‘A Day at the Races’, el disco de éxitos y olvidos de Queen
El quinto álbum del grupo fue un éxito con rarezas como un tema en japonés
A Day at the Races, el quinto álbum de Queen y el primero producido por los propios miembros de la banda de rock, alcanzó el número uno en Reino Unido pocos días después de su lanzamiento, en diciembre de 1976. El exitoso elepé, que toma su nombre de uno de las películas de los Hermanos Marx, se convirtió en el primer disco de la banda en ser disco de oro y platino en Estados Unidos. A Day at the Races es la nueva entrega de The Queen collection, la discografía del grupo, que llega cada domingo a los quioscos (por 9,95 euros cada uno) y está también disponible en la web de colecciones de EL PAÍS (colecciones.elpais.com).
La primera pista que se lanzó como sencillo fue Somebody to Love, una de las canciones más conocidas de la banda y una de las favoritas de Freddie Mercury. Junto con Bohemian Rapsody, esta pieza es una de las más complejas a todos los niveles por la combinación de las voces de Mercury, Brian May y Roger Taylor en diferentes pistas que al superponerse siguen el modelo de un coro de góspel. “Freddie quería ser Aretha Franklin y hay que tenerlo presente cuando se escucha este tema. Lo explica todo. Le encantaba Aretha y esta era su épica góspel”, explica Brian May, tal y como queda recogido en el libreto que acompaña a cada álbum de esta recopilación.
El disco, considerado por los miembros de la banda como una continuación del anterior, A Night at the Opera, cuenta con una mezcla de diversos géneros y estilos y está considerado por muchos como una de las producciones más ricas y completas de Queen. De la delicadeza de canciones como You Take My Breath Away, a la incorporación de temas de heavy como White Man, una de las canciones más duras y oscuras de Queen, que relata el tormento que sufrieron los nativos americanos a manos de los colonos europeos en el siglo XIX.
Siguiendo la línea de White Man, se incluyó en el disco Tie Your Mother Down, concebida años antes en la isla de Tenerife, donde May cursaba sus estudios de astronomía. Antes de ser grabado definitivamente para el álbum, Mercury interpretó el tema en un concierto en Londres, donde obtuvo una gran acogida; un éxito que, sin embargo, al poco tiempo fue olvidado y jamás recuperado.
Brian May recuerda la primera vez que tocó esa canción, de la cual solo tenía una frase musical sobre una cresta volcánica en la isla canaria: “Estaba cantando Tie Your Mother Down y pensando que no eran más que palabras improvisadas; por supuesto, iba a cambiarlas, pero se quedaron tal y como estaban”, apunta su compositor.
Este disco, como todos los trabajos de Queen, cuenta con temas difíciles de olvidar, pero también con otros poco recordados, no menos importantes para los miembros de la banda. Es el caso de Teo Torriatte (Let Us Cling Together), la última canción del álbum. Mercury canta gran parte del tema en japonés, un homenaje de Brian a los fans asiáticos de Queen.
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