La vida secreta de las imágenes
David Campany, comisario de la Bienal de Fotografía Actual de Mannheim, selecciona seis obras que reflejan el poder y la ambivalencia de la imagen en la sociedad actual
Vivimos en un mundo en el cual resulta difícil estar alejado de una pantalla. Apabullados por una sobredosis de imágenes que acabarán por determinar nuestra forma de mirar el mundo y se constituirán en elementos básicos de nuestro pensamiento. Bajo el atronador ruido de las imágenes, la fotografía ha pasado a simbolizar extremos opuestos: lo íntimo y lo público; es sinónimo de veracidad, al tiempo que de distorsión; un fascinante medio de expresión, así como de manipulación. De esta forma, bajo el título The Lives and Loves of the Images, la última edición de la Biennale für Aktuelle Fotografíe (Bienal de Fotografía Actual), que se celebra en Mannheim (Alemania) hasta el 26 de abril, indaga en nuestra ambivalente apreciación de las imágenes, en su poder y en cómo afectan nuestro día a día.
Compuesta por seis exposiciones, su comisario, el crítico, escritor y fotógrafo David Campany, ha reunido a setenta artistas que centran su quehacer en explorar distintos aspectos del medio. Algunos miran atrás en su afán por revisitar o redefinir fotografías icónicas como ocurre en Reconsidering Icons, donde encontramos una reinterpretación de Vista desde la ventana en Le Gras, de Joseph Nicéphore Niépce, realizada en 2005 por Joan Fontcuberta. La exposición All Art is Photography parte de la aceptación de la doble condición de la fotografía dentro del arte -como forma de documentar otras disciplinas artísticas y como un arte en sí mismo-. Así, nos encontramos con El Museo (2011) de Pablo Genovés, que se erige como un espacio incierto donde convergen distintas disciplinas, y con Obras maestras de Antonio Pérez Río, un reflejo de cómo la experiencia de la contemplación en los museos está siendo aniquilada por la introducción de los dispositivos digitales.
Walker Evans Revisited muestra la innovadora respuesta que artistas como Vanessa Winship, Sherry Lavine o George Goergiou, entre otros, realizan a través del collage, la apropiación o la reinterpretación del maestro norteamericano. When Images Collide profundiza en las prácticas que indagan en la combinación de imágenes a través de autores como John Stezaker, Stéphane Duroy o David Jiménez, cuya obra exalta la ambigüedad de la imagen a través de la yuxtaposición y la asociación. Yesterday´s News, Today reflexiona sobre cómo el significado de una imagen puede mutar y transformarse con el paso del tiempo a través de la obra de Thomas Ruff y Clare Strand entre otros. Y finalmente, Between Art and Commerce considera cómo el reposicionamiento de la promiscua naturaleza de la fotografía dentro del espacio artístico incide en su enriquecimiento. Todo ello queda recogido en el catálogo, que publica la editorial Kehrer Verlag.
Para Campany, las imágenes “son más eficaces a la hora de plantear preguntas que a la hora de resolverlas”. Se asemejan más a la poesía que a la prosa. Su mensaje es fragmentado, así,“donde existe una imagen existen palabras”. El comisario escoge seis imágenes, una por cada exposición.
1. Bryan Schutmaat viaja a lo largo y ancho de Estados Unidos, realizando retratos y paisajes. Trabaja bajo la forma clásica -poética y realista, a veces melancólica, a veces atribulada- que encontramos en la mejor literatura, cine y fotografía del país. Los pequeños detalles se convierten en alegorías de las situaciones más generalizadas del país. En 1938, Walker Evans fue el primer fotógrafo en exponer de forma individual en el MoMA. El libro que acompañó la exposición, Americans Photographs, sigue siendo hoy una piedra angular para los jóvenes creadores de imágenes. Como Evans, Schutmaat realiza largos viajes que resultan especulativos y esperanzadores. No sabe qué encontrará o qué fotografiará. Las imágenes se acumulan y tras un tiempo son editadas como un repertorio de obras que componen libros y exposiciones.
2. Hoy la cultura visual con frecuencia es percibida como un collage de clichés. Un sinfín de imágenes carentes de originalidad llena nuestras pantallas y discos duros. Anastasia Samoylova observa este fenómeno con inteligencia y humor. Utilizando claves familiares, busca en la red imágenes libres de derechos. Montañas, Puestas de sol, Arcoíris, Glaciares, Bosques y, en este caso, Playas. Imprime la imagen y luego en su estudio la pliega y la esculpe en arreglos en 3D, que más tarde refotografiará. En su método se observa la huella del cubismo y del constructivismo. La serie lleva el título Landscape Sublime (Paisaje sublime). Tradicionalmente, lo 'sublime' es esa sensación de asombro y admiración que uno siente frente a un paisaje de escala o belleza apabullante. Pero hoy son pocas las cosas sublimes que quedan en la mayoría de los paisajes. Domesticados y repetitivos. Lo único sublime es el gran número de estas imágenes que existen en la actualidad en el mundo.
