos una bofetón en la cara”. Antes de eso, muchos lo justificaban diciento que “estas cosas no ocurren”. En una época en la que la tecnología está al alcance de cualquiera, los hechos son cada vez más difíciles de ocultar. “Vivimos en un mundo con millones de teléfonos móviles, así que fue grabado”. Se refiere asesinato de George Floyd por parte de agentes de policía.
Las imágenes del maltrato se propagaron rápidamente por la red y generaron una reacción en cadena. “Lo más importante es que los agentes que lo hicieron ni siquiera lo escondían, lo que significa que se trata de un proceso bastante normalizado”. En opinión de Pondsmith, no basta con que se sintieran “avergonzados o amenazados”. Se tiende a pensar que la policía y otros cuerpos de protección “son nuestros”, pero hay que plantearse algunas cuestiones: “¿Para quién trabaja esa gente? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Trabajan para ellos mismos? ¿Lo hacen para gente más poderosa? ¿Son una banda? Creo que en cierto modo, particularmente en Estados Unidos, hemos sellado un pacto con el diablo que consiste en darle todo lo que quiera”. Pondsmith puntualiza que no existe “una garantía”, que nadie está a salvo o exonerado, independientemente del sexo, del color de piel, etc. “He visto un vídeo en el que tres policías llevan a un chico blanco a un callejón y le pegan una paliza. Probablemente piensas que eso no podría ocurrir, pero lo que a mí me viene a la cabeza es: ¿Para quién trabajan esos tíos y por qué hacen esto?. ¿Quién permite que ocurra? Todos tenemos un jefe en algún lugar, de forma que es crucial preguntarse: ¿Quién tiene ese poder? ¿Y qué implica? El ciberpunk es político porque todo es política”.
La política en las creaciones artísticas
El propio nombre del género enfatiza su condición política: “Si crees que el ciberpunk no es político, te estás perdiendo la otra mitad, la parte del punk: el punk significa rebelión, hacer frente a las cosas”. Con todo, admite que estamos “polarizados”, porque cada uno de los bandos trata de convencer al otro. Todo se inicia desde la perspectiva de que el otro está equivocado. En el caso de George Floyd, por el contrario, la gente no reaccionó porque alguien intentara convencerlos de que lo que hecho la policía estuviera mal, sino porque fueron capaces de ver los vídeos y reflexionar por su cuenta, llegar a sus propias conclusiones.
Grandes empresas del sector del videojuego como Activision o Ubisoft son reticentes a la hora de reconocer que sus productos están cargados de política. Toda obra artística contiene “puntos de vista personales de la gente que lo ha creado”, esa es una de los claves del proceso creativo. “Creo que las compañías de videojuegos deben darse cuenta de que no tienen que llevar un mensaje. Lo que tienen que hacer es mostrar el mundo y lo que está ocurriendo en un contexto. Y si existe una vertiente política, evolucionará fuera de ese contexto”.
El creativo está convencido de que CD Projekt RED ha esbozado un nuevo tipo de ciberpunk. “Antes solía reflejar una visión más intelectual”, algo que considera correcto. Sin embargo, no todas las personas están dispuestas a profundizar en ello. Lo que pusimos sobre la mesa es la idea de un universo ciberpunk en el que pudieran existir los héroes. Pero también debes recordar que los héroes no van a salvar el mundo, van a salvar el suyo propio, las cosas que ellos consideran importantes. Por eso, lo que escribimos en esta nueva generación de ciberpunk es algo más cargado de heroísmo que en el género anterior. Creo que eso no estaba presente simplemente porque los escritores, productores y cineastas deseaban mostrar lo increíblemente deshumanizado que era” ese universo.
Mike Pondsmith y CD Projekt RED han construido una relación de confianza mutua. “Ha evolucionado casi como si fuéramos una familia. Tratamos de ofrecer el mejor producto posible para nuestros fans. Compartir esa visión nos ha facilitado mucho trabajar juntos”, explica. Como creativo, ha participado en el desarrollo de la historia, pero también ha sido testigo de cómo se ha integrado tecnológicamente hablando. Hace unos años, un videojuego como Cyberpunk 2077 hubiera sido imposible de materializar, por el simple hecho de que “muchas de las herramientas no existían” todavía. “Se ha integrado de tal manera que el mundo se siente real. Esa es una de las razones por las que la vista en primera persona encaja más”, porque resulta más inmersivo.
No todo ha sido un camino de rosas. CD Projekt RED se tuvo que enfrentar a acusaciones de trasfobia cuando salió a a luz un cartel ingame en el que aparecía una mujer con pene anunciando un refresco que “sabe a los 16 sabores que te encanta mezclar”. La responsable de esa ilustración artística, Kasia Redesiuk, lo justificó alegando que era una crítica a la hipersexualización. “Todo esto es para mostrar que al igual que en el mundo moderno actual, la hipersexualización en los anuncios es horrible. Ha sido una decisión consciente”. La intención en ningún caso fue ofender. “Me encantan los cuerpos femeninos. Me encantan los cuerpos masculinos. Me gustan los cuerpos entre medias. Esto es lo que soy. Sin embargo, odio cuando se usan comercialmente, y esto es exactamente lo quiero transmitir”, dijo entonces.
Mike Pondsmith, por su parte, apoya esa versión. “Conozca a la persona a cargo de la dirección de arte y lo último que ella está pensando es en ser transfóbica. Creo que tiene un argumento sólido en el contexto de Cyberpunk 2077: nadie está a salvo, todo el mundo puede ser utilizado por una corporación”, pues estas son capaces de explotar cualquier aspecto que les convenga para hacer realidad sus designios. Después de todo, esto es ciberpunk. Cyberpunk 2077.
Babelia
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