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CÓMIC

La Sissi más real vive, ama y sufre en viñetas

Una novela gráfica de la italiana Giorgia Marras recupera la verdadera historia de la emperatriz austriaca sin edulcorantes

Tres viñetas del álbum 'Sisi, emperatriz rebelde'
Tres viñetas del álbum 'Sisi, emperatriz rebelde'
Jacinto Antón

A quien tenga en la retina y la memoria las románticas películas de la saga de Sissi de los años cincuenta protagonizadas por Romy Schneider le va a chocar la versión de la vida del mismo personaje que ha realizado la ilustradora y autora de cómic Giorgia Marras, empezando por el nombre, que escribe con una sola ese (es usual escribirlo de las dos maneras y hasta, para mayor confusión, Lisi, pero en el cine fue Sissi). En su novela gráfica Sisi, emperatriz rebelde (Sapristi, Roca Editorial, 2020), Marras (Génova, 1988) trata de ajustarse al máximo a la realidad histórica de Isabel de Austria, Sissi, huyendo del estereotipo edulcorado y de otras mixtificaciones del personaje. En las viñetas, podemos ver a una Sissi desnuda que observa en el espejo su cuerpo estragado por las dietas, que espía a su marido el emperador en la cama con una amante, que se besa apasionadamente a caballo con el suyo vestido de húsar, el conde Andrassy, o que le reprocha a su hijo Rodolfo haber pillado la gonorrea.

Dibujado en un sobrio sepia que contrasta notablemente con el chillón tecnicolor de los filmes, el cómic hurga en la personalidad auténtica de Sissi y evita la postal al concentrarse en el retrato íntimo en plano corto y dosificar mucho las escenas de paisajes y grandes perspectivas. La historia arranca en el álbum con los preparativos de la familia de Sissi (su madre era hermana de la archiduquesa Sofía, la madre del emperador Francisco José I) para visitar la corte, y se cierra con el entierro de la emperatriz a la manera de los Habsburgo en la cripta de los capuchinos de Viena. Entremedio, en dos centenares de páginas, la vida, las pasiones, y los sufrimientos de Sissi (sobre todo su enfermiza melancolía y la muerte de dos de sus hijos, la pequeña Sofía y el único varón, el príncipe heredero Rodolfo), rematados por su asesinato el 10 de septiembre de 1898 en el muelle de Mont Blanc de Ginebra a manos del anarquista italiano Luigi Lucheni.

Quise sacar a Sissi de ese mundo rosa, de tecnicolor, un poco cursi
Giorgia Marras

“Quise sacar a Sissi de ese mundo rosa, de tecnicolor, un poco cursi”, explica Giorgia Marras en una entrevista en la librería La Central de Barcelona cuando se le pregunta por la opción de no emplear el color. “He procurado ir a lo esencial, ofrecer un retrato incluso minimalista de la mujer y emperatriz, aunque por supuesto hay palacios y la iconografía de la época. Mi intención era contar la verdad de Sissi, que es muy diferente de la leyenda dulzona de las películas y mucho más interesante”. Se echa a faltar a Ludwig II de Baviera, amigo y confidente de Sissi. “Es cierto, no sale, y eso que me encanta el personaje. A diferencia de los filmes de Sissi de los cincuentas, el de Visconti de 1974 sobre Ludwig en el que la misma Romy Schneider, aunque en un registro muy diferente, encarnaba a la emperatriz, es uno de mis favoritos. Hay mucho interesante para explicar de Sissi y Ludwig, pero introducir la relación me obligaba a una digresión muy grande y a salirme de la línea principal de la historia. Sé que es un pecado que no salga, pero hubiera tenido que añadir muchas más páginas”.

Giorgia Marras, autora del Cómic 'Sisi, Emperatriz rebelde'.
Giorgia Marras, autora del Cómic 'Sisi, Emperatriz rebelde'.

