Nietzsche, el pensador que no cesa
Nuevos libros revisan la obra del filósofo que proclamó la muerte de Dios
Friedrich Nietzsche (1844-1900) es uno de los filósofos más potentes que han existido. Escribió libros tan revolucionarios como Más allá del bien y del mal o Así habló Zaratustra. Destruyó ilusiones viejas —como la de los dos mundos de Platón, el verdadero e ideal y su copia, el nuestro—; proclamó la “muerte de Dios” y el desvalimiento del hombre, solo ante el abismo de la existencia. Y creó ilusiones nuevas: el advenir del superhombre que, libre de prejuicios, tendrá que forjar valores nuevos, distintos de los que dominan “la moral del rebaño”. Después de Nietzsche nada fue igual, la filosofía y las artes cambiaron por entero con la inyección de vitalidad que les aplicó.
Rüdiger Safranski dice que “Nietzsche es el filósofo más leído del mundo”. Su importancia no cesa. Tampoco en España, donde ahora coinciden en las librerías tres biografías, además de un ambicioso estudio sobre su pensamiento.
El filósofo barcelonés Miguel Morey publicó en 1993 un pequeño volumen titulado Nietzsche. Una biografía. Lo leímos con fruición cuantos queríamos saber entonces de la vida de Nietzsche: sus comienzos de niño poeta; su adoración por la música y la filología; la afición a Wagner; el enamoramiento de la femme fatale Lou Salomé; así como de la enfermedad de su mente alucinada que lo condenó a sobrevivir como un vegetal el último decenio de su vida. Aquel pequeño gran libro vuelve ahora, revisado y muy aumentado, bajo el título de Vidas de Nietzsche. Al brillante relato de los episodios vitales del filósofo, Morey le añade los de su trayectoria intelectual: con una magnífica y precisa prosa narrativa y filosófica comenta cada una de las obras con las que Nietzsche se multiplicó a sí mismo como revolucionario del espíritu.
La novelista británica Sue Prideaux es autora de una exitosa biografía de Nietzsche. Si obviamos algunos desmayos estilísticos en la traducción, y que Prideaux carece de formación filosófica (a Schopenhauer no lo comprende y de Nietzsche sólo se atiene a los tópicos), el libro resulta entretenido, porque la autora sabe narrar con mucho detalle momentos estelares de su vida. En general, describe a un filósofo-artista desgarrado por sus sentimientos; obsesionado con grandilocuentes ilusiones de increíbles logros intelectuales. Parece un héroe trágico en lucha por una nueva visión, pero que tiene que lidiar ante todo contra su propia debilidad física. Prideaux se explaya contando la crónica intelectual y sentimental de Nietzsche con los Wagner, muy presentes a lo largo del libro. Así como el idilio imaginario con Lou Salomé y la consiguiente frustración. Se ocupa además de la hermana del filósofo, Elisabeth, que, antisemita y nacionalista radical, llegó a viajar con su marido hasta Paraguay para fundar allí una colonia de “arios puros”. Nietzsche dejó de quererla por absorbente e insoportable, y jamás comulgó con su ideología. Desempeñó un papel central en la posterior divulgación de la filosofía del hermano como fundadora del Nietzsche-Archiv de Weimar, y fue la culpable de que algunas ideas nietzscheanas se convirtieran en eslóganes nazis.
Safranski, cuyo libro —asimismo muy exitoso— se reedita revisado y algo ampliado, presenta la “biografía del pensamiento” de Nietzsche; y lo hace con la solvencia del buen conocedor de la historia de la filosofía y de las ideas de Nietzsche. Es un texto intenso, más centrado en interpretar y clarificar el maremagno intelectual nietzscheano que en la narración de los avatares externos de su vida. Por su intensidad intelectual, contrasta con el libro de Prideaux, aunque este último sea más rico en detalles biográficos. La traducción de Gabás (también filósofo) es magnífica.
Distinto de cualquier biografía es el denso libro del filósofo, musicólogo y germanista francés Dorian Astor. La excelente traducción de Jordi Bayod transmite la agudeza y complejidad de este texto, intrincado y paradójico a menudo, apto sólo para lectores que conozcan el ideario de Nietzsche. Sus ideas constituyen la base en la que se sustenta Astor para reflexionar y discutir sobre la actualidad intelectual e ideológica en Occidente. Como acérrimo degustador y defensor del polémico filósofo, Astor quiere pensar desde este las “zozobras” o “indigencias”, las “angustias” en las que —según él— se debate nuestro presente. Sostiene, por ejemplo, que con Nietzsche es posible repensar la educación, tan tambaleante y cuestionada en Europa. El autor de Ecce Homo tuvo como modelos a imitar de por vida a los grandes filósofos “preplatónicos”; Heráclito o Empédocles — entre otros— fueron para él ejemplos humanos admirables —“hombres tallados en un solo bloque de piedra”, los llamó—. Y tuvo como “educador” a Schopenhauer, a quien consideraba “un maestro de Alemania”. Educar en el sentido nietzscheano, afirma Astor, sería proponer como modelos para la juventud los ejemplos de los grandes hombres del pasado, sus acciones poderosas y sus pensamientos; y enseñar a los jóvenes virtudes como la valentía y la responsabilidad de los propios actos en tanto en cuanto las más altas y dignas de elección.
Entre otros muchos asuntos, Astor trata de política. A Nietzsche se le ha usado para jalear a fascistas y anarquistas; con sentencias fuera de contexto es fácil cortar un traje nietzscheano a la medida de cada ideología. Pero con sus luces y sombras, muchas de las ideas “políticas” que defendió o esbozó serían hoy practicables y deseables: véase su teoría del “buen europeo” o su antinacionalismo. Astor lo explica con pasión en este libro tan osado sobre un filósofo de lo más intempestivo.
lecturas
Vidas de Nietzsche
Miguel Morey.
Alianza Editorial, 2018.
456 páginas 14,50 euros.
¡Soy dinamita! Una vida de Nietzsche
Sue Prideaux.
Traducción de Vicente Campos.
Ariel, 2019.
526 páginas 23,90 euros.
Nietzsche. Biografía de su pensamiento
Rüdiger Safranski.
Traducción de Raúl Gabás.
Tusquets, 2019.
418 páginas 22 euros.
Nietzsche. La zozobra del presente
Dorian Astor.
Traducción de Jordi Bayod.
Acantilado, 2018.
576 páginas 29 euros.
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