‘La paradoja del bibliotecario ciego’, el lado oscuro de las familias normales
Ana Ballabriga y David Zaplana firman un sólido 'thriller' coral sobre la cotidianidad del mal
Jou, jou, jou, pasadas las Navidades, entrañables fiestas familiares donde las haya, he releído con fascinación esta novela sobre familias aparentemente normales donde todos tienen trapos sucios que, por supuesto, se lavan en casa, me pregunto una vez más, ¿existen realmente las familias normales?
Entonces, ¿por qué las estadísticas dicen que la mayoría de los asesinatos son cosa de familia?
Pero mejor, empecemos por el principio, empecemos por Camilo.
Camilo es un popular novelista de género negro culto y refinado que vive una vida aparentemente idílica, pero frustrado por no ser más que un popular novelista de género negro ignorado por la crítica. Hasta que un día, Camilo descubre una llave oculta en el revólver de su padre, un policía que se suicidó misteriosamente hace veinte años. Una llave que le llevará a reabrir el último e inconcluso caso de su progenitor, y a descubrir sus secretos mejor guardados. Unas pesquisas con las que espera, al fin, poder dar a imprenta una obra con la que alcanzar el ansiado reconocimiento literario.
Y si La paradoja del bibliotecario ciego fuese una novela negra típica, una novela negra más, con la intrincada historia de las indagaciones de Camilo sería suficiente.
Pero claro, si fuese una novela negra típica, una novela negra más, ahora no estaríamos hablando de ella, ni de que en mi opinión es una de las mejores que se publicaron el año pasado en nuestro país, la mejor, a mi juicio, si hubiera contado con un buen corrector para pulir su estilo y limar algunas desafortunadas frases durante sus primeros compases.
Y es que además de un popular escritor culto y refinado, Camilo es muchas otras cosas: el marido maltratador de una bella y elegante ejecutiva, el padre de un adolescente acosador y consentido, el hermano de una amargada ama de casa desahuciada, el hijo de una coja manipuladora y castradora, el tío de la principal víctima de su hijo… Y esos son solo algunos de los más de diez coprotagonistas de esta ambiciosa y coral obra que pretende poner el foco sobre la anormalidad de las familias normales, y arrojar algo de luz sobre el lado más oscuro del alma humana.
Porque todos, absolutamente todos los personajes de esta novela tienen algo que ocultar, son lobos con piel de cordero, verdugos de manos inocentes, y todos, absolutamente todos son víctimas de una atmósfera de violencia, de un trágico efecto dominó que les convierte irremisiblemente en victimarios, haciendo que uno tras otro, ficha tras ficha, todos vayan cayendo bajo el yugo del eros y el thanatos, ante las pulsiones de amor por lo prohibido y odio por los que les rodean, llegando incluso a estar dispuestos a la mayor de las bajezas, a verter la sangre de su sangre.
Y todo esto y mucho más es este apabullante thriller costumbrista, que gracias a su continuo cambio de personajes no da respiro al lector durante sus 400 páginas. Una actualización de las más demoledoras tragedias griegas con la que los ganadores del premio Amazon Indie 2016 Ana Ballabriga y David Zaplana han logrado entretejer magistralmente los destinos de tantos y tan variados, complejos y atormentados antihéroes como solo Víctor del Árbol había conseguido, regalándonos una novela impactante e incómoda como pocas, que sorprenderá y dará mucho que pensar a lectores de toda la familia y todas las familias.
Sergio Vera es coordinador del Club de Lectura de Las Casas Ahorcadas
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