Brisa Fenoy: “Uso mi belleza para tocar las pelotas”
La cantante, modelo y "artivista" estrena la canción, 'Santos ovarios' y el libro 'Amor o poder', donde apuesta por aunar ética y estética en la industria cultural.
Acude a la sede de EL PAÍS vestida con un chándal de terciopelo negro, deportivas blancas, coleta al retortero y ni gota de maquillaje en el rostro aun sabiendo que va a ser retratada en primerísimo plano. Da igual. La cámara adora esa armonía ósea que no proporciona ningún cosmético. Brisa se muestra encantadora y curiosísima —su hermano es fotoperiodista— sobre la trastienda de la redacción, de la redactora, y de cualquier tema que surja en la charla. Tanto, que al final la entrevistadora parece ella. Al irse, y de esto hace semanas, se olvida la chaqueta. No la ha reclamado. O tiene un armario a reventar, o ningún apego a la ropa. O las dos cosas.
Usted Brisa; su hermano, Erasmo. ¿Qué fumaban sus padres?
Jaja. Libros. Mi padre es profesor y mi madre psicóloga. Dicen que eran hippies, pero yo creo que fue por sus lecturas. A mí me iban a poner Leonardo, porque parecía que iba a ser niño. Menos mal que fui niña y salí ganando.
Define su libro, 'Amor o poder' como un manifiesto. ¿No es un poco arrogante, con 28 años?
O de ser muy inconsciente y tener mucho valor. Le tengo mucho respeto a la escritura. Pero me considero una comunicadora y lo que pienso, lo que me indigna, lo que me duele, lo que me molesta, lo tengo que escribir. Como terapia personal, también.
Así se ahorra el psicólogo.
Jaja. Y el psiquiatra. Tengo una frase para eso: El mundo es mi problema. Componer, mi terapia. Cantártelo, mi solución.
Llamándose Brisa, ¿qué me dice de la Cumbre del Clima?
'Santos ovarios'
El título de su nueva canción retrata bien a Carmen Brisa Fenoy Núñez (Cádiz, 28 años). Modelo, cantante, compositora, y "artivista", la autora del hitazo 'Lo malo', convertido en himno feminista contra el maltrato, presenta también 'Amor y poder' (Temas de hoy) un "manifiesto" donde anima a tomar partido entre un modelo de vida y otro. Ella ya lo ha hecho, dice,
Que se dejen de fotos y postureo y actúen. Greta está muy bien, hacen falta más Gretas en todos los sectores. Pero no solo se necesitan líderes, sino mucha gente trabajando de verdad, no como el capitalismo verde de las empresas que van para hacerse publicidad y siguen contaminando. La solución es ya. Es como lo del manifiesto: no es soberbia, es urgencia.
Denuncia la sexualización de la mujer, pero posa a pecho descubierto en los 'photocall'. ¿Por qué va en bolas a los sitios?
Jaja. Es reivindicativo. Reivindico la naturalidad del cuerpo humano. Me han censurado fotos en Instagram por enseñar los pezones. Soy una chica normal, no tengo pecho, y aunque tuviera muchísimo, lo haría. Las mujeres queremos y podemos ir como nos de la gana donde queramos, sin que se tenga que ver sexualización en ello.
Denuncia el capitalismo, pero va patrocinada por marcas. ¿Cómo lleva sus contradicciones?
Ninguno de nosotros es 100% congruente. Si quisiera denunciarlo desde fuera, en el campo, o tocando el piano en mi casa, no lo vería nadie. No quiero dinamitar el sistema, pero uso sus armas para criticarlo. Utilizo las marcas, mi cuerpo, mi inteligencia, mi don, el que sea. Creo que la vida nos da a cada uno, un cometido.
¿Y cuál es el suyo?
Ese: el de tocar las pelotas. Uso mi belleza como arma para eso.
¿Belleza es poder? ¿Cuándo fue consciente del suyo?
Claro que es poder. Cuando me ficharon como modelo, me di cuenta de que encajaba en un cánon, de que mi físico era un puente para pagarme la carrera, la música, mi futuro. Me aceptaban, les gustaba, me valoraban. Pero se puede aunar ética y estética. Y yo uso la mía como vaselina para meter el supositorio de mi mensaje.
“Solo con perderte, ya gané”, escribió en 'Lo malo' sobre una ruptura. ¿Sabe de lo que habla?
Sí. Hay relaciones tóxicas que las llevas a cuestas y que te van minando la autoestima y la energía. Las he tenido, y por eso sé que cuando por fin sueltas la mochila y te liberas, ya has ganado.
¿Hay una vacuna para eso?
Es difícil. Nos educan en el machismo, en el amor romántico, y la única manera es tomar conciencia y darnos cuenta de por qué hacemos las cosas. Nos pueden manipular los padres, los hijos, la pareja, el trabajo. Todo se basa en el poder. Yo me planteo si hago las cosas por amor o por poder, y si no lo hago por amor, prefiero no hacerlo.
Alguna esclavitud tendrá.
Estoy encadenada al móvil. Me intento controlar, pero hay un montón de personas muy poderosas y muy bien pagadas trabajando las 24 horas para que yo, y que tú, nos hagamos adictas para controlarnos, dominarnos y tenernos sometidas.
¿Por qué ha venido sin maquillar para la foto? ¿Porque puede?
¿Por qué no? Tú también puedes. Todas podemos.
Sí, claro, pero a ver quién es la guapa que se atreve.
Todas somos guapas. Creámosnoslo, que no nos engañen.
Babelia
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