3. De la avasalladora cantidad de imágenes que vemos en los medios, la mayoría se olvida con rapidez. Solo unas pocas pasan a ser memorables, con frecuencia debido a que los medios deciden reproducirlas hasta el infinito. Dichas fotografías icónicas se convierten en vagos sustitutos de momentos de la historia que de ningún modo podrían articular. Sin importar lo que digan los medios, ni una sola imagen puede dar razón de la complejidad de un evento o de una situación. La fotografía de Robert Capa, tomada en 1936, que pretende mostrar la muerte de un miliciano se ha convertido en uno de las imágenes más famosas del siglo veinte. Pero es también una de las más polémicas. Aún persisten los encendidos debates acerca de cómo fue realizada exactamente, si fue posada, o si realmente retrata la muerte en la primera línea de combate. En su serie en curso, Icons, la pareja suiza Cortis & Sonderegger revisita varias fotografías famosas, reconstruyéndolas como naturalezas muertas ficticias en su estudio. En vez de mostrar las imágenes reconstruidas, muestran el proceso de reconstrucción, con todas las herramientas y el revoltijo que acompaña a la escena. Sus imágenes son cómicas pero serias, y demandan al espectador que considere exactamente qué es una fotografía y cómo llega a significar lo que significa.
4. Mientras los periódicos de todo el mundo luchan por su economía, muchos venden imágenes de sus viejos archivos. Son cientos las imágenes de prensa que pueden comprarse en Internet por muy poco dinero. Sebastian Riemer está particularmente interesado en las imágenes de este tipo que han sido retocadas. Antes de Photoshop, el retoque era manual con pinceles y aerógrafos. En esta imagen de una bailarina podemos ver que el periódico solo pretendía usar una pequeña parte de la imagen. Las líneas blancas son las marcas del corte, y su brazo ha sido eliminado. La imagen retocada no necesita parecer perfecta, basta que sea buena dentro del crudo tono medio del viejo papel de prensa. Las fotos pintadas contienen una belleza inesperada en sí mismas. Riemer refotografía cuidadosamente las imágenes que elige, ampliándolas, con frecuencia cerca de 150 cm, de manera que el espectador puede ver todos los detalles de la extraña interrelación entre la fotografía y la pintura.
5. Trabajan juntos desde cerca del 2001. El dúo holandés compuesto por Maurice Scheltens y Liesbeth Abbenes toma imágenes dentro de un rango de variados contextos y clientes. Lo mismo se sienten cómodos trabajando en una obra específicamente concebida para una casa real que producen imágenes encargadas de muebles o telas. La imagen impresa no es menos significante para ellos que las copias artísticas. Lo importante es el reto en sí de resolver y conseguir imágenes atractivas. La clave está en su profundo entendimiento y amor por la naturaleza muerta. Es un género con una larga historia y extremadamente flexible en sus aplicaciones. Nos encontramos con naturalezas muertas en distintas manifestaciones de la cultura, que pertenecen igualmente a los mismos campos donde nos topamos con la fotografía. Es también el género en el cual los creadores de imágenes pueden ejercer más control. Scheltens & Abbenes producen imágenes altamente controladas -a veces realistas, a veces abstractas, y con frecuencia en un punto medio-. Este control es registrado por el espectador como un intenso y fascinante acto de observación. Aunque casi todo su trabajo surge por encargo, y por tanto bajo las demandas de quien lo encarga, los autores han desarrollado una distintiva forma de trabajar. Mantienen una fuerte tradición de carácter funcional que ha estado siempre presente en la fotografía holandesa desde los años veinte, así, su obra ha merecido la atención internacional por esta innovación.
6. Aunque conocido fundamentalmente por sus fotografías, el artista británico Nick Waplington bosqueja, dibuja y pinta con profusión. Mientras trabajaba en su estudio de Nueva York, se percató del movimiento de un parche de sol que cada día atravesaba el ventanal enrejado para desplazarse por la pared. Utilizando una cámara de gran formato, fotografió la luz mientras esta se alineaba con sus lienzos. Como resultado, lo que está pintado se confunde alegremente con lo que es pura luz. Refleja justamente la forma en la que, obviamente, nunca se debería documentar una pintura para ser reproducida. El título The Cave, procede de la famosa alegoría de Platón sobre la visión y la realidad. Donde los prisioneros que han permanecido todas sus vidas en una cueva, encadenados, y sin poder mirar atrás, observan las sombras de aquellos que permanecen fuera, arrojadas sobre la pared por la luz del fuego. Como lo expresa Platón: “En las paredes de la cueva solamente son verdad las sombras”.
Biennale für aktuelle Fotografíe. Lives and Loves of the Images. Del 29 de febrero al 26 de abril. Mannheim,Ludwigshafen, Heidelberg.
Biennale für aktuelle Fotografíe. Lives and Loves of the Images. Kehrer Verlag. 216 páginas. 25 euros.
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