1 de agosto: 24 horas de televisión
Un redactor de EL PAÍS dedica un día de sus vacaciones a recorrer la programación de los canales en abierto
A las seis de la mañana todo el pescado está —literalmente— vendido en Mercamadrid, el mercado central de la capital. A las seis de la mañana los conductores de metro y autobús llevan un rato de trayecto. A esa hora agricultores y ganaderos han arrancado su jornada. En cambio a las seis de la mañana en la televisión sigue la calma chicha nocturna. Salvo el telediario de La 1, que se inicia con "El PSOE presiona a Podemos". Esto ya lo he oído yo antes.
Mi jefa de Cultura me ha encargado ver la televisión durante 24 horas sin descanso. La premisa: el 1 de agosto empiezan las vacaciones de un montón de españoles. ¿Y si ese primer día lo dedicaran a sentarse delante de la tele? Total, el 99% de los hogares españoles tienen una, y cada espectador pasó en 2018 una media de 234 minutos al día delante del cacharrejo. Está tirado: tengo una serie pendiente en Filmin y también estoy suscrito a Netflix. Voy a reventar las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas. El responsable de Televisión me subraya: "No puedes ver plataformas ni ningún canal que no sea de acceso fácil para un telespectador". Algo huele a chamusquina. Mi jefa se despide: "Lo harás bien". Como decían en Rounders, si a los 10 minutos de una partida de póker no sabes quién es el pardillo, levántate de la mesa que eres tú. ¿Dónde están Manuel Jabois, Luz Sánchez-Mellado, Rubén Amón, Íñigo Domínguez o Nacho Carretero para escribir este texto? Es 1 de agosto: de vacaciones.
Madrugada. A las seis de la mañana en La 2 hay un tipo que se llama Jimmy que en un minuto grita: "es increíble", "es fascinante", "estoy feliz de haber viajado en avioneta por este vasto territorio para llegar a comer este plato"... Título de la serie documental: La aventura gastronómica australiana de Jimmy. Bien por él, que ha encontrado quién le pagara el viaje. En las privadas aún se emiten los programas de música enlatada que provocaron el caso Rueda de reparto de dinero de derechos de autor. En La Sexta actúa Rafa de La Unión. Hubo un tiempo en que yo parecía su hijo. Ahora pasaría por su padre. Esto se va a hacer duro. Adentrándome en la jungla de la parrilla, la inmortal teletienda sobrevive en TRECE donde venden el Anillo Allegria, con "tres quilates de piedras preciosas y semipreciosas", y al que acompaña de regalo un mantón de Manila. Ahí queda eso. Resulta que Galería del Coleccionista cumple 40 años y lo celebran con el reloj Symbol. Dicen que es suizo, de la marca Lanscotte. Se vende por solo diez euros al mes. Pero, ¿por cuántos años? Ventajas de la vida moderna: veo la tele con ordenador y móvil a mano. Googleo Lanscotte y encuentro opiniones llamativas en foroderelojes.es. Huyo disparado a Telemadrid, donde ponen No te duermas, programa centrado en Internet. Ha habido un cambio: una pareja de presentadores con casacas ¿de guerrilleros antinapoleónicos? gritan datos sobre la Plaza Mayor y explican los nombres de las calles que la cruzan.
Leñadores en MEGA. Por fin, palabrotas a las siete de la mañana, tipos sufriendo con troncos enormes en el estado de Oregón y sensación de que o espabilas en un trabajo o mueres, vamos, lo contrario al Congreso de los Diputados. "Solo en los últimos diez años han fallecido cien madereros en Estados Unidos", se escucha mientras cortan unas coníferas gigantes en medio de brutales tormentas con rachas de viento de 130 kilómetros a la hora. Cuando empieza a nevar, acaba el episodio de AXMen, leñadores. Ahora que estábamos en lo mejor... visto desde un mullido sofá. En otra cadena, atisbo un fragmento de la versión española de la serie Los simuladores, en el que aparece de jovencita la actriz Marta Nieto, que ahora estrena película, grande, Madre. Todos tenemos un pasado: en su caso, puede estar orgullosa.
