Los coautores del edificio de Fisac exigen a la alcaldesa de Getafe que limpie las pintadas de Boa Mistura en un mes
Los damnificados por la acción del colectivo en el polideportivo envían un requerimiento a Sara Hernández y amenazan con acciones legales para que restituya la piel original diseñada por el arquitecto
Los cuatro arquitectos damnificados por “las pintadas” con las que el colectivo artístico Boa Mistura alteró hace una semana el último edificio de Miguel Fisac, han enviado este viernes un burofax a la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández (PSOE), para que en el plazo de un mes limpie las fachadas del polideportivo de la Alhóndiga. En ese tiempo debe “devolver el edificio a su estado original” y acabar con la llamativa policromía que esconde la palabra “empatía” y que “destruye la integridad del edificio”. “En caso contrario nos veremos obligados a llevar a cabo las acciones legales que por derecho nos pudieran corresponder”, afirman en el requerimiento los coautores de la obra, que Getafe seleccionó como la mejor en concurso público de 2002.
Sara González, Blanca Aleixandre, Fernando Sánchez-Mora y Leonardo Oro aseguran en el escrito, al que ha tenido acceso este periódico, que esta acción amparada por el Ayuntamiento “es una falta de respeto hacia una obra de arquitectura digna y hacia la propia profesión de arquitecto”. Paradójicamente, uno de los integrantes de Boa Mistura es arquitecto y reconoció a Leonardo Oro que no habían investigado el edificio antes de actuar sobre él. EL PAÍS se ha vuelto aponer en contacto con el colectivo, pero sus miembros han preferido no responder a las cuestiones. La organización del CI Urban Fest, el certamen dentro del cual se llevó a cabo la intervención artística, tampoco ha contestado.
El requerimiento también advierte a la alcaldesa que se trata de una infracción tipificada como “muy grave por la Ordenanza de Convivencia Ciudadana del Ayuntamiento de Getafe, aprobada por el PSOE, el 24 de abril de 2019″. Pero también, añaden, que es contraria a la Ley de Propiedad Intelectual. El letrado especialista en este ámbito David Maeztu explica que la acción podría lesionar el artículo 10 y el 14 de dicha ley. “El autor tiene derecho a la integridad de la obra, que es lo que alegó Santiago Calatrava en contra de las obras que quería ejecutar el Ayuntamiento de Bilbao en el puente de Zubizuri. En el caso de Getafe hay, además, una afectación de los derechos morales de Fisac, que pueden paralizar sus herederos y las Administraciones, que en este caso han permitido la afectación”, indica.
Un arte sin protección
La arquitectura adolece de una protección apropiada. Por un lado, la Ley de Patrimonio Histórico de 1985 cuida solo de los edificios protegidos y, por otro, la Ley de Propiedad Intelectual únicamente protege los planos del proyecto arquitectónico (para no ser plagiados), pero no el edificio. Sin embargo sí aclara que se protegerá el edifico excepcional y significativo que “constituya una creación humana, exteriorizada y original”, como el de Fisac, según sus coautores.
Además, la propiedad de una obra no permite su alteración al propietario, a pesar de lo que pueda pensar el concejal de cultura, Luis José Domínguez Iglesias, que dijo a este periódico que no limpiaría la fachada: “Es propiedad del Ayuntamiento y no vamos a revertir la pintura”. “No pueden transformar la fachada. Si fueras propietario de Las Meninas, no podrías pintarle unos bigotes encima. Hay que pedir permiso al autor o a sus herederos”, aclara Maeztu. En este caso la fachada tiene un tratamiento escultórico, como sostiene Borja Adsuara, experto en propiedad intelectual, y entonces no quedaría ninguna duda de su protección, como sucede con las de Antoni Gaudí.
El autor dejó por escrito el motivo por el que no quería colores fuera, sino el brillo del hormigón y su textura: “El color se lo añaden las camisetas de los jugadores en movimiento”. Getafe habría incurrido contra el deseo declarado del creador. Los arquitectos indignados destacan que esta fue una innovación del propio Fisac, y lo llamó “hormigón flexible”. Ese almohadillado brillante, sin añadidos, es posible gracias a un complejo proceso de encofrado. “Es la genuina forma final del hormigón, que recuerda que un día fue un material fluido”, explican a la alcaldesa.
“No podemos comprender cómo el Ayuntamiento de Getafe, propietario del edificio y máximo responsable público de preservar el patrimonio municipal, ha podido tomar participación en esta aberrante actuación”, añaden en el requerimiento. No comprenden cómo no lo han preservarlo y cuidado y califican la intervención de Boa Mistura de “deplorable”. La restauradora especializada en arte urbano Elena Gayo asegura que la fachada original se puede recuperar porque los artistas urbanos usan materiales efímeros. Pero será “una operación muy delicada” que solo podrán realizar restauradores y, por tanto, “muy costosa”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.