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Las peores vistas del mundo de Banksy doblan su precio

Sotheby's subasta por 2,4 millones de euros tres "marinas" mediterráneas, que el artista donó para construir una nueva unidad de lesiones y comprar equipos para un hospital infantil de Belén

El salón principal del Walled Off Hotel, con las tres vistas marinas subastadas en Sotheby's por 2,4 millones de euros. En vídeo, el momento de la adquisición de la obra.Foto: REUTERS | Vídeo: SOTHEBY'S

“Si te quedas en el Walled Off Hotel (Hotel Amurallado), podrás dormir dentro de una obra de arte”. Si te quedas una de ellas, “serás arrestado y conducido a la comisaría de Ramala y procesado por la ley local”. El mejor reclamo del alojamiento financiado por Banksy en Belén (Palestina) desde que lo inauguró en 2017 tiene sus inconvenientes: al registrarse en el hotel obligan a sus clientes a depositar 1.000 euros de fianza para asegurar las obras de arte. Y a la salida deben tenerse en cuenta los 15 minutos que el personal tardará en comprobar que no falta nada. La dirección del hotel advierte de que las obras de arte han sido donadas a la comunidad y a su lucha, así que deben ser respetadas... o subastadas. Sotheby’s tenía previsto sacar este martes un millón de euros en la puja más alta por las tres marinas que colgaban desde hacía tres años en el salón principal del hotel. Cuando el martillo cayó, el precio se cerró en 2,4 millones de euros.

El artista donó los tres cuadros a ABCD Bethlehem -organización benéfica del Reino Unido que actúa en Cisjordania-, con la intención de que las ganancias de la subasta se destinaran a construir una unidad de lesiones cerebro-vasculares y a comprar equipos de rehabilitación infantil para el hospital BASR en Belén. Dos compradores anónimos enlazaron una de las pujas más intensas de la noche, que acabó en el segundo precio más alto en subasta de una obra del artista (por detrás de los once millones alcanzados por Devolved Parliament hace un año). Lejos de ser un acto de resistencia y protesta, como el truco de la máquina trituradora de cuadros en directo, la puja ha convertido a Banksy en uno de los artistas más deseados por los coleccionistas.

Para Alex Branczik, jefe de arte contemporáneo de Sotheby’s en Europa, estas pinturas son reelaboraciones que “se hacen pasar por paisajes marinos del siglo XIX, para denunciar uno de los asuntos candentes del siglo XXI”. Los tres óleos son unas vistas románticas de las costas mediterráneas, sobre las que Banksy repintó chalecos salvavidas naranjas amontonados en las orillas. Una evidente denuncia de las miles de muertes de migrantes que, desasistidos, no llegan a cruzar este mar ante los ojos de Europa. “Una enmienda visual que evoca la muerte masiva en el mar”, dice el experto de Sotheby’s.

Una de las habitaciones del Walled Off Hotel, con vistas al muro.
Una de las habitaciones del Walled Off Hotel, con vistas al muro.Sotheby's

El Walled Off Hotel es un edificio de nueve habitaciones con vistas al muro gigante de hormigón, de ocho metros de altura y 700 kilómetros de extensión, que separa Israel de Palestina y tiene un impacto dramático en la vida cotidiana de los vecinos. También hay torres con vigilantes armados. Un paisaje para no olvidar: por algo es “el hotel con las peores vistas del mundo”, como dice su eslogan. “Es un lugar único y con mucha carga política. Nos encantó”, puede leerse en una reseña de una conocida página de reservas de alojamientos, en la que el hotel —en el que trabajan 45 personas— tiene una puntuación media de 9,5. “La habitación era grande y se veía el mundo”, comenta entusiasmada una usuaria. La mayoría destaca la experiencia, la atención y “estar rodeado de obras de arte de Banksy”. Unos clientes británicos afirman que su estancia fue “como si Alicia en el país de las maravillas se encontrara con las Crónicas de Narnia”.

Prohibido desnudarse

A pesar de la alegría de sus usuarios, la dirección del hotel aclara que dada la proximidad con el muro, ”no está permitido subir a la terraza sin el permiso del ejército israelí”. Entre las actividades que recomienda figura pintar el muro con algo que no sea “normal o trivial”, dado que hay quienes no están de acuerdo con que se pinte, porque lamentan que al hacerlo se banalice su existencia. Además, pide sentido común y recomienda no emborracharse ni “desnudarse en público”. Y, añade: “En ningún caso haga brillar sus bolígrafos láser ante las torres de vigilancia del ejército”.

En el salón del piano, donde colgaban las tres marinas, también hay cámaras que controlan a los huéspedes (un tema recurrente del artista). Es una estancia inspirada en el viejo estilo de club colonial británico, con un desapacible toque a conciencia política. En la tienda del hotel, con merchandising de Banksy, venden una camiseta con el lema estampado: “Worst View Tee” (camiseta con las peores vistas), por algo más de 20 euros. Tal y como dice la web del hotel, la suite presidencial —a 800 euros la noche— “está equipada con todo lo que un jefe de Estado corrupto necesitaría”.

Un hotel político

El hotel se inauguró con motivo del centenario de la Declaración de Balfour, firmada en 1917 por el gobierno británico a favor de la patria judía, que ayudó a allanar el camino para la creación de Israel. En el comunicado fundacional, Banksy dijo que desde que el Reino Unido tomó el control de Palestina solo se han alcanzado “resultados caóticos”.

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