Mañana. Solucionadas diversas contingencias infantiles (desayunos, ropa, lavado de dientes...), la mañana entra en la franja del colmillo descubierto. En La mañana del verano, en La 1, hablan del triple crimen de Dos Hermanas; en La 2 algo más divertido: La vida secreta de los materiales, sobre ventanas tintadas que sirven de paneles solares, o sobre cómo fabricar en una impresora 3D violines que suenen como un stradivarius: dos tipos golpean placas de polímeros para decidir cuál tiene mejor timbre. Me quedaría aquí; sin embargo, el reto estriba en surfear las ondas. En Espejo público dan caña al tirafrigoríficos de Olula del Río, en Almería. Entrevistan al alcalde —abochornado por la mala publicidad— y anuncian detenidos por un video en el que vejaban a un joven que se comía una lagartija. Es el momento de la droga dura y zapeo a Al rojo vivo en La Sexta. Musiquilla de tensión, hoy pasará —como anuncian todos sus días— algo gordo. Sorpresa: no está Ferreras. Uno se imagina a la familia Ferreras-Pastor de vacaciones en una playa y a la niñera de sus hijos en un balneario recuperándose de la temporada política. Un punto a favor de la presentadora María Llapart: pone el brazo en la mesa como Ferreras, aunque no con la recia presión del "si parpadeas, te lo pierdes" del periodismo político. En Telecinco el presentador Joaquín Prat discute con un portavoz de manteros en Barcelona. Cualquier asesor de imagen sabe que esa bronca está perdida por los dos lados. Se echan cifras (130 millones de pérdidas por las ventas del top manta al comercio local, cifra que resulta falsa al chequearla) y demagogia a la cara. Desesperado, acabo viendo un cuarto de un partido de la WNBA entre Connecticut Sun y Chicago Sky.
Recuperado el resuello, en Telemadrid hablan de los conciertos cancelados por las nuevas autoridades consistoriales y veo uno de los pocos momentos inteligentes de la jornada: Ángel Gabilondo, candidato del PSOE a presidir la Comunidad de Madrid, comparece ante los medios. En la cadena no bajan la música de fondo, feo detalle que chirría con las palabras pausadas y enérgicas de Gabilondo, que ve venir el pacto Ciudadanos-Vox-PP: "Hablo con toda cordialidad y respeto institucional, pero llevamos dos meses y, ¿qué ha cambiado? Solo que Ciudadanos ha reconstruido sus líneas para que no se converse con el PSOE". En un requiebro sobre los 155 puntos —anda que el numerito...— del acuerdo, apunta: "Las personas no son ilegales ni irregulares. Esa será su situación, pero las personas solo pueden ser personas".
En Neox descanso un rato las neuronas con El príncipe de Bel Air antes de retornar a la línea dura: en A partir de hoy, en La 1, el rebautizado Máximo Huerta analiza canciones de Camela. A punto de zapear, escucho a la escritora Espido Freire diseccionar los temas del grupo con los esquemas tradicionales literarios amiga/enemiga y las cantigas de amor medievales. Está espléndida, hasta que la interrumpen con un "a la altura de Shakespeare", y ella responde: "No nos pasemos". No hay manera televisiva de encarar temas serios. Hablan del primer día de vacaciones, todo un momento metavacacional en mi sofá. Acallo la reflexión filosófica atendiendo al paseíllo televisivo que desde las 12.30 realiza Ignacio Aguado, de Ciudadanos, para defender su acuerdo con VOX. En Al rojo vivo inciden en el precio de la gasolina, que alcanza una media de 1,329 euros por litro, y en el de la luz, que ha subido 3% en dos meses. Además, "cosas propias del verano": huelgas en Renfe y en el aeropuerto de El Prat. Hoy habrá 2,9 millones de desplazamientos por automóvil en las carreteras españolas. Yo solo espero que en ese atasco estén juntos todos los que rechazaron hacer este reportaje.
Cuando Karlos Arguiñano se pone a las 13.20 a cocinar un pez enorme salpimentado de chistes picaruelos, y Dani García hace otro tanto —sin comentarios salidos de tono— en Hacer de comer, me voy a mis labores a la cocina. Antes me alegro de haber regateado Mujeres y hombres y viceversa, y vislumbro el futuro que me espera por la tarde: en Telecinco ponen imágenes de Terelu Campos sacando dinero de un cajero automático con Alessandro Lecquio comentándolo en el plató, y hablan de un tal Omar en Cantora. Y que Edmundo lleva un mes fuera. ¿De dónde? ¿De Cantora?
