Una maravilla llamada Yola
El álbum de la cantante británica recibe una calificación de 8 sobre 10
Se llama Yolanda Quartey, pero se la conoce como Yola. Un nombre artístico todavía desconocido para el gran público, pero que tiene virtudes suficientes como para convertirse en uno de los más atractivos de los próximos años en el mundo de la música popular. Talento, carisma, estética poderosa y una voz capaz de apaciguar a una manada de leones hambrientos. También capaz de romper todas las defensas.
Nacida en la ciudad británica de Bristol, Yola acaba de publicar su primer disco largo en solitario, Walk Through Fire, pero no es una recién llegada. A sus 35 años, esta cantante de garganta impertérrita lleva desde la adolescencia dedicándose a la música. No lo tuvo fácil. Vivió en la pobreza después de que su padre abandonó el hogar cuando ella tenía dos años y su madre, una inmigrante de Barbados, cogiese todos los empleos que podía para sacarla adelante a ella y a su hermana. También encontró la oposición materna para dedicarse a la música, una afición que no traía dinero a casa. Pero Yola, que se aprendió de memoria la colección de discos de su madre entre los que se incluían algunos de Aretha Franklin, Marvin Gaye, Elton John y Dolly Parton, estaba convencida de que su sitio estaba en las canciones, aunque tuviese que vivir en la calle como sucedió durante una temporada. Cantó a escondidas en bares y clubes y llegó a asociarse con un dj local.
Artista: Yola
Disco: Walk Through Fire
Sello: Easy Eye Sound / Warner
Calificación: 8 sobre 10
Fue el comienzo de muchas cosas. Desde los 18 años ha estado asociada al mundo del pop en composiciones de Katy Perry, Will Young o Chase & Status. Algunas veces cantaba, en otras componía letras. También trabajó con Massive Attack y fue cantante de acompañamiento en sesiones para las McCrary Sisters y todo un James Brown. En 2010, terminó convirtiéndose en la voz del grupo de country-rock Phantom Limb, donde ya demostró fuerza carismática al micrófono y, más allá de grabar un elepé en solitario que pasó desapercibido, dejó ver lo que estaba por venir ahora.
Ahora Yola se postula como si se supiese capaz de conquistar un reino. Es una artista de envergadura, una voz magnética, tanto que Dan Auerbach, cantante y guitarrista de The Black Keys, ha producido su nuevo álbum en su propio sello. No es el único que se ha quedado prendado de ella: también la escena independiente de Nashville, donde ha grabado acompañada de un plantel de instrumentistas de lujo como Vince Gill, Molly Tuttle y Stuart Duncan, todos ellos figuras en la meca del country.
Con Walk Through Fire, Yola ofrece una deliciosa mezcla de country soul, un género no escrito y poco transitado que tuvo un referente histórico en la elegante Dusty Springfield, pero que ella dota de un particularísimo brío, gracias a su pletórica garganta negra, llenando toda la estancia sentimental. En la línea contemporánea de talentos como Brittany Howard de Alabama Shakes, Valerine June o Michael Kiwanuka, la cantante de Bristol despliega un catálogo de sonidos añejos aireados con arreglos actuales.
Faraway Look podría formar parte de lo mejor de la propia Springfield mientras que el aroma vaquero que desprenden los medios tiempos Shady Grove, It Ain’t Easier o Ride Out in the Country embriaga por su sabor redentor. Más aún lo hace la etílica Love All Night, como sacada de la misma taberna donde gastó noches solitarias Rod Stewart con The Faces. Pero todos los relatos de supervivencia no se quedan en el dolor masticado en la trastienda sino que también hay momentos de épica orquestal Lovely the Night. Violines, mandolinas, guitarras pedal steel y órganos Wurlitzer capitaneados por una voz negra determinante y romántica, como si Nashville latiese con un corazón de Muscle Shoals. Una maravilla rara y cautivadora. Una maravilla llamada Yola.
Babelia
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