La tragedia de Mayerling, la muerte de Rodolfo y su amante, Maria Vetsera, también es un temazo por el que se pasa de puntillas. “Lo trato, pero de nuevo no podía irme demasiado por las ramas. Intento que muchas cosas salgan en las voces de los otros personajes, los rumores, los chismes de la corte, fuente de mucho sufrimiento para Sissi”. ¿Qué cree que pasó? “Para mí que fue un doble suicidio pactado, no creo en el complot, pero hay tantas teorías... Debemos tener en cuenta las tendencias autodestructivas de Rodolfo”. ¿Cuál era el drama esencial de Sissi? “Estaba en una búsqueda continuada de una libertad personal que como emperatriz no podía tener. Su vida en la corte era monótona y no podía confiar en nadie. Una emperatriz tenía como única función en realidad tener hijos, dar herederos al imperio”.

Marras refleja en sus dibujos los momentos de soledad de Sissi y su obsesión con la salud y el deporte (una viñeta la muestra haciendo ejercicios en las anillas en un gimnasio instalado en palacio, para sorpresa de un visitante). De las amantes del emperador dice que aunque él quería de verdad a Sisi, era lo usual y además “Francisco José no era un hombre muy sutil ni de gran sensibilidad, así que no entendía los desequilibrios emocionales de su esposa”. Afirma que es cierto que la propia Sisi fomentó la relación de la actriz Katharina Schratt con su marido el emperador y su papel de amante oficial. En cuanto a Gyula Andrassy, “él y Sissi se cruzaron muchas cartas, pero fueron quemadas tras la muerte de ella, se tenían una profunda amistad y cariño, y estaban fascinados el uno por el otro. Seguramente hubo una relación sentimental, pero no hay documentos. En esa época, personas de la categoría de ambos no estaban nunca solas, así que les sería difícil la intimidad. Yo me he imaginado una escena entre ellos”.

Para dibujar a Sissi, la autora –cuya anterior obra fue una muy aplaudida novela gráfica sobre Edvard Munch- se ha inspirado en fotos de la época. “Hay muchas hasta los 35 años, luego ya no dejaba que la retrataran. He tratado de interpretarla a mi estilo, y dándole un punto actual”. El culto a sus cabellos que desarrolló la emperatriz –dejó que la melena le llegara a los tobillos- está presente en muchas viñetas. Del toque manga que presenta su trabajo, Giorgia Marras dice que ha crecido con ello, entre otras muchas influencias. Señala entre estas la Marjane Satrapi de Persépolis, la pintura prerrafaelita y hasta la secesión vienesa y el cine italiano de los años cincuenta y sesenta. Para documentarse, la autora, que se ha apoyado en la biografía de Brigitte Hamann Elisabeth de Austria, emperatriz contra su voluntad (Juventud, 1996) y también, para el ambiente, en La marcha Radetzky de Joseph Roth, ha visitado los lugares de la vida de Sissi y hasta el escenario de su muerte, que está narrada como fue: la emperatriz no se dio cuenta de que la habían herido de manera letal; el afilado estilete del asesino le atravesó el pecho “pero hubo muy poca sangre, pensó que había sido un intento de robo”.

¿Era una mujer moderna Sissi, con sus aspiraciones y con esos problemas psicológicos adelantados a su época como la anorexia? “Sí lo era, pero yo no le doy nombre a lo que le pasaba, a su malestar, a su descontento con la vida, lo reflejo y dejo que el lector opine”. ¿Hubiera sido en algo distinta la Primera Guerra Mundial de haber estado ella viva al lado de su marido el emperador? “¿Quién sabe, en realidad ya estaba tan fuera de juego cuando murió, de espaldas al mundo, cerrada sobre sí misma, que probablemente no hubiera cambiado nada”. ¿Una feminista avant la lettre Sissi? “Hoy es fácil criticarla, pero en su tiempo tuvo algunas actitudes que a mí como feminista me parecen relevantes. Sin embargo, nunca tuvo una visión global, no hacía las cosas por las mujeres o por el pueblo, todo lo que hizo fue solo por ella”.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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