Tarde. El robot Ana Blanco da las noticias en La 1. Acuerdo en la Comunidad de Madrid y primera jornada de la investidura en Navarra. No llevo ni doce horas y me escaqueo a un canal temático a ver dos capítulos de House. Está sobrevalorada, pero alivia el cabreo; total, ya hay otro enfadado en el salón, el susodicho doctor. A las 16.58 empieza Todo es mentira: un programa que presenta Marta Flich con Antonio Castelo como tertuliano me representa. Bromean con compras de seguidores por los influencers en una charla con las chicas de Arounthecorner y Carlos Soler Ramos. Y después entrevistan al Príncipe de Marbella. Hay tanto jaleo en el plató y se escuchan tan mal las conexiones que me siento como en familia.
Mientras, en Sálvame limón hay un directo desde Cantora. Ya me he aclarado: Edmundo es Bigote Arrocet, hablan de crisis en su relación con María Teresa Campos, y hoy se celebra el cumpleaños de Isabel Pantoja en su casa, Cantora. Gracias, Google. Mantienen la conexión con el cortijo toda la tarde: me echan de la cadena. Paso a Cuatro, donde cuentan que Pedro Sánchez se ha reunido por la mañana con grupos feministas y por la tarde con asociaciones de científicos. En un letrero ponen una coma entre un sujeto y su verbo: otra que me echan. Son mis prejuicios y los defiendo a muerte. Otra cosa es mi veletismo con los principios. Zapeo un reto por episodios de The Big Bang Theory y de Colombo, donde aparece el inconmensurable Donald Pleasance como villano. Peco, miro el Sálvame, que ahora se llama Sálvame naranja, y siguen en Cantora.
Aguanto sin bebidas carbónicas ni gominolas, solo con fruta. Ni café. Unos vecinos me observan ojipláticos. Ya queda menos. En La 1, en Juegas o qué, hay un presentador con un casco con una caja de madera de naranjas en la cabeza... Les abandono. Llega la franja de los programas concurso. Como ¡Ahora caigo!, con Silvia Abril desperdiciando talento en Antena 3. Lo mejor: los planos del público comentado las jugadas. Bien por el realizador. En La Sexta Hilario Pino entrevista al músico César Strawberry, afectado por la cancelación de conciertos. Strawberry, en el último momento inteligente del día, dice: "Por un capricho ideológico, la ultraderecha despilfarra la cuentas públicas", "el mayor miedo es la autocensura", "lo más ofensivo que se puede ser hoy en día es punk", "las tenazas de la corrección política son el caballo de troya colado a la izquierda". Algo de un megasocavón en Huesca y ahogados en los pantanos en España directo, bigotazo de Tom Selleck en la serie Blue Bloods, y un asesinato macabro en Instinto criminal en TEN. Por fin, el momentazo: Pasapalabra muestra el último día de Jero Hérnandez en su segunda etapa en el concurso tras 75 programas enfrentado a Orestes Barbero. Cae eliminado... a tiempo para el Telediario.
Noche. Faltaba el último tópico, y se escucha en La 1 a las 21.38: "La playa, uno de los destinos favoritos para veranear". Me quito el sombrero ante el corresponsal de TVE en el Arenal Sound, que es incapaz de recordar ni un nombre de los grupos que actúan en el festival. Ni él, ni nadie con más de 25 años. En mitad de un documental sobre el Barón rojo en La 2, pierdo el control del mando: echan Mascotas en La 1. Noto el hartazgo, leo algo en papel para convencerme de que no he perdido el día. Recupero el mando: Arturo Valls envía a Japón a media docena de abuelos en Por el mundo a los 80 en Antena 3. Siento que mi mente desbarra. Miro el reloj: 00.34. En la misma cadena ponen un telefilme, Vivir con miedo, con Marcia Cross, clásica televisiva, y William R. Moses, que de pura cara de bueno siempre hace de villano. Cabeceo. Dormito. Llega la música enlatada. No aparece Rafa de La Unión. Ahora parezco su abuelo. Si esto ha sido mi primer día de asueto, voy a necesitar 30 días de vacaciones para superar las vacaciones. Solo espero que alguien tome nota y no lo repita. Empieza el telediario de las seis de la mañana con una sonriente Isabel Díaz Ayuso. Cuando yo no veía tanta tele y ella llevaba las cuentas de redes del perro Pecas, todos éramos más felices.
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