La menstruación y otras rabias poéticas de Lupe Gómez
La poeta gallega publica en castellano ‘Pornografía’, el rompedor poemario que se adelantó hace 25 años a la actual oleada feminista y a la reivindicación de lo rural
En la Compostela de mediados de los noventa las copas en los locales de la zona vieja se bebían con hielo y poesía. Cuando uno de aquellos recitales de bar corría a cargo de Lupe Gómez, el insigne poeta Uxío Novoneyra se quebraba y lloraba de emoción. Aquella estudiante de Periodismo de apenas 20 años y llegada de la aldea de Fisteus (Curtis-A Coruña) se atrevía a crear poemas con la masturbación femenina, con la palabra “puta”, con la menstruación. Eran versos cargados de rabia y dolor, declamados desde lo más profundo de sus entrañas y reunidos en un libro titulado Pornografía (1995) que ella misma se había editado y que vendía por los pubs de la ciudad. Así fue el volcánico despertar de una escritora que en 2018 recibió el Premio de la Crítica. Ahora la editorial La uÑa RoTa lo publica por primera vez en castellano en una edición bilingüe.
No todos apreciaron entonces como Uxío Novoneyra la insurrección creativa que suponían los descarados versos de Pornografía, a los que siguieron otros poemarios como Os teus dedos na miña braga con regra (Tus dedos en mi braga con regla, Xerais, 1999), que la Xunta de Manuel Fraga excluyó de unas ayudas por escandaloso; O útero dos cabalos (El útero de los caballos, Espiral Maior, 2005); o Camuflaxe (Camuflaje, Chan de Pólvora, 2017). El contenido de aquella primera obra avergonzó a sus vecinos de Fisteus y de la élite de las letras llegó a recibir críticas despectivas. “En el sistema literario de Galicia hubo gente a la que le molestó mucho, a la que le resultó incómodo. No lo aceptaban. Lo envié a premios, a editoriales... pero no me hacían caso”, cuenta, a sus 47 años, en la mesa de uno de los cafés compostelanos que frecuentaba cuando era estudiante. “Nunca me sentí identificada con la etiqueta de provocadora porque no escribí Pornografía para molestar a nadie, me salió de una forma espontánea”.
Pornografía ha acabado siendo un libro de culto. Fue casi profético por su feminismo salvaje y porque ya abordaba la agonía del mundo rural y, en palabras de su autora, “la crisis social, política, económica, el desmoronamiento de todo, ese sentimiento de sentirse desnuda, a la intemperie”. “Mi poesía es muy concentrada, son versos que entran como cañones”, describe. Otro de los grandes de la literatura gallega, Xosé Luis Méndez Ferrín, dijo de ellos que eran “como una bomba”.
La también gallega Luz Pichel ha sido la encargada de traducir al castellano Pornografía, que va por su segunda edición. En esta lengua ya se puede leer además Camuflaje, el último poemario de Gómez que recibió en 2018 el Premio de la Crítica, editado por Papeles Mínimos con traducción de Antón Lopo. Son versos que nacen del dolor por la muerte de su madre, “un canto a las mujeres de la tierra, que son las que sostienen el mundo y lo hacen sin presumir”. Y un viaje por el universo de la Galicia rural, por sus olores, sabores y escenas cotidianas, allí donde "los ojos de las vacas están llenos de fundamento".
Gómez lleva años retirada de los recitales poéticos y de la vida pública. En 2011 perdió su trabajo de periodista y enfermó su madre: “Fue un golpe duro, necesité callar. A veces los escritores necesitamos silencio para crecer. Encontré calma para las palabrasy eso se nota en Camuflaje”. Sus páginas lloran la desaparición de las aldeas y de sus valores: “Hablo del mundo interior que sigo sintiendo en mí cuando voy a Fisteus, esa introspección, esa concentración, esa búsqueda del silencio profundo, de querer cerrar los ojos, de querer desaparecer”. La sociedad actual que da la espalda a la cultura rural y la condena a la agonía se ha quedado “sin raíces”, reflexiona: “Es todo etéreo, superficial, artificial, solo importa la imagen, no lo de dentro. No importan las entrañas ni la esencia de la vida y del ser humano”.
La poeta novata que emocionaba a Uxío Novoneyra ya no recita sus versos en público. Sacia el placer de declamar ejerciendo de lectora litúrgica en la Catedral de Santiago. Le fascina la sonoridad y solemnidad de los oficios religiosos y admira la Biblia como obra literaria: “Me ayuda a limpiar mi propia literatura porque son textos muy en carne viva, como mi poesía”. Mientras, sigue recibiendo cartas de poetas noveles de dentro y fuera de Galicia que le confiesan que han empezado a publicar tras leer Pornografía: “Me dicen que les ha ayudado a liberarse, a sentirse dueñas de sí mismas. Y a mí eso me rejuvenece”.
Babelia
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