Esto es Castilla
Maribel Andrés Llamero ha ganado, ex aequo con Carlos Catena Cózar, el último premio Hiperión con 'Autobús de Fermoselle'
Con su segundo libro, Maribel Andrés Llamero (Salamanca, 1984) ha compartido el Premio Hiperión con Carlos Catena Cózar. Si comparamos ambos hiperiones, Autobús de Fermoselle pierde en frescura provocadora lo que gana en textura reflexiva. Tan lejos de la fascinación neorrural como del lamento elegiaco por “la España vacía”, la localidad zamorana de Fermoselle —que solo se menciona en el título del poemario y en una cita de Agustín García Calvo reproducida a modo de epígrafe— funciona como metáfora germinativa del corazón de Castilla: decorado de película del Oeste, ruta trashumante donde convergen todos los caminos o “campo horizontal” en el que solo desentona “la verticalidad del ciprés y de la cruz”. Frente al territorio machadiano, espacio cordial y epicentro del cainismo, Maribel Andrés propone un regreso a las raíces que tiene algo de antropología doméstica y de arqueología por la memoria. El retablo familiar, las coplas populares y el léxico propio de las labores agrícolas se mezclan con las señales que delatan el artificio del progreso: el espejismo de la globalización en los rótulos de los comercios, el contraste entre el verano natural y el verano envasado de los anuncios de cerveza, o el acontecimiento mágico de una vuelta ciclista que dejó a su paso “una estela en nuestra imaginación // y tres botellines”.
La resurrección del mundo detenido de la infancia se sirve del correlato simbólico en composiciones como ‘Frente al minotauro’, que desmitifica la tarea de ordeñar a una vaca, o se aplica al descubrimiento del subsuelo en ‘Estrómboli’, que proyecta la sombra del volcán siciliano sobre la geología castellana. Otro aspecto reseñable es la reivindicación del papel de la mujer en el medio rural, como se aprecia en ‘Yugo’ o en ‘San Pedro de la Nave’, poema fragmentario que rinde homenaje a la abuela de la autora y al pueblo sumergido por la construcción del embalse de Ricobayo en el río Esla. En definitiva, la autenticidad que transmiten estos versos compensa sobradamente algún resabio sentimental o alguna incursión en la mineralizada tópica noventayochista. Como certifica la estructura circular de Autobús de Fermoselle, “Esto es Castilla”. Maribel Andrés podría haber añadido, con la aquiescencia de Lope de Vega, “quien lo probó, lo sabe”.
Autobús de Fermoselle Maribel Andrés Llamero Hiperión, 2019 59 páginas. 9,62 euros
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